𝖇𝖗𝖚𝖙𝖆𝖑-ᴘᴀᴛʀɪᴄᴋ ʜᴏᴄᴋꜱᴛᴇᴛᴛᴇʀ

ʙᴏᴡᴇʀꜱ ɢᴀɴɢ

El día había llegado, hoy estaré con Patrick toda la tarde intentando lo imposible, que apruebe. El chico es 2 años mayor que todos en la clase, por lo que no tengo muchas esperanzas de lograr algo.

Me vestí con algo cómodo y me arreglé un poco, no es que quiera impresionar a Hockstetter, pero por lo menos quiero estar decente para mi último día con vida.

Tomé mi bicicleta y estaba dispuesta a dirigirme a casa del pelinegro, cuando recordé que tenía que tomar algunos libros de la biblioteca para apoyarme. Pedaleé un rato hasta visualizar el antiguo edificio frente a mí.

Rápidamente, busqué los libros y los tomé uno por uno, hasta que un olor inesperado inundó mis fosas nasales, era como si algo se estuviera incendiando. Seguí poco a poco el rastro del aroma y me llevé una sorpresa al encontrar a un chico que había llegado antes.

-Disculpa, ¿Estás bien?- No fue hasta que se dio la vuelta exaltado que pude reconocer su cara- ¡Ben de historia! Que bueno encontrarte por aquí, ¿Crees que puedas recomendarme libros de historia? Sé que es tu fuerte.

-Oh, hola Marie, perdón por lo de antes. Uhm, claro que puedo ayudarte, sígueme.- Respondió él, Ben definitivamente me causaba ternura, es decir, ¿A quién no le gustaría darle un gran abrazo?- ¿Puedo preguntar para qué necesitas los libros? Digo, tú no reprobaste historia.- Cuestionó mientras dejaba algunos cuantos textos sobre mis manos.

-Yo no, pero Patrick Hockstetter, sí. Y para colmo el señor Wood me pidió que fuera la tutora en todas sus materias durante el verano ¿Puedes creerlo? Pero claro, como Marie Evans no sabe decir que no ahora tengo que soportar a ese idiota.- Hablé exageradamente, lo que provocó una risita en Ben como respuesta.

-Bueno, no te preocupes, sé que puedes sobrellevar esto.- Respondió con una sonrisa, este chico de verdad es un amor.

Terminamos de escoger los libros que necesitábamos y Ben se ofreció a dejarme una calle antes de la casa de Patrick, así me sentiría más segura. 

Salimos de la biblioteca junto a nuestras bicicletas y conversábamos cómodamente, hasta que...

-¿A dónde van fenómenos?

Mierda, es Henry Bowers

Ben y yo tratamos de correr, pero fue inútil, sus gorilas ya nos habían atrapado.

-¡Patrick, qué demonios! ¡Suéltame imbécil!- El chico claramente tenía una ventaja sobre mí, era escuálido, no obstante, su altura le daba puntos a favor.

-¡Auxilio! ¡Suéltenme!- Gritaba el pobre Ben, de verdad quería ayudarlo, pero era imposible, Hockstetter no aflojaba su agarre en mí.

Llegamos hasta el puente de los besos donde cambiaron los puestos, ahora Victor y Belch nos tomaban para que no pudiéramos escapar.

-Te quemaré el cabello como a Michael Jackson.- Patrick creó una flama que estuvo a punto de pegarme en la cara.

- ¡Sujétalo!