Cortar lazos es algo muy difícil, es algo que uno a veces piensa que nunca va a hacer hasta que llega una relación que te desgasta, te hace sentir mal y simplemente te genera ganas de aislarte de esa persona, ahí es el momento te das cuenta de todo lo que sucedió y lo que aguantaste para después reflexionar, analizar y notar que las situaciones sobrepasaron un límite que posiblemente no conocías, pero del que ahora uno es consciente.
Duele notar que en algún momento generaste dependencia hacia esas relaciones, y duele más cuando notas que te aferras e intentas cambiar las cosas para bien pero la otra parte no te ayuda y lo único que hace es mostrar indiferencia e incluso tratarte con frialdad.
A veces uno se siente como un pañuelo al que acuden solamente cuando le necesitan, también se siente como una estaca en el corazón una vez que notas que quien intenta mantener a flote todo es uno mismo, con la carga y responsabilidad de que esa relación siga funcionando sin importar qué; ese es el momento en que uno es consciente de lo roto que está ese lazo y lo unilateral que era todo.
Cortar lazos es difícil y uno creería que cuando lo haces es liberador, pero no, a veces toca pasar por un momento de duelo en el cual vas transitando y aceptando que esa persona ya no es parte de tu vida, superando todo lo que te genera, pero recaes. Sin embargo lo importante es no rendirse.
De todas formas eso no quita que en algún momento uno entiende que eso no funcionó o no se terminó por culpa propia, sino por culpa de la otra persona. Porque nosotros dimos todo, pero ellos no y lamentablemente no lo supieron apreciar.
Es posible que hayas perdido la amistad mas valiosa que tenías, pero hay otras que siguen eligiéndote, además de que seguramente en un futuro, otras más te elegirán.
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Escritos aliados y enemigos.
NouvellesSerie de escritos sin un orden en específico. Créditos de la portada: @Auril_Love