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Hasta que...
Pedri se desmayó.
Corrí como nunca hacia el para ver qué era lo que le pasaba, poco a poco los chicos me fueron rodeando. Tuve que hacer gestos para que los paramédicos vinieran, ya que, Pedri no respondía.
Mi corazón iba a más mientras el suyo poco a poco dejaba de latir, al darme cuenta de eso comencé a llorar como nunca.
Gavi me abrazó, y yo a él. Todo el estadio estaba en silencio, nadie decía nada.
Los paramédicos avisaron para que una ambulancia pasara y se lo llevaran, porque algo no iba bien.
Y como dijeron, hicieron.
Vimos en primera persona como lo subieron y se lo llevaron.
Me desprendí de los brazos de Gavi y corrí tras la ambulancia, no le podía abandonar.
El partido se anuló y Gavi y yo llegamos al hospital en el coche de Ferrán, no podíamos dejarle solo ahora.
Entre llantos y nervios preguntamos

- Buenas tardes, Pedro González? - pregunto Ferrán.

- Si claro, un momento - respondió aquella chica - acaba de entrar, está en la UCI.

Al oír eso algo en mi se rompió, no sabíamos que era lo que le estaba pasando, solo que había convulsionado.
Nos sentamos fuera esperando una respuesta, una señal de vida que nunca llegó.
Estaba desolada, abrazando a Ferrán mientras el intentaba tranquilizarme.

- "Se nos va, se nos va" - oímos

Volví a llorar, ¿Y si era Pedri el que se estaba llendo? Pensé, en ese momento solo venían a mi cabeza momentos que habíamos pasado juntos, nuestro primer beso, cuando me pidió salir en el concierto de Melendi..

- ¿Familiares de Pedro Gonzalez? - pregunto una médica haciendo que nos pusiéramos en pie.

En ese momento tantas cosas pasaron por mi cabeza que rompí a llorar.
¿Y si ya no estaba entre nosotros?
¿Y si no ha podido más?

- Hemos tenido que inducirle un coma - dijo - puede que despierte en unos días, semanas o incluso meses.
Ha venido muy debil, cabe la posibilidad de que no despierte. - dijo haciendo que nuestras manos se helaran - Solo puede entrar una persona, despediros de el, por lo que pueda pasar. Lo siento mucho.

Pasó Gavi delante y luego yo, no podía ni mantenerme en pie.
Entramos y lo vimos por la ventana circular de aquella puerta, estaba entubado, cosa que me paralizó por completo.
Rompí a llorar, el amor de mi vida estaba debatiéndose entre la vida y la muerte, y yo no podía hacer nada para evitarlo.
Me decidí a pasar, Gavi y Ferrán salieron de nuevo a la sala de espera, ya que había llegado papá y algunos de los chicos.

Entre y me senté junto a él, le di la mano como él solía hacer cuando yo estaba triste
- Hola cariño, estoy aqui, contigo
Eres un luchador, siempre me lo has demostrado.
No nos puedes dejar mi vida, hiciste una promesa, yo te prometo contigo, envejecer ¿Recuerdas?
He pasado junto a ti los mejores momentos de mi vida, no me imagino una vida sin tus buenos días cuando me levanto, sin tus besos, sin tus caricias, sin ti.
Eres el amor de mi vida, y quiero que seas el padre de mis hijos. Después de ti no quiero a nadie.
Es que yo quiero ser el que nunca olvide tu cumpleaños, quiero que seas mi rosa y mi espina aun que me hagas daño, quiero ser tu carnaval tus principios y tus finales, quiero ser el mar donde puedas ahogar todos tus males - tararee suavemente - nos queda mucho por vivir, mi vida.
Nunca me olvides vale? Si no es contigo no quiero nada. - Los pitidos que seguían sus signos vitales poco a poco fueron desvaneciendo, hasta que un pitido constante indundó por completo aquella habitación de hospital.

Rápidamente entraron 4 médicos y tuve que salir, no podía ser que nos fuera a dejar.
Volví con Ferrán y Gavi, los cuales se sentían igual que yo, desolados.
Abrace a papá y volví a llorar

- El puede con todo Iré - dijo papá - ya verás como sale de aquí más fuerte que nunca

Mi mundo se estaba muriendo.
Todavía se oían gritos que provenían de dentro de aquella fría habitación de hospital.
Finalmente los gritos cesaron, cosa que me partió en dos.
Había muerto.
Me senté en una de las sillas, llorando a más no poder.
Las puertas del ascensor se abrieron, ahí estaba Melendi.
En cuanto lo vi corrí a abrazarlo.

- Ya no está - dije.

Me sentía tan protegida en sus brazos, el me había demostrado que estaba en las buenas y en las malas.
Todos lloramos.
Estaba perdida, solo pensaba en que si él se iba yo también.

- No puedo - dije apollada en los brazos de Melendi - si él se va, yo también - dije haciendo que todos miraran hacia mi.

- No cariño, ahora tú tienes que vivir por el, yo estaré a tu lado cuando haga falta - dijo rodeándome con sus brazos.

Mi corazón estaba roto, algo en mi se había apagado, ya no podría ser feliz sin el, sin mi Pedri.








Desde que estamos juntos 🎵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora