Capitulo 05 Agua hirviendo

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Becca se sintió aturdida, conocía la casa pero no el brazo que la rodeaba. Se levantó gritando y rápidamente despertó a Nathan. Recordó todo lo de la noche anterior, y quiso llorar nuevamente. Ver a Kate aferrarse a ella con toda la fuerza de su enorme cuerpo trabajado en el gimnasio la hizo sentir mejor. Se acostó de nuevo y se aferró a la morena. Lloró en silencio mientras Nathan se levantaba a hacer el desayuno.

Su marido la invitó a la que hace un año era su mesa y despertó a Kate. Que somnolienta la abrazó y le dijo:

—Aquí estamos, mi vida, no voy a dejar que nada te pase de nuevo. 

Le agradeció internamente a la perra que le robó a su familia y la salvó de que alguien más la violara mientras ella se levantaba y se sentaba en la mesa.

Sacaron galletitas, café para ella y mate para Nathan y Kate. 

Explicaré esto, mi abuela Samara es uruguaya a muerte, nacida Montevideo, conoció ahí a mi abuelo, se comieron la torta antes del recreo (quedó embarazada de mi tío), se tuvieron que casar hasta que embarazada nuevamente estalló la dictadura y al igual que la familia de mamá, migraron a tener un mejor futuro. Así que sí, en New Horizons nadie nos quiere porque ni siquiera somos realmente de acá.

Como buen descendiente de uruguayos, Nathan toma el mate como debe ser. Hirviendo que se te quema hasta la tráquea, en un termo y perfectamente armado. Hacerle mal un mate (como acostumbraba Kate) solía ser motivo de llanto para él, que sí, lloraba cuando le cebaban mal el mate y cuando perdía Peñarol. Y cuando cayó la dictadura. Y esto yo no se los conté, peeero, una vez lo vi llorar por Maradona y aun así, no lloró en mi nacimiento. No sé como mamá no se dio cuenta que nunca me quiso. Es verdad, ¿cuántos goles a los ingleses he hecho? Ninguno, pero yo mido 1.70 cm y Maradona jamás me va a poder superar eso.

No tocó el mate, estaba muy caliente y lo dejó destapado, grave error.

—Gracias por lo que hicieron por mí —musitó Becca y levantó los ojos para verlos agradecida. Eternamente agradecida.

—No has sido la mejor, pero lo que pasó, fue horrible —dijo Kate mientras acariciaba su mano.

—Creo que podemos trabajar una custodia compartida, ¿no?

—No, definitivamente no —dijo Kate— no quiero ni es necesario que Ted tenga dos mamás. Conmigo está bien y es suficiente.

—Ted tiene solo una madre —Becca había olvidado completamente lo que habían “hecho” por ella— y soy yo. Puede saber que eres la madrastra, pero nuestros tonos de piel hablan por sí solos, soy rubia y tú no. Ted es rubio, no negro.

A Kate le hirvió la sangre.

—¿Qué mierdas dices, cabeza hueca? ¿En serio crees que podría criarlo una basura de tu tamaño? No puedes cuidarte ni a ti, ¿o te debo recordar que ayer tomaste hasta la inconsciencia y eso hizo que te violaran? En este momento, creo que lo mereciste. 

A Becca los ojos se le llenaron de lágrimas, rápidamente tomó el termo con agua hirviendo y…

Termino con cualquier tenencia compartida que haya planteado. Beca perdió a su familia, al hombre que amaba y a su primer hijo. Los perdió porque jugó contra la reina de la partida, porque pensó que ganar podía, y no, nunca podría.

Aún así, los días anteriores a mi concepción hará su mejor y última jugada, eso hará que se derrumbe el juego de a poco. Esto es un Jenga, ella sacará la mejor pieza y todo caerá, aún así, no salió victoriosa, como nadie aquí.

Revoleó el termo de agua hirviendo y amenazó a los comensales, Nate se escondió y Kate la enfrentó. El agua se derramó entre gritos de dolor por parte de la morocha y sin querer la mejor jugada en la guerra por el ricitos de oro se consolidó.

Entre gritos, llamaron a una ambulancia, que atendió a Kate que gritaba de dolor y también llegó la policía, buscando responsables y llevando a Becca.

Esto es una porquería, queridos, y todavía no vino lo mejor.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2022 ⏰

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El infierno que provoca un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora