Jimin estaba cansado. Exhausto. Pero no físicamente, sino emocionalmente. Cansado de Yoongi.
¿Cuánto tiempo más iba a negarlo?
Sentado en su camerino, el rubio observaba la pantalla del televisor, donde Yoongi aparecía sonriendo a la entrevistadora que lo miraba embelesada. Respondía las preguntas con tranquilidad, con esa naturalidad suya que siempre parecía mantenerlo al margen de todo. A Jimin le hervía la sangre. Apagó el televisor con un movimiento brusco y se hundió en el sillón.
Esa noche sería decisiva. Lo sabía. Ya no podía seguir engañándose. La venda que llevaba en los ojos respecto a su relación con Yoongi estaba cayendo, y el proceso, aunque necesario, dolía más de lo que había imaginado.
Le dolía que Yoongi fuera así con él.
Desde que salió del clóset como gay, Jimin se había sentido libre. Había sido un paso grande, difícil pero necesario, y lo hizo con la frente en alto. No tenía miedo ni vergüenza de ser quien era, y estaba profundamente agradecido por el apoyo de sus fans. Pero ser un ídolo famoso tenía su precio, siempre bajo la mirada del público, cada movimiento y palabra eran analizados al detalle.
Eso no lo asustaba.
Lo que realmente lo hacía sentir indefenso era la actitud de Yoongi.
Ambos eran ídolos, miembros de la misma empresa, aunque muy diferentes. Yoongi siempre había sido reservado, casi hermético, alguien que prefería evitar los reflectores y las preguntas inquisitivas de los medios. Jimin, por otro lado, era todo lo contrario, espontáneo, alegre, un ser de luz que siempre intentaba alegrar los días de los demás.
Esa diferencia nunca había sido un problema para él, de hecho, solía pensar que era parte del encanto de su relación. Llevaban dos años juntos, y Jimin había sido, al menos al principio, el hombre más feliz del mundo. Disfrutaba cada pequeño gesto, cada sonrisa tímida que conseguía arrancarle a Yoongi. Pero con el tiempo, la distancia emocional comenzó a pesar.
Yoongi era frío. No cariñoso, no detallista. Y aunque Jimin intentaba justificarlo, a veces sentía que amaba a alguien que no estaba dispuesto a corresponder de la misma manera.
— Yo no sé qué diablos le viste a Yoongi. Ese tipo no tiene sentimientos. —le había dicho Taehyung más de una vez.
— Claro que tiene sentimientos. Es humano, no una piedra.
— Es inútil hablar contigo, estás cegado. —afirmó su amigo con franqueza.— ¿Te ha dicho al menos que te quiere alguna vez?
Jimin no había podido responder.
Le dolía admitirlo, pero Tae tenía razón. En dos años, Yoongi nunca le había dicho que lo quería.
— Mándalo a la mierda de una vez por todas. —insistió Taehyung.— Jimin, mereces a alguien que dé lo mismo que tú en una relación.
Y sí, se lo merecía.
La conversación que tuvo con Yoongi antes de los premios aún resonaba en su mente:
— No entiendo por qué te cuesta tanto decir que estamos juntos. —le reclamó Jimin, tratando de mantener la calma.
— Yo no entiendo por qué a ti sí te importa tanto. —respondió Yoongi, seco.
— Porque yo sí te tomo en serio. ¿Acaso tú no?
Silencio.
Jimin entendió.
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𝓓𝓸𝓷𝓮 𝓕𝓸𝓻 𝓜𝓮 - One Shot.
FanfictionDonde Jimin se cansa de ser negado y ocultado por Yoongi.