CAPÍTULO 28

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Estuvo esperando todo el fin de semana la guía del examen de Geografía. Se cansó de actualizar su correo y no recibir nada, por lo que lo dejó de lado y decidió pasar la tarde del domingo en cama. Sabía que no necesitaba la guía para comenzar a estudiar, pues tenía un cuaderno lleno de apuntes, pero se sentía física y mentalmente cansado. El examen sería en 4 días, por lo que podía ponerse a estudiar a partir del lunes con más calma y con ganas de hacerlo.

Cuando estaba a punto de conciliar el sueño recibió una notificación. Al ver la pantalla del celular se encontró con el correo que tanto había estado esperando. Genial, justo cuando estaba logrando un poco de tranquilidad llega esta señora a atormentarme de nuevo la vida.

"Buenas tardes. Adjunto la guía para el examen final. No se va a preguntar nada que no se haya visto en las clases. Todo está en sus apuntes. Prepárense mucho y nos vemos el jueves a las 2:00 PM en el aula de siempre."

"No se va a preguntar nada que no se haya visto en las clases", cuando la mitad de sus exámenes eran cosas que ni mencionadas estaban en las presentaciones. Ya que estaba nuevamente preocupado estaba conflictuado sobre lo que tenía qué hacer: descansar o ponerse a estudiar la larga lista de temas que le acababan de enviar.

Cuando estaba optando por la segunda opción notó nuevamente lo agotado que se sentía y sabía que si estudiaba en esas condiciones sería tiempo perdido, así que cerró los ojos y durmió hasta que su madre lo despertó para que bajara a cenar.

El lunes se la pasó encerrado en casa estudiando. Ya eran vacaciones para todos, menos para él y los otros 4 que no quisieron pagar la práctica de campo de Geografía. Se dio cuenta que abarcar todos los temas era demasiado complicado, pero avanzaría lo más que pudiera y trataría de profundizar en aquellos que más se le complicaban, aunque había varios temas que le daban ganas de arrancarse la cabeza.

Pasaron dos días, y estaba a un tema más de enloquecer cuando nuevamente recibió una notificación de su correo.

— ¿¡Por qué me interrumpen!? ¿¡Qué acaso no saben que estoy ocupado tratando de salvar una materia!? — Agradeció estar solo porque la escena se prestaba a un diagnóstico de esquizofrenia.

"Hola, Gibran. Te escribo para preguntarte si quieres presentar el examen final. Tienes 7 de calificación y no tengo ningún problema en colocarte eso en el sistema. Quedo atenta a tu respuesta"

— ¡Esto es un milagro! — Aventó el cuaderno de Geografía a su escritorio, encendió su laptop y empezó a redactar el correo aceptando esa oferta. Claro que no quería presentar el examen final y claro que sí quería que le dejara ese 7 de calificación.

Cuando envió el correo no pasaron ni cinco minutos cuando recibió la respuesta, deseándole unas excelentes vacaciones.

Su alma volvió a estar en paz. Sintió como si aterrizara nuevamente en tierra y desechó inmediatamente todo lo que había estudiado aquel día y días atrás de Geografía.

Y por una vez en su vida agradeció que la profesora fuera tan floja, pues gracias a eso no habría examen final.

***

Sus amigas decidieron hacer una videollamada para festejar la gran noticia del día. Todas compartían la emoción de Gibran, ya que era el único que se había ido a finales de ellos y era digno de celebrar que se había salvado de aquel mal trago que pudo haber sido peor para su calificación y su promedio que, aunque no era el mejor, tampoco era tan malo. No esperaba ser el mismo alumno de excelencia de la secundaria, el bachillerato le mostró la realidad y tal vez no era tan bueno como pensaba, pero no quería desmotivarse en aquel momento. Lo que quería era compartir una buena charla con sus amigas antes de que todos llegaran a casa para celebrar la noticia.

— Podemos quedar en salir en celebración a que sobrevivimos a nuestro primer año del bachillerato. Nos merecemos un descanso después de tanto estrés — Todos estuvieron de acuerdo con Giselle e inmediatamente comenzaron a sugerir lugares divertidos a los que ir.

— Recorcholis puede ser una opción — sugirió Nancy.

— O tal vez podamos ir a desayunar — no les sorprendió que Vanessa haya propuesto ir a comer. Aunque era un plan de señoras, Vanessa siempre había demostrado su gran interés y preocupación por alimentarse.

— O podemos ir a pasear a alguna plaza, Bellas Artes o irnos a perder al centro — a Gibran rara vez se le ocurrían buenas ideas, pero pensó que aquellas no estaban del todo mal.

— Me agrada, soy muy buena perdiéndome — todos rieron ante la afirmación de Nancy porque era verdad. Era la mejor en ese sentido, por lo que a veces les daba miedo que llegara sola a algunos lugares, pues, aunque sus padres la llevaran también se perdían con ella.

— Tendremos tres meses de vacaciones, así que creo que podemos hacerlo todo tranquilamente. A menos que alguien tenga pensado irse de vacaciones.

— Creo que yo saldré hasta julio — Giselle era la que más viajaba de todos. Tenía fotografías en varios lugares en comparación del resto.

— Entonces hay tiempo, ¡vamos a algún lugar kawai! — Aidée no podía dejar de ser Aidée ni detrás de la pantalla.

— Bueno, creo que Gibran debería tener la última palabra y escoger el lugar al que quiera ir —. Todos asentaron con un movimiento de cabeza. Aidée comenzó a utilizar los filtros de las videollamadas de Messenger y su cuadro no dejaba de cambiar de colores.

— Y eso que aún no recibe la otra gran noticia.

— ¿Qué otra gran noticia? — preguntó Gibran, con curiosidad.

Las cinco chicas se quedaron calladas y el misterio lo empezó a inquietar. No supo descifrar la expresión de sus amigas, eran muy variadas, así que no supo deducir por donde iba la cosa.

— Aidée — Giselle le habló con una sonrisa un poco tensa. Gibran se acomodó en su asiento.

— ¿Qué? — Era demasiado buena para dejar con la duda y fingir como si no hubiera dicho nada.

— Te estamos esperando — Gibran se estaba impacientando y si la hubiera tenido enfrente la habría zarandeado para que hablara.

Aidée estaba negativa a hablar, pero sintió la presión de las cinco personas que la veían en la pantalla y terminó cediendo.

— Está bien. Eso me pasa por tener la boca tan suelta —. La última oración la dijo en voz tan baja que casi no la escucharon, pero eso no le importaba a Gibran. Sentía que algo muy bueno estaba por venir —. Bueno, ya saben que los chismes vuelan rápido...

— Sin rodeos Aidée — la regañó Vanessa.

— ¡Pero no me hables así de feo! — Hizo una breve pausa para inhalar y exhalar —. A veces me hablo con más gente del grupo, personas de la sección B. Y me llevo bien con Eduardo, todos lo conocen, ¿no? Alto, delgado, huero, atlético, un poco tonto...

Gibran conocía a Eduardo porque pertenecía al grupo de los chicos de la sección B que detestaba. Él también era participe de las miradas, gestos y actos de desprecio hacia él y su grupo de amigas. Aunque fuera guapo, era más el rechazo que sentía por él que le fue imposible babear por él.

— Estuve hablando un rato con él y me enteré de algo que me dejó muy impactada. Y es que... ¿ya comieron?

— ¡AIDÉE! — gritaron todos al unísono, haciendo a su amiga la más chismosa respingar.

— ¡Está bien! Eduardo empezó a salir con Mairim. Ella y Alejandro terminaron hace una semana.

Leave Me Lonely © [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora