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"Me gustas, Seungmin"

El rubio se quedó dormido en la casa del peliazul, pues anoche había llegado algo tarde y se había despertado antes. 

Por lo que ahora se encontraba mirando al techo, con un brazo bajo su cabeza mientras pensaba en las palabras que Jeongin le había dicho la noche anterior. 

<<¿Qué siento yo por él?>> se preguntó Seungmin.

El más alto quería a Yang, demasiado.

No soportaría que algo le pasara y amaba cuidarlo. De hecho, siempre se había preocupado por el menor.

Las veces que Jeongin se enfermaba y tenía que quedarse en cama por varios días, Seungmin iba a visitarlo para que no estuviera solo y pasar el rato con él. Además, Kim podía quejarse de la mucha tarea que sus maestros le dejaban o lo mucho que su profesor de literatura, el señor Park, lo odiaba.

Pero todo eso no importaba. No importaba porque no era lo mismo que sentía Jeongin por él.

Lo que el de cabellos azules sentía por Seungmin no sólo era preocupación por el mayor, no sólo lo quería. Yang estaba enamorado de Kim y no había nada que pudiese comparar con eso.

El rubio necesitaba darle una respuesta pronto a Jeongin pero en realidad no tenía idea de cómo y si sería tan rápido como deseaba.

Tampoco quería lastimarlo, era lo último que quería.

– Te ves guapo cuando estás pensativo – susurró una voz un poco ronca.

Jeongin había despertado y lo miraba. Cuando Seungmin lo miró con una ceja alzada, se tapó la boca en seguida.

Recién se había dado cuenta de lo que dijo y sus mejillas estaban rojas.

Kim sonrió de lado.

– ¿Cómo estás, Innie? – preguntó el rubio cambiando de tema – ¿Te duele la cabeza? 

– Un poco –hizo una mueca.

Seungmin negó divertido.

– ¿Quieres que te traiga algo? –lo miró expectante –Puedo hacerte una sopa.

Jeongin asintió sonriéndole después de pensarlo un poco.

– Ahora vuelvo, entonces – tomó la cara del menor entre sus manos y depositó un pequeño eso en sus labios.

El rubio se paró de su lugar dejando al peliazul en su cama para dirigirse a la puerta de la habitación y bajar las escaleras.

Escuchó una voz masculina en la cocina y se extrañó, acercándose lentamente a aquel lugar.

Luego recordó que era sábado por lo que el padre de Jeongin no trabajaba hoy.

El señor Yang era un hombre de negocios, muy pocas veces se encontraba en casa y los días que estaba con su hijo, sábados y domingos, pasaba el tiempo en su estudio hablando por teléfono con clientes o sus trabajadores.

Seungmin siempre se sentía mal por el hecho de que su amigo de cabellos azules estuviese solo en casa. Por lo que, de hecho, prefería estar en casa del menor que en la de él mismo.

– Lo necesito para el lunes, Jang – dijo el señor Yang – De acuerdo, sí. Gracias, nos vemos el lunes –colgó.

Seungmin había entrado cauteloso, intentaba no molestarlo pero no funcionó pues el señor lo miró mientras comía una pasta algo sorprendido.

– Seungmin, – habló tapándose la boca con una mano mientras masticaba y luego tragó – ¿Qué haces aquí?

– Hola, señor Yang – saludó con una sonrisa nerviosa –Anoche Jeongin y yo fuimos a una fiesta, – explicó, rascándose la nuca algo incómodo – Y volvimos algo tarde así que me quedé. Lo siento – se disculpó.

– No, está bien Seungmin – le sonrió tranquilizándolo – Prefiero que te quedes aquí a que vuelvas tarde a casa.

El rubio sonrió agradecido.

Sin decir nada más, Seungmin agarró las cosas que necesitaría para la sopa que le haría a su amigo de cabellos azules.

– ¿Resaca? – cuestionó el señor Yang al lado del joven de cabellos rubios quien seguía preparando la sopa.

– Si, me duele un poco la cabeza –mintió e hizo una mueca.

El padre de Jeongin rio negando levemente la cabeza.

– Si es para Jeongin no me enojo – habló mirando a Kim – Pero dile que si va a volver a beber que no tome demasiado. No le gusta el alcohol así que no sabe hasta donde puede tomar.

Seungmin asintió de acuerdo con él.

Tenía razón. Jeongin no era del tipo de adolescente que salía a fiestas para alcoholizarse. Yang prefería salir con sus amigos al cine, ir a comer o sólo quedarse en casa. En cambio, Seungmin no disfrutaba tampoco beber, sin embargo podía hacerlo sin ningún problema. Además, él aguantaba un poco más que el peliazul.

Cuando la sopa estuvo lista, tomó un tazón y sirvió en él un poco para luego agarrar una cuchara, llevándosela a su amigo quien esperaba en su dormitorio revisando su teléfono.

Jeongin al verlo se sentó en la cama recargándose en la cabecera de esta y colocó el plato sobre sus piernas para comenzar a comer.

– Tu padre dice que la próxima vez que tomes no bebas demasiado – susurró Seungmin mirando al menor soplando su sopa.

– ¿Le dijiste que bebí? – dejó la cuchara en el plato y miró al rubio expectante.

Kim asintió.

–Tranquilo, no me dijo nada – sonrió tranquilizándolo – sólo eso.

Jeongin sólo esperaba que, cuando su amigo se fuera, su padre no le reprediera.

Lo que quedaba de la tarde, Seungmin la pasó cuidando a su amigo y decidieron ver películas o solamente charlar. Aunque a veces compartían uno que otro beso.


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'⌇⩩ . Kiss me ᨃ. ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora