1. No me dejes.

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Hola, mi nombre es Samantha Thompson, puedes llamarme Sam. Tengo 17 años y vivo en Los Ángeles. Te contaría la historia de lo perfecta que es mi vida, si lo fuera claro, pero no es el caso. Yo nací en Toronto, pero nos vinimos a vivir aquí mi madre, mi padre y yo por asuntos de trabajo. Mis padres son Lissa y Robert Thompson. Ellos... Pues ellos llevan una vida tratando de esconder sus problemas. Ante las personas somos una familia feliz, ¿En casa? Todo es un infierno. Desde que recuerdo cuando mi madre entró a trabajar a Dallas House como vicepresidenta mi padre se la pasa inventando historias de que ella lo engaña con su jefe. Recuerdo perfectamente la cantidad de golpes que le dio hace 3 días por llegar tarde en la hora de comer. En realidad no se porque mi madre sigue aquí, no puede decir que es por mi. Yo más que nadie le digo que nos vayamos. Por amor? Esa no es opción, antes mis padres se amaban, eran completamente felices, no se en que momento nuestras vidas se convirtieron en una jodida mierda.

Por otro lado mi... Agggh... mi padre dirige una compañía tequilera y se que no es excusa, pero gracias a ello bebe todos los días. No puedo quejarme de que han sido malos padres porque nunca me ha faltado nada, sólo una familia. Estudio en un instituto al que sólo asistimos mujeres. Mi mejor amiga se llama Olivia, tiene un novio que se llama Sean no me gusta, no se que sea, su mirada creo; es de esas que te miran tan profundamente que hacen sentirte pequeño a su lado. Mi novio. Aún no me acostumbro a decirle de esa manera, el es Frank, lo conocí en una de las fiestas del trabajo de mamá y tenemos 3 meses saliendo. Creo que es todo lo que podría ser de relevancia en mi vida, como ven soy un libro abierto. A veces pienso en como sería todo si siguiéramos en Toronto...

-¡Sam!- escuché la voz de mi madre desde la planta baja, hoy es domingo así que estará todo el día aquí. Papá está de viaje, pero no se fue sin dejar un guardaespaldas que cuide a mi madre, ¿posesivo no lo creen?. Este tipo no parece ser tan duro como papá pero aún así da miedo.

-¿Si? Ya voy madre- bajé las escaleras corriendo y me quedo en shock al ver lo que veo. Mi mamá. Dos maletas. Un boleto de avión. -¿Qué esta pasand..- no puedo terminar, creo que es más que obvio. Tenía que estar preparada para el momento de irnos de esta casa. -¿Por qué sólo hay un boleto?-.

-Pequeña, lo siento tanto- las lágrimas empiezan a salir de sus ojos como grandes ríos- Se que esto no es justo para ninguna de las dos... Dios mío ¿por que me haces esto?- dijo llorando aún más fuerte.

-Tranquila mamá, lo superaremos juntas.- Dije tratando de ser fuerte y animarla, aunque por dentro sentía como me rompía.

-Samantha. Te amo pequeña- dijo y me abrazó tan fuerte como jamás lo había hecho.- Se que esto es muy injusto, pero necesito tu ayuda. El guardaespaldas no se me aleja en ningún momento, necesito que lo distraigas.

-¿No me llevarás contigo?

-Te prometo que aré todo lo posible mi amor para llevarte conmigo, pero por el momento tengo que irme yo sola.- triple shock.

-NO ME DEJES!...- dije aferrando un agarre a su camisa azul.

-Teprometo que en cuanto pueda mandaré a alguien por ti mi niña, solo que primero ocupo buscar un lugar en el que estemos a salvo, uno en el que seamos las dos contra todo.

No me quedaba más que aceptar. Soy lo bastante miserable yo al verla tan mal como para querer que siga a mi lado y ella sienta en carne propia todo. Los golpes e insultos de mi padre.

-¿Que le digo al chango?- dije con una sonrisa, tenia que no estar fuerte para mi madre, la mejor persona de todo el mundo.

-Bien, quiero que le digas que te lleve a casa de Olivia, un taxi me espera en la calle de atrás. Te dirá que no me puede dejar sola, tu le dirás que es muy importante.

-Está bien- dije a secas.

-Volveré por ti mi niña.

Asenti y le sonreí. Ella me tomó en brazos nuevamente y me besó la cabeza. -Te amo.

-Yo también te amo mamá.

Despidiendome de ella me seque las lágrimas y subí por mi bolso. Salí de la casa y a lado del coche estaba el chango como yo le digo.

-Disculpe.- dije mirando hacia el.

-¿Puedo ayudarla señorita Thompson?

Asentí y tragué saliva. - Lo que pasa es que me acaba de llamar mi amiga que tiene un problema, que me necesita urgente en su casa, pero no se conducir, ¿me podrías llevar?.

-Lo siento señorita, son ordenes de su padre no dejar sola a la señora Lissa.

-Si no fuera tan importante no se lo pediría, por favor, me regreso en taxi si no me puede esperar.

-¿Por qué no va en taxi también?

Bufé.- Bien, tendré que desobedecer a mi padre, el odia que ande en taxi, se molestará.

De inmediato noté como su mirada cambió. -No es necesario. Yo la puedo llevar.

-Muchas gracias. Trataré de ser rápida- dije y subí en el asiento trasero a la camioneta de mi madre. Miré por la ventanilla y vi a mi madre llorando aun. Con los labios dije adiós ella me sonrió y puso su mano sobre el cristal y vi como caía hacia abajo.

La extrañaré. No se el porqué. Sólo siento que no la veré jamás.

le indique el camino hacia la casa de mi amiga mientras le escribía un texto diciéndole que iría para que saliera, que era muy importante y fingiera estar mal cuando me viera. No sin antes ponerle un después te explico porque esta chica es en verdad algo metiche.


BROKEN (mil pedazos).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora