La vida de los cazadores de demonios puede ser fugaz y los riesgos a los que se enfrentan son continuos con la muerte a la puerta de sus vidas.
Aquel cazador cuya sangre nació sin talento, vivirá un romance astral que marcara su vida y la de los qu...
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Llego a la casa de las Glicinias cerca de la tarde noche, acompañado de algunos Kakushis después de que el cuervo les indicará el punto donde estaba la cabaña y rápidamente fueran a hacer limpieza, en su espalda traía cargando a la niña que se había negado a separarse de el en todo el camino, sentía cierta incomodidad por ello, pero al mismo tiempo entendía su miedo.
- Buenas noches joven Genya, permitame ayudarle con su acompañante - dijo la líder de la casa y en cuestión de unos minutos apareció Yumei en el salón, que al verlo soltó las sabanas que traía en las manos y corrió a abrazar al joven ante la sorpresa de los presentes
- ¡Joven Genya! Yo... ¡Le reze tanto a los dioses para que usted volviera con bien! -
- ... - El joven no contesto nada, solo se limito a mirar a otro lado completamente sonrojado y altamente sorprendido sintiendo como los brazos de la chica se cerraban en torno a su cuerpo con cierta fuerza mientras pegaba su rostro a su pecho, sintiendo como ese solo acercamiento rápidamente hizo que su pulso se acelerara y su corazón diera un brinco que solo se pudo traducir como de felicidad al verla de nuevo con aquel recibimiento tan grato para el.
- Yumei controlate, esa no es forma de dirigirse a un cazador - dijo su madre con tono tranquilo, pero serio.
La joven sonrió y se alejo del joven limpiándose las lágrimas y tomando compostura
- Quiero que cuides a esta niña - dijo la líder dirigiéndose a la chica
- ¡No!...Yo quiero quedarme con Genya - decía la niña en voz baja mientras se escondía tras de la pierna del chico sin soltarlo mirando con recelo a los presentes.
Yumei la miro y se inclino a la altura de la menor y le hablo con tranquilidad; Genya volteo solo un poco para ver a esa bella joven hablar con paciencia y dulzura, mirándola fijamente y sin darse cuenta se perdió de nuevo en esos ojos y esos labios resaltados por el labial, provocando que su sonrojo inicial se intensificara de nuevo con mas fuerza.
- Ho linda... se que el es un hombre muy fuerte y te sientes protegida a su lado, pero el esta muy cansado y necesita asearse, comer y descansar al igual que tu... no te preocupes yo estoy aquí para ayudarte y protegerte también - La chica se inclino con una sonrisa tan dulce y amable que la niña solo atino a voltear a ver a Genya que de pronto y dándose cuenta de que ambas lo miraban, rápidamente giro de nuevo su cabeza a otro lado completamente sonrojado y sin decir absolutamente nada; la niña miro de nuevo a la chica y le dio la mano para que ambas fueran a la habitación para asearla, momento en el que Genya volteo a ver discretamente como se alejaban prestando mayor atención en la silueta de la chica que era acentuada por el bello kimono que portaba ese día.
- Disculpe a mi hija, es la primera vez que la veo reaccionar así, creo que usted le dejó muy buena impresión las semanas que estuvo aquí, ahora la niña estará bien atendida por ella-
