"Chocolatito y nieve"
LA MAÑANA ESTABA BASTANTE HELADA, en el pronóstico del clima se había dicho que hoy se daría inicio a la época de nieve, la primera nevada, se dice que si tienes la oportunidad de verla con tu pareja o la persona que amas su amor se volverá firme y duradero, para Dulce era el mejor momento de vender su chocolate, ella era dueña de una no muy chica cafetería, ella amaba los dulces, asi que en honor a su gusto y su nombre aprendió todo lo relacionado con la repostería y panadería, su mamá amaba el pan, así que por ella se aventuró a jugar con la harina.La pequeña campana sonó dando a conocer que había llegado un nuevo cliente, una pareja caminaba feliz a uno de los lugares cercanos a la ventana, sus dedos entrelazados y la amorosa mirada que cada uno se regalaba hacían que el corazón de Dulce se enterneciera.
Ellas siempre había fantaseado con conocer al "Hombre de sus sueños" pero también sabía que conocer a un hombre que cumpliera con sus específicas exigencias sería muy difícil, pero ella quería soñar con conocerlo y soñar no cuesta nada.
-¡Señorita!- Levantó la mano el joven para llamar la atención de Dulce.
Ella con una sonrisa se acercó tomando su orden: "Dos chocolates, cuatro panecillos rellenos de queso y dos donas" cabe resaltar el amor de Dulce por el chocolate, era tal su amor que soñaba con beber el chocolate caliente con su pareja en una mañana de invierno mientras hablaban de su vida.
La campana sonó nuevamente, está vez, un joven solitario con auriculares puestos entró y se posicionó en el lugar más lejano de la cafeteria, Dulce pensó que podría ser que el lugar estuviera más calentito. El chico levanto su mano mientras observaba el montón de papeles sobre la mesa.
- Esos son demasiados papeles - Se dijo Dulce, ya que el montón era visible hasta el otro lado de la cafeteria.
>> ¡Buenos días!- Saludo con su dulce y caracteristica sonrisa.- ¿Que le gustaría ordenar?.
- Un americano, por favor. - Respondió el chico sin levantar la mirada de los papeles con figuras muy familiares para Dulce.
-¿Un americano? Le recomiendo el chocolate- Sonrió.
>> Es perfecto para este día.
- No me gusta el chocolate - Respondió el joven.
- ¡¿A quién en su sano juicio no le gusta el chocolate? ¡Es lo más delicioso del mundo! - Exclamó un poco incredula.
- A mi - Respondió en un tono "Seco" pero realmente estaba conteniendo la risa.
- Está bien.....¿Desea algo más? -Lo observó.
El joven negó y retomo su trabajo, era compositor y productor musical y las figuras que había visto Dulce eran partituras, debía terminar pronto su trabajo para poder tomarse unas pequeñas y muy merecidas vacaciones, esa era la idea que le permitía trabajar desde muy temprano hasta muy tarde.
Dulce llegó con el americano que el joven había pedido con una diminuta sonrisa preguntándose la razón por la que el chico no disfrutaba el chocolate cómo todos los demás.
Con un simple gesto el chico agradeció y dirigió su vista a las partituras. Dulce volvió a su lugar con una enorme sonrisa a atender a los nuevos clientes.
▪▪▪
La tarde entera paso y la hora de cerrar la cafeteria había llegado, Dulce había disfrutado este día, añadiendo que muchas personas habían gozado de su comida y el chocolate de ese mañana se había vendido como pan caliente. Dulce elevó la mirada para asegurarse de que nadie estuviera en el lugar, segundos después observó en dirección al montículo de partituras y a aquel chico sumido en ellas, el había estado aquí todo el día y era de manera ocasional observado por Dulce.
Ella se despidió de unos de sus empleados, Dulce procuraba tener una buena relación con los que la rodean, ella hacía honor a su nombre. Se acercó al joven que no se había percatado de su presencia y sentándose frente a el con una sonrisa en los labios le notifico que era hora de cerrar la tienda.
- Lo siento mucho...- Se disculpó el joven - Sé que podría sonar un poco descortés pero....¿Me podrías dar un tiempito? - Un puchero se formó en los labios del joven mientras juntaba sus dos manos en forma de suplica.
>> Es que en mi casa pasa mucha autopista y es muy ruidosa...y en mi lugar de trabajo han estado haciendo algunas reparaciones y el sonido es demasiado estruendoso, más que no hay en donde pasar. - Suplico.
- Está bien.- Dijo dulce con su respectiva sonrisa de conejo.
- Buscaré la manera de recompensarte pero por favor permíteme que me quedé aquí mientras termino esto - Hizo una pausa - ¿Dijiste que si? .- Abrió sus ojos y su boca en forma de "O" bastante cómica.
- Si, aunque no tengo nada que hacer asi que ¿Podría quedarme aquí contigo?¡No haré ruido!. - Ahora ella la que suplicaba.
- No me molestaría, no creo que seas tan ruidosa cómo los demás trabajadores.
Continuará
~No olviden votar ⭐
~Se les quiere <3
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𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗢 𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥 𝗜𝗡𝗩𝗜𝗘𝗥𝗡𝗢 | ᴬⁱᵈᵃⁿ ᴳᵃˡˡᵃᵍʰᵉʳ
Fanfiction"¡¿A quién en el universo podría no gustarle el chocolate?!" Dulce es dueña de una cafetería la cual hace honor a su nombre, su sueño es poder beber chocolatito al lado de la persona que ama, pero, ¿Y si a esa persona no le gusta el chocolate?.... ...