El Reencuentro (Reescrito)| Emiliano Dibu Martínez

Hay que verle el lado positivo

Los días pasaron, por mi parte, muy rápido. Emi iba a entrenar, Santi se quedaba conmigo a ver la tele o hacer la tarea, María me confesó que estaba enamorada de un amigo de Emi, pero que todavía no se animaba a decirme quien, pero todo apuntaba que era Alexis..

Santi terminó de hacer la última oración de análisis sintáctico, hasta yo lo odiaba, cerró el cuaderno y me miró atentamente.

—Qué te parece si vamos a la plaza?—dijo con un tono juguetón.—Bueno—acepté sin más—andá a cambiarte y vamos.

El asintió y salió corriendo a su habitación, Emi estaba ausente en la casa, se había ido a Francia por un partido pendiente. Y digamos que yo me quedé a cargo de Santi por unos días. Me levanté de la silla y guardé las cosas de Santi en su mochila. Busqué algo de plata porque, ya sabía que iba a pedir algo, y después salió ya cambiado con una pelota de fútbol esperandome en la puerta.

Lo miraba desde la puerta de la cocina, él me miraba a mí. Era igual a su papá. Dejé mis pensamientos a un lado y agarré las llaves.

—¿Vas a jugar con tus amigos?—dije abriendo la puerta.—Sip,espero que estén ahí—dijo saliendo rápido a tocar el botón del ascensor.
El ascensor se abrió y Santi pasó primero, yo atrás de el. Apreté el botón de "planta baja" y las puertas se cerraron y empezó a descender.

—Extraño a papá—soltó.—Yo también—dije mirandolo transmitiendo confianza—pero cuando menos te de cuenta ya va a estar acá para que puedan jugar juntos—él sonrió conforme. Captó mi confianza y soltó su pelota, y me abrazó las piernas, me agaché y me quedé a su altura y lo abracé fuertemente.

Estaba pasando por un duro momento, sus padres se separan, su padre se reencuentra con su vieja novia, nueva vida, nueva familia... Era muchísimo...

El ascensor paró. El se soltó y asintió. Tomó la pelota, yo me levanté y él agarró mi mano y las puertas se abrieron. Le sonreí y caminamos hacia la puerta del edificio.

Santi estaba jugando con sus amigos, y las mamás de esos nenes estaban reunidas cerca de la "cancha" que había en la plaza, charlaban, seguro eran de esas viejas chusmas, digo no sé, porque me miraban y comentaban cosas.

Yo estaba en una banca adentro de la "cancha", estaba viendo a Santi, lo alentaba y además jugaba muy bien, parece que su papá le enseñó bastante bien.

Los amigos quedaban boquiabiertos de la manera que jugaba él. Y finalmente el equipo de Santi terminó ganando. El corrió hacia mí, yo me paré y lo esperé con los brazos abiertos.

—¡Felicidades!—dije felizmente.—¡Gracias ma!—gritó de felicidad. Yo me quedé estática,pensandolo bien, soy la mamá de el literalmente. Bueno no tan literal pero....

Parpadeé un par de veces y reacioné.

—¿Querés ir a tomar un helado como "trofeo"?—dije intentando cambiar el tema de conversación.—¡Sii!—dijo saltando. Salimos de la canchita y el grupo de mamás me seguía mirando. Yo frunci las cejas y me alejé de ahí.

Finalmente llegamos a casa, los dos estabamos agotados, había sido un día muy largo.

—¿Que te parece si vas a bañarte y mientras te bañas preparo la comida y comemos en la cama?.—Ya voy!-dijo felizmente.

Eso quería lograr, que el estuviera feliz por lo menos un rato y que se olvidara de sus problemas. Iba a ir a la cocina, pero el timbre me lo impedió. Miré por el agujerito de la puerta. Era Maria. Rápidamente abrí, la noté un algo triste y tensa,traía una bolsa en su mano.
—Hola linda—dije tratando de animarla.—Hola amiga—respondió ella triste tenía su mirada hacia abajo.—¿Qué pasó?—dije haciéndola entrar.—Creo que estoy embarazada.—mis ojos se pusieron como platos y mi cuerpo se paralizó completamente, qué, cómo y de quién?
—¿QUÉ?-grité.—¡¿Estas bien ____?!—gritó Santi.—¡Sí,todo bien ahora voy a prepararte la ducha!—grité.—Esperame acá y hablamos.