Vueltas del pasado

990 52 5
                                    

Seguía en la plaza, y el clima no estaba de mi lado, se empezó a oscurecer y se venía una tormenta de la san pu. Salí lo más rápido que pude para volver a casa.

Creo que ya tenía mi plan en mente,no iba a decir nada. Si me enteraba de algo me haria la sorprendida y bueno ahí veremos. Llegue a casa en taxi, y subí rápidamente para bañarme y ponerme cómodas porque toda mi ropa estaba empapada, cuando salí tuve tiempo para solamente cambiarme hasta que el timbre sonó.

Me puse una bata, porque tenía un poco de frío, y me acerqué a la puerta para abrirla.

—Hola—dijo Emiliano sonriente.—Hola—le sonreí—¿Que hacias por acá?—me apoyé en el marco de la puerta.—¿Que no podía venir a visitarte?—dijo acercandose a mi.—No,no podés-dije seria la cara de él estaba para hacerla foto—Nah mentira pasa,me estaba terminando de bañar—dije tomandolo del brazo y lo entré a mi departamento.

—¿Donde estuviste hoy?—dijo sentandose al lado mío.

—¿A que se debe esa pregunta eh?—dije alzando una ceja—No,sólo quería saber—se acomodó en el sillón y posó su brazo en mis brazos, como si me estuviera abrazando.
—Nada, estuve paseando por el barrio, visité un café cerca de acá y paseé por un parque hasta que me agarró la lluvia—dije mirándolo, el asintió—Saqué unas fotos hermosas del parque—sonreí mientras acomodé mi cabeza en su pecho.

Emiliano se quedó mirando un punto fijo y no dijo nada más.
—Pasa algo?¿Estas bien?—dije mirándolo fijamente.—N-no pasa nada—dijo nervioso.—¿Que hiciste hoy?—intenté cambie el tema, pero yo ya sabía que había pasado.

—Fuí a entrenar—y no se que maniobra hizo pero termine acostada en el sillón y el encima mío, pero no de la manera que todos pensamos, me estaba aplastando.—SALÍ BOLUDO ME APLASTAS-"—grité mientras el se meaba de la risa, como pude lo empujé y se cayó al piso, ahora la que se cagaba de risa era yo.

—Si queres me pongo yo abajo y vos arriba—dijo moviendo las cejas, hasta los dos lo mal pensamos y nos reímos.

Después de estar un rato boludeando con él, cocinamos y se quedó a dormir. Todo iba normal, salvo que yo sabía que Mandinha lo había besado y no me dijo. No sabía si no me lo dijo para no hacerme sentirme o qué pero aunque yo sepa, me siento rara.

Al otro día, Emi se había ido a entrenar yo me quedé en casa sola, necesitaba contarle a alguien, necesitaba hablar con María, así que salí de casa y al abrir la puerta y me encontré con ella que justo estaba por tocar el timbre. Las dos quedamos heladas,era un momento muy gracioso.

—Hola—dije dándole un fuerte abrazo.—Hola linda—dijo correspondiendo mi abrazo.—Vení pasa, tengo que contarte un montón de cosas—dije empujándola hacia adentro.—Yo también tengo que contarte algunas cosas,¡ah! y algo para comer—dijo felizmente.

Fuimos hacia la cocina, había traído una torta para comer, hice un poco de café y empezó el chusmerío.
—Bueno quién empieza—dije a punto de comer el pedazo de torta.
—Anda tú—procedió a tomar un sorbó de café—Bueno,lo más importante es que estoy saliendo con Emiliano—ella puso los ojos como plato—el chico del A?—yo asentí—pero no estaba casado?—dijo confundida—Se acaban de separar, es una larga historia pero él era mi novio de Argentina cuando éramos más chicos, y cuando me encontré con el de nuevo me dijo que estaba hace rato mal con su pareja y decidieron separarse, y cuando volví a Buenos Aires para mi cumpleaños me sorprendió allá y me pidió de intentarlo una vez más—el recuerdo de Buenos Aires me achicó el corazón, me hizo amarlo aún más ese pequeño detalle de sorprenderme así.—Te felicito amiga, te lo mereces, hacen una linda pareja—sonreímos las dos—Si, pero hay un pequeño problema—¿Cuál?—me miró preocupada.
—La ex mujer de Emiliano,digamos que no le caigo bien del todo, ya me enfrentó diciendo que yo había arruinando su familia—ella me miró preocupada y seguí— ayer estaba volviendo a casa y los vi peleando en la puerta de casa y ella lo besó a él— María quedó boquiabierta—el tema es que esa fue la razón por la cual terminamos en Buenos Aires, el tema es que él no me vió y ayer no me dijo nada, no tengo celos de ella, del todo. Pero hubiera sido bueno, para no repetir los patrones del pasado, que me diga—suspiré.
—Y porque no le dices tú? Tú podrías romper ese patrón, no él—me miró—Capaz el no quiere hacerte sentir mal, pero si ya te sientes así, deberías ir tú a decirle lo que viste, y arreglar las cosas.

Tenía razón, si necesitaba romper el patrón no debía dejárselo a otra persona, debía ser yo.

—Tenes razón—suspiré—además me pidió que vivamos juntos—tome un sorbo de café—Y que le has dicho?—me miró fijamente.—Al principio no sabía, pero creo que si, primero debería arreglar el tema del beso y después intentar vivir juntos.

El Reencuentro (Reescrito)| Emiliano Dibu MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora