Parte 13

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Me encanta ese olor a café por la mañana,
con el aroma a esa dulce avellana,
el tacto que deja la suave espuma en mis labios, mientras dispongo a saborearlo lentamente, sin ninguna prisa.

El silencio, bajo esos rayos de sol que traspasan por mi ventana, dándome en mi rostro, acompañados de ese canto de pájaros que vuelan por aquel lugar.

Mi mente desconectada, solo pensando en aquellas sensaciones que me transmiten mis sentidos, que solo yo disfruto ante mi grandiosa soledad.

Aquellos suspiro de alivio entre sorbo a sorbo de mi café, dejando entrar mi paz, sin poder pensar en nada más.

Esas mañanas que son solos mías y de nadie más, esos momentos que añoro si ya no están, agradeciendo a la vida por darme esa paz, agradecimiento a mí misma por no pensar y solo dejarme llevar, sintiendo aquel momento,
en aquel lugar, llamado mi hogar.

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Aveces los momentos perfectos, son con un mismo y olvidamos disfrutar nuestra soledad y los pequeños placeres que esos también nos puede llegar a dar.
                                         ~Alba Benítez

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