Capítulo 64

937 35 0
                                    

Logan comenzó a seguirla mientras le decía que no podía enojarse por ello. Reí por lo bajo al igual que Emma, Kendall y Carlos.
-Se pelean siempre, pero a los dos segundos están como si nada hubiese pasado -dijo el rubio divertido.
Mi celular comenzó a sonar. Detuve mi paso y lo busqué en mi mochila. Miré la pantalla y el número que aparecía era desconocido.
-Vamos Maslow, estamos por llegar tarde -dijo Ken.
-Vayan yendo -les dije y me alejé un poco para contestar -¿Hola?
-Lo intente, juro que lo intente -su voz paralizó mi cuerpo -Pero no lo comprendiste y no me hiciste caso.
-¿Qué es lo que realmente quieres, maldita sea? -pregunté nervioso.
-Yo quise hacer las cosas por las buenas y tú me obligaste a hacerlas por las malas. Tú no la puedes dejar bueno, yo voy a ayudarte a hacerlo.
-¿De qué estás hablando? -dije sin entender.
-¿Dónde está _______ ahora, James? -me preguntó.
Mi corazón se detuvo en ese mismo momento. Solté el teléfono y comencé a correr lo más rápido que pude hacia la salida. La luz de afuera se veía lejana y yo sentía que mis piernas jamás iban a llegar hasta allí. Salí casi volando hacia el exterior y miré hacia donde estaba el estacionamiento. _______ salía del auto.
-¡_______! -le grité. Ella levantó la vista y me sonrió. Y entonces un auto negro salió de la nada y se detuvo a su lado. Unos hombres salieron de allí y colocaron sobre su nariz un pañuelo -¡NO!
Corrí hacia ellos pero fue demasiado tarde. Se la llevaron.
Corrí hacia donde se había dirigido el auto, pero ya se había alejado demasiado.
-¡NO! -volví a gritar mientras sentía aquella sensación de impotencia en mi pecho.
-¡JAMES! -me giré a verlos, Kendall y Emma venían corriendo hacia mí -¿Qué pasó?
-Se la llevaron -dije mientras me daba cuenta de ello. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Y _______? -preguntó a Emma.
-A _______ -susurré.
-¿Qué? -dijo ella sin poder creerlo.
-Tranquilo, James... vamos a encontrarla. Necesitamos llamar a la policía y ¿Por qué se la llevaron? -dijo mi amigo.
-Mi padre -dije y lo miré a los ojos.
Kendall asintió levemente y estiró la mano para entregarme el celular que había tirado antes de salir corriendo. Lo tomé y sin pensarlo marqué el número de su celular.
-¿Qué pasó, hijo? -me preguntó al atender.
-¡¿Dónde está maldita sea?! ¡Por tu bien no le toques un pelo porque juro que voy a encontrarte y a acabar contigo! -dije mientras apretaba los dientes.
-Solo estoy intentando ayudarte. Quiero salvarte, aunque no lo creas.
-¿Por qué no me dejas en paz? -Mi voz se quebró y las malditas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos - No le hagas daño, por favor.
-Por eso mismo es que quiero alejarla de ti, hijo -susurró él como si estuviera con alguien - Ella es la que va a acabar contigo si no hago algo.
-¡No, por favor, no le hagas nada! -grité.
-Me lo vas a agradecer algún día -dijo y colgó.
-¡NO, MALDITA SEA, NO! -Kendall se acercó a mí y me abrazó mientras yo sentí que todo el mundo se venía sobre mi cabeza -Va a hacerle algo -dije sin dejar de llorar -Él está loco y va a lastimarla.
-Tranquilo, hermano, tranquilo -me dijo él y se alejó de mí -Vamos a llamar a la policía y hay que buscar a personas que hayan estado cerca de tu padre y que sepan lugares en los que pueda estar.
-Ya llamé a la policía -dijo Emma -Están viniendo para acá.
-Amanda -dije y me alejé de ellos para correr de nuevo hacia la Universidad.
-¡James, espera! -me gritó Kendall.
Aun así no me detuve. Ella debe saber algo de todo esto, ella debe tener una idea de a donde ese infeliz se llevó a _______. Voy a matarla si no me lo dice.
Entré abruptamente al salón. Todos se giraron a verme. La busqué con la mirada y la encontré sentada casi al final del salón.
-¿Dónde está? -le pregunté fuerte mientras me acercaba a ella.
Sus ojos se abrieron bien y se puso de pie para retroceder levemente. Me acerqué más y la toqué por los hombros.
-¿Qué haces? -me preguntó nerviosa.
-¡Dime donde diablos la tiene! -le grité.
-¡James, James! -Kendall me alejó de ella. Intenté soltarme, pero él me lo impidió.
-¡Suéltame Kendall! ¡Esta perra sabe donde la tiene! ¡Ella lo sabe! -dije mientras seguía haciendo fuerza para soltarme de mi amigo.
-¡No sé de qué estás hablando! -me dijo ella mientras comenzaba a llorar.
-¡Mentira, si lo sabes! ¡Lo sabes, maldita sea! -seguí gritando.
-¡Sáquenlo de mi clase! -dijo el profesor.
Sentí las manos de Logan sobre mi otro brazo y me giré a verlo.
-Se la llevaron, hermano -dije mientras volvía a soltar un par de lágrimas -No sé donde está... tengo que encontrarla.
-Vamos afuera -dijo él un tanto confundido.
Salimos del salón y me solté de sus brazos.
-¿Qué sucede aquí? -el rector preguntó y me giré a verlo.
-Necesito ayuda, señor. Se llevaron a _______, la secuestraron aquí afuera, delante de mí. Necesito ayuda -le dije desesperado.
-Tranquilo, la policía ya está aquí -me dijo.
Dinora se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Apoyé la cabeza en su hombro y comencé a llorar de nuevo.
-Voy a morirme si le hace algo -le dije a mi prima.
-Tranquilo -susurró ella con voz queda -Todo va a estar bien.
-Maslow, la policía necesita de su declaración -me habló el rector.
Me alejé de Dinora y sequé mi rostro antes de girar a verlo. Asentí y caminé con él hasta su despacho. Un hombre de pelo blanco me miró y me dio la mano.
-Ya hemos sido informados de lo sucedido. Pero necesitamos que nos diga cómo fueron las cosas.
-Primero en principal el que tiene a _______ se llama Jeremi Maslow, y es mi padre -le dije. Él asintió y tomó asiento mientras anotaba -Y... fue hace unos instantes... ella había ido a buscar algo a su auto y mi padre me llamó y me dijo que él iba a ser quien la alejara de mí. Y cuando salí un auto se detuvo a su lado y se la llevaron.
-¿Recuerda como era el auto? -preguntó.
-No... solo sé que era negro. No pude distinguir ni la marca, ni nada.
-Bien, nosotros ya empezaremos con la búsqueda.
Se puso de pie y salió de allí. El rector se giró a verme.
-Es necesario que llames a sus padres -me dijo mientras apoyaba una de sus manos sobre mi hombro.
Asentí y él me dejó solo en su despacho. Me senté pesadamente en la silla y cubrí mi rostro con ambas manos. Esto no podía estar pasando, esto no era real.
Debe ser que estoy durmiendo y es una pesadilla como la de ayer. Solo una pesadilla. _______ esta durmiendo a mi lado. Solo necesito despertarme.
-James -dijo ella entrando al despacho. Levanté mi cabeza y la miré -Ya llamé a Gina y a Greg. Están viniendo para acá.
-Les fallé -musité y mi mirada quedó clavada en la nada.
-No, no primito -dijo ella y se arrodilló frente a mí -Tú no les fallaste.
-Si les falle -la miré a los ojos y sus bellos ojos estaban llenos de lágrimas -Yo no la cuidé, es mi culpa. Solo tuve que haber hecho lo que él quería y ahora ella estaría aquí bien, sana y sin miedo.
-Las cosas pasan por algo, primito -dijo y acarició mi rostro. Se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Todavía tengo la esperanza de que esté durmiendo.
Las horas comenzaron a pasar y con ellas la sensación de que era solo un sueño se había ido. Esto es real y está pasando. No habíamos tenido ninguna noticia de mi padre, ni nada por el estilo. Él no había vuelto a llamarme.
Miré a Gina y esta no dejaba de llorar mientras se encontraba acurrucada entre los brazos de Greg. Mi madre y Ben habían venido hacia la Universidad al enterarse de lo sucedido.
Mi celular comenzó a sonar y todos se callaron para mirarme con expectación.
-Cuando yo te diga, atiende -me dijo el comisario. Asentí -Ahora.
-¿Hola? -dije tratando de sonar lo más calmado posible.
-¿Ya llamaste a todo el mundo, cierto? -Me preguntó él -¿Qué necesidad había, hijo? Esto pudo haber sido un secreto entre nosotros.
-¿Dónde la tienes? -le pregunté.
-¡James! -escuché su voz a lo lejos.
-¡No, no, no! -dije mientras las lágrimas comenzaban a llenar de nuevo mis ojos -Por dios, suéltala.
-¡Cállate, niña! -le gritó él.
-Por lo que más quieras, papá -le hablé sin dejar de llorar -Déjala en paz. Voy a hacer lo que quieras. Voy a dejarla, pero no le hagas daño.
-Eso lo tuviste que haber pensado ayer, hijo. Ahora es tarde... yo no puedo permitir que tú arruines tu vida.
-Por favor -musité y cerré los ojos con fuerza.
-Se que vas a odiarme al principio, pero después vas a ver que yo tenía razón. Esto es necesario.
-No, no es necesario.
-Adiós, hijo -colgó antes de que pudiera decirle algo más.
Me giré a ver al comisario y él sonrió levemente.
-Lo tenemos.-

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora