Capítulo 57

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Como una intuición de si misma _______ se puso frente a mí. La miré y no pude evitar sonreír divertido.
-¿Qué necesitas Jonas? -le pregunté sin dejar de sonreír.
Él no dejaba de mirar a _______. Estaba esperando a que ella le dijera algo sobre lo que acababa de ver.
-¿Por qué lo estabas besando? -le preguntó él a ella.
_______ me miró y luego volvió la vista a él.
-Creo que debemos hablar Joe, pero no aquí -le dijo ella. Entonces dejé de sonreír y me puse algo nervioso. ¿A dónde quería hablar si no era ahí? Ella se giró a verme -Debo hablar con él, James.
-¿No me estarás pidiendo que te deje sola con este idiota? -le dije en voz baja.
Ella levantó su mano y acarició mi rostro.
-Es solo por unos minutos. Iré a hablar con él, le contaré todo y volveré a buscarte.
-No -sentencié.
-Por favor mi amor. Es mejor si yo hablo con él y dejamos las cosas bien en claras.
-No confió en él _______.
-Pero si confías en mí, ¿verdad? -me dijo mientras me miraba fijo a los ojos.
-Si -dije soltando un suspiro. Ella sonrió y se puso en puntas de pie para besarme cortamente. Giró y miró de nuevo a Jonas que estaba rojo de la rabia.
-Vamos Joe -le dijo ella y comenzó a caminar.
Joe la siguió y pasó por lado en forma retadora.
-Le tocas un pelo y te mato -le susurré cuando pasó por mi lado.
Él sonrió como si acabara de escuchar un chiste. Y a mí me encantaría ver su cara cuando _______ le diga: Joe, James y yo estamos de novios. Lo lamento idiota, pero nunca sentí nada por ti además de lastima.
Reí por lo bajo y decidí ir a caminar un poco para no pensar tanto en que dejé sola a mi novia con su ex. Pero eso... no es malo, no lo es. Ella misma me ha dicho que nunca lo amó y que solo lo aprecia como a un amigo. Pero él, él es un maldito infeliz.
-James, ¿podemos hablar? -me giré a verla al escuchar su voz.
-Amanda -le dije y tragué un poco de saliva. ¿Qué es lo que quiere ahora? -¿Hablar? ¿De qué?
-James... no sé si tú te has dado cuenta de que yo... yo estoy enamorada de ti -me dijo.
Cerré los ojos fuertemente y maldije para mis adentros. Lo que menos quería escuchar en este momento era la declaración de amor de Amanda.
-Amanda yo... -intenté hablar pero ella se acercó y apoyó uno de sus dedos sobre mis labios. Al instante me alejé.
-Déjame hablar -me pidió. Asentí.
-Voy a escucharte, pero evita tocarme... por favor -le dije. Ella asintió.
-¿En qué andas? -me preguntó.
-¿Con qué? -le pregunté.
-Con tu vida... hace como una semana que no te veía. Y no lo sé... ya no sales, ya no estás faltando a clases, ya no eres el mismo de siempre.
-Cambie -le aseguré.
-¿Cambiaste?
-En realidad me cambiaron.
-_______, ¿cierto? -dijo mientras sus ojos se humedecían un poco.
Sentí un nudo en mi estomago y eso creo que se llama culpa. Me siento mal por ella, me siento por mal haberla ilusionado. Y ahora que amo a alguien se cómo se siente aquello.
-Si, por ella -le contesté.
-James, yo estoy dispuesta a compartirte con _______ -me dijo.
Fruncí el ceño y la miré bien.
-¿Qué? -dije.
-Que no me importa tener un poquito de ti, pero... yo te amo James. Yo se que quizás es difícil de entenderlo y no es capricho yo te amo -dijo mientras se acercaba más a mí.
Al instante me alejé poniendo más distancia entre nosotros.
-No Amanda, estás equivocada -le dije. Ella me miró -Yo no puedo compartirme.
-¿Por qué? -preguntó.
-Porque estoy enamorado de una persona y mi corazón le pertenece completamente a ella. No puedo partirlo, ni sacarle un pedazo. Ya tiene dueña.
-¿Sabes qué? Vas a arrepentirte -me dijo mientras se alejaba de mí.
Reí por lo bajo. Ella me podría dar un poco de lastima, pero está completamente loca.
-¿A si? -le pregunté.
-Te lo juro por dios, que vas a arrepentirte de haberme hecho esto. Ya lo veras, ya verás que no soy tan estúpida como crees -dijo y se fue de allí.
Me apoyé contra la pared que estaba a mi izquierda y solté todo el aire que había estado aguantando.
-¿Qué haces galán? -escuché su voz y me giré a verla.
-_______, mi amor, solo estaba hablando con ella. Yo no...
-Shhh, tranquilo. No tienes que darme explicaciones. Confió en ti -me dijo divertida -Escuché un poco de tu conversación con la señorita que se acaba de ir.
-¿Escuchaste? -pregunté.
-Se que no debí, pero bueno fue sin querer -aseguró mientras se acercaba más a mí -Así que tienes una dueña. ¿No hay una posibilidad de poder competir con ella por tu amor?
Sonreí y di un paso hacia ella. Apreté mis labios mientras con mi mano tocaba mi mentón.
-La veo difícil -le dije. Ella sonrió y con eso morí - ¿Te gustaría competir con ella?
-Me encantaría competir con esa perra por un bombón como tú.
-¿Perra? ¿Le dijiste perra?
-Ajá -dijo mientras se acercaba aun más. Levantó sus brazos y los colocó detrás de mi cuello.
-No, estás equivocada. Ella no es una perra es una gatita. Y que gatita.
-Dame un beso -dijo. Coloqué mis brazos alrededor de su cintura, acercándola un poco más.
-¿Uno solo? -pregunté.
-Millones, los que quieras. Pero solo dame un buen beso de desayuno.
-¿Hablaste con Jonas? - pregunté antes de besarla. Necesitaba saber aquello
-Si - dijo fastidiada. Sonreí ella quería que la besara.
-¿Y qué dijo?
-Te insultó un poco, pero ya lo sabe. Eso es lo importante.
-¿Entonces, no más Jonas y Amanda?
-No más nadie. ¡Ahora bésame!
-Y después soy yo el que no sabe esperar, ¿cierto?
-Uno pequeñito, pequeñito -hizo un gesto con los dedos.
-No va a alcanzarme con uno pequeñito, amor.
-¿Sabes qué? -dijo y me besó cortamente. Reí por lo bajo.
-¿Qué?
-Hay un salón vació para ir a estar más tranquilos.
-¿Un salón vació? ¿En qué estas pensando mi amor?
-No es en lo mismo que tú. Pero prefiero estar entre cuatro paredes contigo que aquí en medio del pasillo por donde pasa todo el mundo.
-Por mí que nos vea el presidente de la Nación -dije y entonces me incliné hacia ella y la besé.
El celular de _______ comenzó a sonar. Maldiciendo por lo bajo me alejé de ella.
-Lo siento -se disculpó conmigo y miró la pantalla -Es mi madre -dijo sorprendida. No habíamos tenido noticias de Greg, ni de Gina desde el sábado -¿Mamá? - la atendió y guardó silencio -¿Dónde estabas? -la miré y vi como su rostro comenzaba a volverse algo pálido. Eso me asustó. Así que me acerqué a ella y la sostuve. Me dio la impresión de que iba a desmayarse -¿Qué? -Preguntó sin poder creerlo -No, tú estás jugando conmigo -rió nerviosa -¿Qué quiere decir eso, Gina? -Dijo indignada y se alejó de mí para comenzar a caminar como loca por el pasillo -¿Sabes? Mejor guárdate los detalles, que horror. Luego te llamo que ahora estoy en la Universidad -colgó y me miró.
-¿Qué pasó? -le pregunté.
-Ya sé de donde heredé la manía de embriagarme y terminar haciendo cosas malas con personas que vienen con música a las 2 de la mañana a mi casa -me dijo. La miré extrañado.
-¿A qué te refieres mi vida? -le dije sin entender del todo.
-Me refiero a que mi madre y mi padre estuvieron todo el sábado y casi todo el domingo bebiendo champaña y haciendo cosas indebidas en un cuarto de hotel.

Peligrosa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora