capitulo 20

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—¡¡E-Espera....!! ¡¡Aaah!!

—¡¡T-Ten piedad!!

—¡¡N-No porfavor!!

Esas era las últimas palabras... Que siempre escuchaba, cuando mataba a esos seres sobrenaturales que Oto-san me decía que matará, la sangre de ellos manchaban mí espada, ropas y rostro. No me importaban sus gritos de piedad o sus rostros asustados, después de todo esos seres, los cuales la mayoría eran Demonios renegados o Angeles caídos. Mataban a gente inocente sin misericordia. No solo tengo la sangre de esos demonios o angeles caídos en mis manos, sino también la de los humanos inocentes a los cuales no pude salvar. Yo tenía un odio a los seres sobrenaturales, sobre todo a los demonios, ya que un demonio había sido el que mato a mí madre. Pero un día, cuando caminaba por el suelo nevado de alguna parte de la ciudad de París, estaba herido por una batalla, y caí al suelo por las heridas perdiendo la conciencia. Cuando desperté, en encontraba acostado en la cama de lo que parecía una habitación de departamento. Mis heridas habían sido curadas y estaban cubiertas por unas vendas

—¿Ya despertaste? No te muevas mucho, o las heridas se volverán a abrir

Había una persona, una chica, sentada en una silla que estaba al lado de la cama en la que estaba acostado, la cual había dicho eso. Era una chica de pelo violeta y ojos del mismo color los cuales estaban acompañados de unos anteojos, y llevaba un vestido violeta. Parecía estar en sus 22 años.

Rápidamente me di cuenta que esa chica no era humana, sino lo que más odiaba en el mundo, un Demonio

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Rápidamente me di cuenta que esa chica no era humana, sino lo que más odiaba en el mundo, un Demonio. Trate de levantarme de la cama, pero al momento de hacerlo, sentí un dolor en todo mí cuerpo. Mí  sangre macho las vendas que cubrían mí cuerpo.

—¡Te dije que no te movieras!

La Demonio trato de curarme pero yo la aparte con mí mano, mientras le daba una mirada de puro odió. Vi como esa Demonio juntaba sus manos, al mismo tiempo que ponía una mirada triste. Entonces note que ella simplemente solo quería ayudarme. Por lo que quite mí mirada de odio y dejé que curara mis heridas, pero no baje la guardia, nunca se puede confiar en los demonios. Después de un rato aquella Demonio volvió curar mis heridas, y cambio las vendas

—Con eso será suficiente. Pero no te muevas mucho por favor

Ella me dijo eso, yo simplemente desvíe la mirada.

—Mi nombre es Sheele, ¿Cual es el....?

—¡No me interesa saber el nombre de un demonio, y tampoco decirle mí nombre!

La chica demonio se sorprendió por mis, palabras, tal parece que no se esperaba que yo sabía que ella era un demonio. Yo ya estaba preparando para defenderme de un posible ataque pero. Para sorpresa para mí, ella puso una mirada triste. ¿Eh? ¿Por qué pone esa cara? No lo entiendo. Pasaron los días y yo aún me estaba recuperando. La Demonio de nombre Sheele, cuidaba de mí todos los días. Con el tiempo note que esa Demonio, era bastante torpe. Por ejemplo, cuando traía un cambio de vendas tropezó haciendo caer las vendas que traía junto con sus lentes, los cuales buscaba con desesperación a pesar de que estaban frente a ella. Yo me levante de la cama, tome sus lentes, y se los pasé. Cuando ella vio eso, tomo sus lentes y se los puso, para luego agradecerme con una sonrisa. Era la primera ves que veía a un demonio como ella, Ddraig, quien era el Dragón sellado en el Booster Gear, y quien era el único ser sobrenatural en el que confiaba, me dijo que aveces hay demonios que son amables. Pero nunca le había creído ya que todos los demonios con los que me encontraba, eran engreídos, codiciosos, y no les importaba arrebatar vidas inocentes. Desde que conocí a esta Demonio, empece a creer que había demonios buenos

Issei humano o armaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora