Alfa + Omega = Desastre - KookV - Omegaverse 《ADAPTACIÓN》

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Talle mi ojo y bostece. Estaba realmente cansado, mis ojos estaban por cerrarse solos, ni siquiera sé cuántas horas llevaba aquí, pero de lo único que me di cuenta, es que el sujeto ese, está escribiendo en su computadora, como sí nada pasara, como sí no fueran las jodidas tres de la mañana y no tuviera sueño.

Dejé la última carpeta a un costado, dónde estaban las carpetas terminadas, me levanté y cargue todas las carpetas, las puse de golpe en el escritorio, el estúpido Alfa pego un brinco y me miro mal.
—¿No puedes tener más cuidado?— sonreí con mis labios en una línea.

—Lo siento— él rodó los ojos.

—¿Qué quieres?— ¿Acaso no es obvio?

—Ya terminé, ya me voy— me dí la vuelta, pero él no quería que me fuera.

—Alto ahí— me quedé parado justo en el mismo lugar, sólo que me giré hacia él, con el entrecejo fruncido. —¿Estás seguro que ya terminaste?— asentí, cruzandome de brazos. —Bien, espera un momento.

Tomó varias carpetas y empezó a revisarlas, pasaron las primeras dos y las dejo a un costado en su escritorio, pero al llegar a la tercera, simplemente la cerro y me la arrojó al pecho, cayendo directo al piso. La punta de la carpeta lastimo mi pecho, rápidamente lleve una mano hacia el lugar adolorido.

—¡Yah, me lastimó!— me quejé, realmente dolía, creo que me había golpeado con la punta de la carpeta. Sentí mis ojos acuosos.

—¿Y eso qué? Eres muy débil para ser un Omega mentiroso— lo miré, mis lágrimas seguían acunadas en mis ojos. —Desde hace rato tu neutralizador acabo y siento tu aroma. Odio que me mientan y tú lo hiciste, ¿Cómo piensas y consideras que deba tratarte después de esa mentira?— no respondí nada. Él abrió otra carpeta y la reviso, al parecer no le gusto y volvió a lanzarmela, estaba vez, golpeó mi brazo.

—¡Ya basta!— él detuvo su acción de tomar otra. —¡Jamás me deje mangonear por ningún estúpido Alfa y usted no va a ser la excepción, mi calificación final podrá depender de usted y su estúpida empresa, pero no voy a soportar que me trate de esta manera, sus empleados podrán aguantarle sus malos tratos, malas caras y su mala actitud, pero yo no! ¡Me voy!— me dí la vuelta y salí, dando un puertazo al salir.

Sentí mis lágrimas correr por mis mejillas, no solo por la humillación que acababa de pasar, sino también porque realmente me lastimó con esta estúpida carpeta.

Al llegar al primer piso, salí corriendo, evitando las miradas nada sorprendidas de los guardias de seguridad.

Apenas y pude conseguir un taxi a esas altas horas de la noche, tenía hambre y sólo quería llegar a casa a cenar algo que hubiera en mi nevera. Necesitaba dormir y que cuando me levantará, estuviera de mejor ánimos y que el mal rato que ese estúpido Alfa me hizo pasar, se borre completamente de mi memoria.

Al día siguiente, mis ánimos estaban mucho mejor. Me dí una ducha rápidamente y me vestí. Me puse una camisa de botones azules, la cual dejaba ver parte de mi abdomen, me puse un jeans negro pegado, cepille mi cabello y me puse unos tenis blancos. Tome mi bolso negro de mano y salí de casa.

Hoy estaba dispuesto a no dejarme flaquear ni mangonear por nadie.

Al llegar a la empresa, los guardias de seguridad, se sorprendieron al verme de regreso a la empresa, saludé a Solar y subí al elevador, las puertas se abrieron y salí con una sonrisa en mis labios.

—Buenos días, Kihyun— dije, él solo me miro feo y yo seguí con mi camino. Toque tres veces la gran puerta, cuando escuché un pase, entre.

El olor a menta y café, me dió la bienvenida nuevamente a esa oficina, él levantó su mirada y pude ver sorpresa en su cara.

—Buenos días jefe Jeon, espero que haya tenido una excelente mañana, el día estará un poco caluroso así que sí necesita agua o algún refrigerio, no dude en pedírmelo, hoy remendare mi error en los papeles de ayer— camine hasta su escritorio, dónde en la esquina de éste estaba el montón de carpetas, las tomé y me senté en el sofá, pude sentir su mirada en mí. —Por cierto— volví a hablar. —Siento mucho haber mentido respecto a mi identidad, una disculpa— me levanté e hice una reverencia, para después volver a sentarme. Tome la primera carpeta y empecé a verificar lo que estaba mal.

Sin darme cuenta, se había levantado y caminado hasta mí. Lo noté cuando el aroma de menta con café se hizo más fuerte, levanté la cabeza y pegué un pequeño brinco al verlo de pie frente a mí.

—Oye...

—Mire, sólo quiero hacer mis pruebas correctamente, quiero terminar con esto lo antes posible, quiero recibirme de contadora e irme del país, no quiero estar aquí en Corea, ¿De acuerdo? Así que usted sólo deme el trabajo que quiere que verifique, y yo le daré silencio y puntualidad con mi trabajo, ¿Sí?— hablé rápidamente, él sólo bufo y optó por una posición relajada.

—Oye, sólo te iba a decir que tienes que tener un vestir correcto sí quieres estar aquí, haciendo tus pruebas— parpadee repetidas veces, ¿Qué demonios?

—¿Eh?

—No quiero que vuelvas a venir con ese tipo de ropa reveladora, quiero que te vistas como un jovencito, como un secretario, ¿Entiendes? No quiero enseñarte también como vestirte— se dió la vuelta y camino hasta su silla. —Ah, quiero un café con dos de azúcar, poca crema y leche sin lactosa.

Asentí aún ida. Dejé las carpetas a un lado y salí, en busca de la cafetera.

Vaya, pensé que iba a gritonearme por haberle gritado anoche.