Cap 1

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El inicio de algo que ya comenzó

Camilla
El despertador sonó a las 6:03 de la mañana como todos los días.
Me levante, ya que no quería escuchar a mamá gritar desde tan temprano.
Antes de salir, me miré en el espejo de detrás de mi puerta. Había decidido ponerme unos vaqueros cortos negros y un chaleco de punto verde y morado que yo misma había tejido, pero como no quería morir de una hipotermia, me puse debajo una camiseta térmica, agarre mi chaquetón más calentito, mi mochila y mi libreta antigua.
Baje las escaleras hacía la cocina, donde mamá me esperaba.
- Buenos días cariño-
Me acerqué a la encimera de la cocina para coger mi termo con café y mamá aprovecho para darme un beso rápido.
- Hoy llegaré tarde así que no me esperes despierta- me dice mamá, yo le respondo con un suspiro
- Lo siento hija no es culpa mía-
- Lo sé mamá no te preocupes, invitaré a Chloe a estudiar esta tarde-
- Vale cariño, me voy que tengas un buen día y no te olvides llamarme cuando vuelvas del instituto, te quiero-
- Y yo a ti, adiós-
Y otra vez sola, ya estaba acostumbrada siempre había sido así, mi padre murió cuando yo apenas tenía tres años, y mamá solía estar trabajando, no teníamos dinero para una niñera así que siempre intentaba quedarme hasta tarde en el colegio y al volver a casa hacía como si no hubiera nadie dentro; siempre fue así y no espero que cambie.
Me abrigue bien con mi chaquetón, bufanda, gorro y guantes cogí mi mochila y me la colgué en la espalda, cogí mi café con una mano y en la otra llevaba mi libreta y las llaves de casa.
Al salir no me sorprendió ver un cielo encapotado y los primeros copitos de nieve caer. Vivíamos en Ørnes un pueblito de noruega en la región Nord-Norge, en la costa de la península escandinava, en el no había más de 1685 habitantes y solía hacer mucho frío la mayor parte del año.
Corrí hasta la parada del autobús para refugiarme bajo el pequeño techo de ella, mire mi reloj y vi las 6:33 llegaba a tiempo ya que el autobús pasaba a las 6:35.
Me monte en él y cogí asiento, uno de los pocos, ya que en estas épocas del año el autobús solía ir repleto de personas aburridas ir a su trabajo, niños listos para un nuevo día de colegio o adolescentes amargados no tan listo para el instituto; como yo.

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