Bendición o maldición
Camilla
Esta vez pedimos un taxi el cual dejó primero a Chloe en mi próximo hogar, Chloe me dio cincuenta euros para pagar el taxi y el resto me lo tomé como un pequeño soborno para que pudiera irse de fiesta antes de las tres semanas.
Llegue a mi casa y metí la compra en el frigorífico y me calenté un cola cao, cogí unas galletas y cené en la mesa del comedor mientras que escribía un poquito de mi novela, la verdad era más un diario, en él, contaba mi vida (obvio) pero más dramatizada y dándole un poco más de acción, decidí escribir sobre la conversación que habíamos tenido esta mañana el chico de la esquina y yo.
Mientras escribía entendí menos que hacía escribiendo sobre alguien que lo máximo que había hecho era preguntarle qué hacía mirándome.
Termine de cenar, fregué el vaso y cogí la libreta y me subí a mi cuarto, ese día sólo quería dormir y despertar en Miami con una piña colada en la mano. Pero nada de eso paso, cuando me intente dormir mi cerebro no se callaba solo me invadían pensamientos. Para distraerme me puse a recoger mis cosas mientras estaba en videollamada con Chloe.
- Yo sigo pensando que tres semanas sin poder hacer fiestas en casa ni poder emborracharme es muy exagerado-
- Yo sé que podrás- le asegure.
Estaba intentando cerrar una caja a la cual no le cogía una sola cosa más.
- yo creo que le voy a decir a mi padre que nos dé a las dos un día libre para la mudanza-
Dijo Chloe con un tono dubitativo. Hacía bastante frío así que aprovechado que estaba apartando una caja subí el aire y le respondí a su grandísima idea.
- No-
- Eres muy sosa, estoy segura de que si no fuera por mi ya estarías en otro país intentado meterte a monja-
Recordé aquella conversación que tuvimos de pequeñas, ella lo único que me repetía era que las monjas siempre terminaban siendo feas que esa vida no era la mía, que la mía era con el gran señor diablo. Simplemente me reí.
- Si es verdad, mi vida es con el gran señor diablo y no te equivocabas en nada-
- Si es que tengo una mente privilegiada- dijo entre risas
Ya eran las doce pasadas pero mamá no había llegado.
- Chloe ahora te llamo, mamá todavía no ha llegado y no sé nada de ella desde las tres de la tarde-
- Vale ahora cuando termines de hablar con ella me llamas a mi-
Colgué con Chloe y marqué el número de mi madre en el teléfono. Uno, dos, tres, piiii... llame dos veces y no fue hasta la tercera que mamá me contestó el teléfono.
- Hola... hija-
- ¿Mamá?
- ¿Yo? A si...- mamá no pudo contenerse la risa
- ¿Estas bien?- pregunté
- Sí...- se apresuró a decir- no espera Washington yo no fui-
- ¿Estás borracha?-
Su respuesta no llegó y eso me hizo sospechar que mamá había recaído. Ella era una de las razones por las que no bebía.
- Te repito la pregunta ¿Estás borracha?-
- No, espera... claro que lo estoy ¿que digo?-
- Mamá, ¿dónde estás?-
- No lo sé- siguió riéndose
- Mamá mándame tu ubicación a tiempo real- me estaba empezando a desesperar.
- Yo no soy... bueno si... ¿no?-
Estaba muy nerviosa, no sabía dónde estaba mi madre y no tenía modo de ir hacia su ubicación. Las manos me empezaron a temblar y me faltaba el aire.
Intente respirar hondo y volver a preguntarle dónde estaba.
- Mándame... la ubi... no te sepa...
- Que pesada, ya te la mando-
Mi madre me colgó, me intente tranquilizar, me senté en el suelo e intenté respirar pausadamente y relajar mi cuerpo.
No sé cuánto tiempo estuve abrazándome las rodillas y tranquilizandome.
Cuando más o menos lo conseguí mire mi móvil en busca de un mensaje de mi madre, en él se veía la ubicación hacia su discoteca favorita.
Llame a Chloe para que me ayudara a buscar a mi madre, ya que ella si tenía coche.
- Te recojo en diez minutos, estate preparada- dijo Chloe.
- Vale y gracias de nuevo por todo-
- Que no me tienes que dar las gracias-Media hora después, Chloe y yo estábamos en frente de la discoteca. Me baje corriendo, siendo seguida por mi amiga.
- No la veo- dije un tanto preocupada
- Mírala-
Chloe señaló un coche negro en la entrada de la discoteca, frente a él un, señor un poco mayor que mi madre, no era muy alto, era de mi estatura, estaba lleno de tatuajes y no era muy fan del gimnasio ya que no era muy corpulento, terminaba de fumar un cigarro mientras que mi madre le esperaba.
Me acerqué con cuidado al ellos intentando no llamar mucho su atención.
- HOLA- mi madre se empezó a reír sin poder evitarlo
- Vámonos a casa-
Cuando la agarre del brazo el hombre me sujeto de la muñeca.
- Suélteme- intente sonar firme, cosa que en esos momentos era un poco complicado.
- No te la vas a llevar a ninguna parte-
- Es mi madre y tiene que volver a casa-
El señor se empezó a reír, no sabía qué hacer, intenté zafarme de su agarre pero fue inútil, lo único, que conseguí fue enfadarlo más y que forzará más.
Se le notaba como su enfado iba creciendo al ver que no soltaba la mano de ella.
Intente buscar un plan a toda velocidad, mire la matrícula del coche y el modelo por si algo salía mal.
Su pie estaba muy cerca del mío, él estaba muy centrado en mi mirada y cuando menos se lo espero le pise fuertemente el pie, gritó y aflojo bastante el agarre, volví a tirar pero no conseguí nada.
Cuando se recuperó pensé que iba a estar en el suelo en dos segundos pero Chloe tenía un plan B, un segurata de los que había en la puerta pidiendo el DNI a la gente se acercó a nosotros.
- ¿Hay algún problema por aquí?
Me quedé callada esperando que el imbécil hablara
- Si, la señorita está intentando llevarse a mi mujer de aquí-
- Ajam, y puedo suponer que han venido juntos y no hará falta que les pida sus DNI para comprobar ¿no?-
Antes de poder yo formular palabra alguna el idiota se adelantó.
- exacto-
- Y me puede decir porque llevo aquí desde las siete y te he visto entrar a las ocho con una mujer rubia y a esta señorita a las diez y ella es morena, no sabía que en mi propia discoteca hay peluquería, a lo mejor incluso ahora entro a que me corten el pelo que me hace falta ya-
Todos miramos al hombre que iba a decir algo pero prefirió cerrar la boca, saltar mi muñeca y subirse al coche para después irse lo más rápido que pudo .
- Gracias Rodrig-
- A ti, te debía una- el tal Rodrig le guiño un ojo y se fue.
- Menos mal pensaba que te iban a matar-
Chloe me abrazo y luego nos fuimos junto con mamá, que desde que había llegado se había sumergido en sus propios pensamientos y no decía palabra alguna.
Cuando llegamos al coche, yo opté por hacer lo mismo, analice toda la escena una y otra vez, la cosa era que el señor me parecía familiar, era como si ya lo conociera, no me dio tiempo en pensar mucho más en ello porque Chloe aparco en frente de mi casa y tuve que bajarme a ayudarle a bajar a mi madre que se había quedado dormida.
- Me quedo a dormir ya es tarde y así te hago compañía por si le pasa algo a tu madre-
Estábamos en la habitación de mi madre y la acababa de quitar su ropa y ponerle su pijama, la recosté en las almohadas y la arropé, le di un beso en la frente como solía hacer antes y le entorné la puerta haciendo que entrara un poco de luz.
- Vale- no puse resistencia en que se fuera a casa, estaba cansada y lo más probable es que necesitara ayuda.Chloe y yo nos metimos en mi cuarto intentando no tropezarnos con ninguna caja.
- le he dicho a mi padre que no vamos a ir mañana-
- Te dije que no era necesario- Chloe suspiro
- Sigues pensando que no es necesario cuando tienes que mudarte, tú madre lo ha vuelta hacer y estamos a tres semanas de navidad y tenemos exámenes y trabajos finales?-
Sabía que tenía razón, así que decidí no rechistar.
Le di un pijama para que se cambiara y yo me puse el mío y nos acostamos en la cama para, supuestamente, dormirnos, pero yo no era capaz, tenía miedo de que si cerraba los ojos las pesadillas llegaran para no irse.No sé en qué momento de la noche me dormí pero mi despertador sonó a las 8:30, me levante extrañada de no ver a Chloe al lado mío, pero me tranquilice cuando baje y la encontré preparando el desayuno.
- ¿Desde cuando tengo el placer de que me prepares el desayuno?-
- Pues no se, tu madre se levantó y fue a llamarte pero le dije que no lo hiciera y no me puede volver a dormir así que me duche y aquí estoy-
- Bueno pues gracias, vamos al salón al comer mientras que vemos algo en la televisión-
Chloe asintió con la cabeza y me siguió con el desayuno en una bandeja hasta el sofá.
Desayunamos viendo las noticias ya que no había nada más interesante, luego subimos a mi habitación a terminar de recoger mis cosas.
- termina de cerrar la caja por favor que tengo que llamar a mi madre para ver cómo está-
Mi madre respondió al primer toque...
- buenos días hija-
- Hola mamá, ¿cómo estás?-
- Con una resaca increíble pero bien, por cierto lo siento por lo de anoche espero que no tuvieras que batallar mucho conmigo-
- No pasa nada mamá no tuve que hacer mucho para poder traerte de vuelta a casa, además Chloe me ayudó bastante-
- Me alegro, te tengo que dejar y de verdad lo siento no tendrás que volver a por mí nunca más-
- Mamá una cosa, ¿sabes que me voy con Chloe verdad?- le recordé
- Si hija no te preocupes-
Colgué con mi madre después de despedirme de ella y volví a mi habitación con Chloe para terminar con las cajas.
Estuvimos toda la mañana cerrando cajas y metiéndolas en una mini furgoneta que Chloe había alquilado.
- y aquí está la última-
- Por fin ahora a tu piso-
Me deje caer en el asiento del copiloto y sentí como todos mis músculos se volvían de goma, las mudanzas podían conmigo.
- No pienso volver a mudarme en mi vida-
Chloe se montó en la furgoneta-más te vale-
Media hora más tarde estuvimos media hora reteniendo uno de los ascensores para poder montar todas las cajas y maletas y poder subirlas al piso de Chloe.
- dale al número diez-
- Siempre me pregunte cómo las personas que viven en el último piso, que no está muy bajo que digamos, serán capaces de asomarse a la ventana-
- Nosotras vivimos en un decimos tampoco es tan bajo así que ni se te ocurra abrir las ventanas si tienes calor pones el aire acondicionado- Chloe me apuntaba con un dedo
Yo le hice el saludo militar poniéndome muy recta- si señora- le dije y justo llegamos a nuestra plata, tuvimos que volver a mantener el ascensor para poder descargar las cajas.
Las metimos en el recibidor de ahora mi nuevo hogar.
ESTÁS LEYENDO
Amapolas
RomansaCamilla piensa que su vida es y fue como ella la vivió, pero no todo es siempre como te parece, o como te cuentan. Pero todo se complica aún más, cuando, Cayden, un chico de su clase de economía se atraviesa en su camino.