Capitulo 17

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En los días siguientes Marizza fue a cenar a casa de los Stevenson más de una vez. Siempre iba acompañada de James, que se había convertido algo así como un manager - más bien una figura paterna que intentaba protegerla y aconsejarla, debido a la lejanía de los suyos - para ella, y su familia. Siempre que iba a casa de Bill, Pablo estaba allí. Al parecer su gira de promoción había acabado y ahora tenían que empezar a pensar en futuros conciertos. Marizza y Pablo nunca se quedaban a solas. Aunque a Marizza le pareció que Lisa intentaba en más de una ocasión dejarlos solos porque quizás conocía su historia, también le pareció que Daniel hacía lo contrario, quizás por lo mismo. Ella intentó no hacer caso a nada de eso y centrarse en las reuniones con Bill.

Él quería que ella estuviera totalmente comprometida con aquel proyecto, por lo que la chica decidió que era hora de dejar de trabajar en el Da Sergio, que le quitaba muchas horas y mucha energía. Por el contrario, Bill y James le aconsejaron que no dejara ni las clases en la Academia ni sus actuaciones en el “Night & Dreams”, pues le servían para aprender y darse a conocer.

En las reuniones también hablaban mucho del tipo de música que le gustaba a Marizza y de los estilos que podía incluir un CD suyo. También fue un punto importante el idioma, pues definiría el público al que se dirigirían. Marizza quería cantar en castellano, pero Bill pensaba que podían hacer el mismo formato que con Pablo, o sea, algunas canciones en inglés y otras en castellano. Marizza acabó por decir que si las canciones eran buenas, no le importaría tener que cantarlas en chino mandarín.

Otro tema importante era quién formaría parte de la banda de Marizza. Pero para eso se tenían que tomar su tiempo.

Un día, Bill le dijo que había pensado des de hacía tiempo que sería bueno que hiciera un dueto con Pablo, que se pudiera incluir en el próximo disco de él. Marizza, que estaba sentada en la mesa del comedor al lado de Pablo, miró al chico.

- ¿Vos sabías esto? –le preguntó en su lengua materna.

- No. Te lo juro no sabía nada. –Bill, que los entendió perfectamente dijo:

- Es una idea que teníamos en mente James y yo desde que os vimos cantar juntos en Año Nuevo, pero queríamos comentárosla a los dos a la vez. ¿Qué os parece? Podría ser divertido ¿no? Los dos juntos os compenetráis muy bien en el escenario… hay una especie de química. –dijo Bill emocionado. Marizza y Pablo desviaron las miradas ante este último comentario. –Además sería bueno para la carrera de ambos. A la gente le encantan estas cosas. Marizza, a ti te serviría para darte a conocer, y a Pablo para promocionar su disco y para afianzarse como artista. El segundo disco es muy importante, pues puede hacer que tu carrera siga adelante o no. Decidme, ¿qué os parece? –Marizza y Pablo se miraron durante un momento, como estudiando qué hacer.

- Por mí está bien. –soltó Marizza al fin.

- Sí… eh… para mí también… sí. –Si Pablo se dio cuenta de la mirada de advertencia que le dirigió su amigo Daniel, sentado al lado de su padre, no lo mostró.

- ¡Perfecto! –exclamó Bill.

Así que, durante los días siguientes, Bill les estuvo hablando emocionado de posibles canciones que podían cantar y de las muchas ideas que tenía.

Una noche, después de una de las habituales reuniones en casa de Bill, Lisa propuso a los chicos de salir un rato a tomar algo, pues, como dijo ella, empezaban a agobiar tantas reuniones con Bill.

Por lo que, tanto Daniel, Pablo, Lisa, como Marizza salieron un rato. Marizza los llevó a un local donde sabía seguro estarían sus amigos. Y así fue.

Ron, Julia, David, Angelina, Lizzie y Darcy estaban sentados alrededor de una mesa tomando algo. Marizza presentó a sus nuevos amigos, los gemelos y todos decidieron ir a una discoteca.

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