Capitulo 36

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Eran las cuatro de la tarde del viernes en Nueva York y Marizza estaba de los nervios.

En una hora estrenaban y se le había quedado la mente en blanco. No se acordaba de sus diálogos ni de nada. Para colmo Sonia, Franco y Flor no habían podido venir porque la pequeña estaba con fiebre. Así que Marizza no podía contar con el apoyo de su familia ni con los incontables amuletos de su madre.

Julia no estaba mejor. Nerviosa, daba vueltas de un lado al otro del camerino adjunto al teatro de la Academia.

El director de la obra, un profesor llamado Henry Stips, reunió al elenco de jóvenes actores para darles ánimos y las últimas recomendaciones.

- Chicos, sé que estáis nerviosos, pero hemos trabajado mucho y estoy seguro que lo vais a hacer muy bien. Si queréis podemos repasar una vez más las primeras escenas, pero yo creo que ya las tenéis perfectas…. Puede que os parezca que no os acordáis de nada pero en el escenario todo fluye… Lo mejor es que os relajéis. Empezad a vestiros y a maquillaros para estar listos a las cinco. No queremos retrasarnos.

Así, mientras se cambiaban y maquillaban, los chicos repasaban algún fragmento de la obra, para refrescar la memoria.

A las cinco menos diez les avisaron que el teatro estaba lleno, sobretodo de niños. Marizza y Julia, ya preparadas, se escabulleron por detrás del telón para ver a través de una rendija al público.

Marizza se quiso morir. ¡Habían venido todos! Estaba Bill y su familia al completo, James -del Night & Dreams- también con su familia, estaban Lizzie y Darcy, Ron, Angelina, David y su novio Paul, Mike, algunos de sus antiguos compañeros del Da Sergio -Sergio incluido-, los padres, los hermanos y los abuelos de Julia, más compañeros de la Academia, el portero de su bloque de pisos… Y al lado de Lisa y Daniel estaba Pablo. Marizza sonrió encantada. Puede que en aquellos momentos no acabara de apreciar del todo a Pablo pero lo necesitaba allí. Necesitaba a alguien de casa.

En aquel momento Pablo buscaba entre sus cosas y sacó una cámara de vídeo digital. ¡Lo iba a grabar todo! Marizza estaba segura que en dos días todos sus seres queridos en Argentina habrían visto la obra.

Julia apartó a Marizza del telón porque ya pronto empezarían.

Marizza fue junto a sus compañeros, que ya formaban una piña.

- ¡Mucha mierda a todos! –les deseó el director. Los chicos asintieron emocionados.

Se apagaron las luces, el público guardó silencio y se abrió el telón.

Marizza disfrutó como nunca en el escenario. Se divirtió actuando y viendo como los niños y los mayores reían con la obra. Le encantaron los aplausos y la emoción de hacer teatro. Era como cuando se subía al escenario con Erreway, o las noches en el Night & Dreams, pero a la vez era diferente. Con Erreway había tanta gente… y hacían música, eran ellos mismos, estaban juntos, se divertían, se comían el mundo. En el local era ella sola, una cosa muy íntima, muy personal. Aquí era algo tan bonito. Ser otra persona, equivocarse y tener que improvisar, ver como el público reaccionaba… contar una historia de una forma diferente a como lo había hecho hasta ahora. Pero siempre encima de un escenario.

En algún momento en que su personaje se adelantaba en el escenario para acercarse más al público, Marizza vio que Pablo había dejado que Daniel grabara mientras él disfrutaba bien de la obra. Pablo sonreía encantado.

El último acto acabó y los actores salieron a saludar al público, que los aplaudía con entusiasmo.

Marizza miró a Julia y le sonrió. Había sido fantástico.

Cuando Julia y Marizza estuvieron cambiadas y la mayoría del público ya se había ido, se dirigieron al vestíbulo de la Academia, donde los esperaban sus amigos. Bill y James felicitaron a Marizza, encantados de haber descubierto a aquella pequeña estrella, los abuelos de Julia la llenaron de besos, y qué decir de Ron, sus amigos las felicitaron y abrazaron.

• Partido en dos || Pablizza •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora