Prólogo +14 de Julio de 1889

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El último día antes de partir al bosque más extenso del norte del estado de Texas, era como otro cualquiera.
El amanecer progresivo me activaba rápida y efectivamente. A medida que me vestía, comía y preparaba todo, el sol brillaba con más fuerza, era como un contador que me informaba de la grandeza que se avecinaba en este viaje.

Mi nombre es Alex, sin apellidos, nunca tuve unos padres que recordar para eso, nací el 15 de Octubre de 1865 en un hospital de Florida, descendiente de una familia de clase media, que poco después de nacer fue azotada por el mortal mal de la viruela.

Hui con mi primo y mi hermana en compañía de nuestros tíos a Texas, que en ese momento era considerado un territorio a rebosar de posibilidades, un santuario natural próspero para la agricultura y el ganado donde un hombre sin más conocimiento que el de saber montar a caballo y cultivar lo que fuera podía ganarse la vida fácilmente.

Aunque cueste creerlo, poco más de dos décadas sobran para haberlo vivido todo en este mundo, tuve una mujer, una casa, una familia y trabajaba de cazarrecompensas jugándome el cuello por detener malhechores, junto a mi Primo gané mucho, habíamos perdido todo cuanto Dios nos dio al nacer. Pero sin más esfuerzo que el que conllevaba encarcelar enemigos del estado teníamos una vida mejor que cualquiera que podríamos haber imaginado.

Todo tuvo su fin, de una manera trágica: Era Marzo de 1886, cierto día que mi Primo y yo regresábamos del trabajo nos encontramos con una horrenda escena, todo cuanto poseíamos desaparecido ya fueran cultivos, o pertenencias y lo que quedaba de nuestra familia asesinada, mi mujer desaparecida y ambas casas ardiendo en un fuego infernal que si ciertamente no sé cómo se provocó, me jugaría lo que fuera diciendo que un grupo de bandidos vengaron nuestras acciones. Investigué día y noche con Mike en busca del causante de tal acto, la investigación me condujo a un sheriff que evidenció de quien se trataba... Se hacían llamar "La Balada", nunca supe quienes fueron y quien fue su líder, dado que atacaban por la noche y aún estaban comenzando a ganar fama y aunque fui tras ellos por meses nunca obtuve nada a cambio. Frustrado a un nivel inimaginable y sin más pertenencias que mis armas y mi yegua: Lluvia, casi me quito mi propia vida, de no ser por Mike y su apoyo.

Yo y mi primo acudimos al gobierno, donde conocimos a Luke, Alain y Farrell, nuestros compañeros. Juntos nos nombraron exploradores.

Hasta entonces nos paga el gobierno por explorar las tierras, encontrar lugares clave para edificios e interceptar peligros desconocidos tales como tribus indígenas, animales salvajes hostiles...

En este caso debíamos explorar el bosque más grande al norte del estado, un lugar montañoso cercano al desierto pero con una cantidad incontable de ríos y montañas.

El vacío que me dejó haberlo perdido todo conseguí llenarlo explorando los magníficos paisajes Americanos, pero nunca me imaginé qué misterios tan extraños y bizarros podían esconder los magníficos lugares que vimos.

14 De Julio de 1889
Todo estaba listo para la expedición, los caballos hidratados y nutridos, el material de campamento en la caravana, y todas nuestras armas limpias y con munición suficiente para enfrentarse a cualquier ladrón que osara atracarnos.

El sol pronto comenzaría a abrasarnos si no nos introducíamos pronto en el bosque, y aún quedaban varios kilómetros de prados verdes hasta llegar a los primeros árboles de la zona que teníamos que explorar.
-Alex: ¿Todos listos?
Miré a mis compañeros, todos asintieron con la cabeza a excepción de Alain.
-Alain: Espera un segundo.
Alain sacó su sombrero de la caravana y se sentó en el frontal para dirigirla.

Sin ningún otro inconveniente nos pusimos en marcha de una vez y por todas, di un pequeño golpe a Lluvia con mis botas y el animal comenzó a trotar ligeramente.

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