OO7.

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Lisa despertó a media noche y se levantó de la cama, ignorando los ronquidos de Rosé para ir a la cocina en busca de un vaso de agua.

Con los pies arrastrando, se movió del cuarto a el inicio de las escaleras y empezó a bajar con cuidado de no caerse pensando en que visitar el hospital no está en sus planes.

De puntitas, logró alcanzar un vaso de la alacena y se sirvió agua fresca del refrigerador, recargándose en la mesada para pensar en qué haría para decirle a Rosé sobre el bebé.

Si llamaba a Jisoo, le daría un sermón de "te lo dije" con respecto a haber sido directa desde el inicio, y aunque no lo quisiera aceptar, aún guardaba la prueba de embarazo en su cajón secreto por si se rendía.

Dejó el vaso en el lavabo para regresar al cuarto, pero entonces su vientre comenzó a doler por lo que su mano lo tocó para intentar aliviar el malestar.

Sin embargo, jadeó al sentir que aumentaba y se agachó para tratar de regularizar su respiración. No entendía qué estaba pasando, pero el temor por su bebé era lo que acapara sus pensamientos.

—¡Roseanne Park! —llamó a su esposa casi llorando.

La mayor no tardó en aparecer por el margen de la entrada al comedor, totalmente preocupada, y sin detenerse a ir por un suéter o las llaves del auto, alzó a su esposa en brazos para salir corriendo por la puerta de su casa.

Si la situación fuera otra, Lisa se sentiría como en un dorama, de los que ve cuando está aburrida, siendo cargada por una persona apuesta que la acaba de raptar delante de sus padres para llevarla a un lugar especial donde compartirían un beso romántico y saldrían de la nada luciérnagas a iluminar su momento especial que pronto pasaría a ser un recuerdo humilde que vivieron antes de casarse en el salón de eventos más caros pagado por los padres de Rosé y tocaría un grupo musical una hermosa pieza de música que danzarían bajo los ojos cautivados de sus invitados y...-

—Lisa, no te mueras, todavía no te he llevado a la Luna —la voz de su esposa la sacó de pensamientos, y se dio cuenta que estaba recostada en una camilla.

¡¿Cómo habían llegado tan rápido?!

—Sé que no soy la mejor esposa del mundo, pero prometo darte todo lo que quieras e incluso dejaría que me patees por cualquier estupidez del pasado que no hayamos resuelto bien y te compraré las golosinas que tanto te gustan —las lágrimas inundaban el rostro perfecto de la rubia. Se enterneció por verla así de preocupada—. También diré que eres la más guapa, aunque sabemos que yo lo soy... Porque, ¿acaso me has visto? Te casaste con una mujer tan hermosa que si fuera posible me casaría conmigo también, aunque, ¿eso sería raro? No lo creo, muchas personas se casan con algo mucho más raro y creo que no estaría mal. ¿Sería serte infiel si me caso conmigo? Buena pregunta...

Olviden la parte donde sintió ternura.

—Señora Park, ¿pasará con su esposa a la revisión general? —preguntó la enfermera, pensando que sabía sobre el bebé.

—¿Revisión? Pero sólo es un dolor de estómago, ¿no? —exclamó, confundida por la situación—. Tranquila, esperaré afuera.

Lisa contuvo las ganas de levantarse de la camilla para darle un golpe en la cabeza para ver si por fin reacciona. La enfermera la miró con una sonrisa incómoda.

—No se preocupe, estaremos bien solas —dijo Lisa.

—¿Sola? Pero ya dije que yo no voy a pas-

—¡Sólo cállate y espera afuera, Roseanne!

***

—¿Lisa? ¿Porque estás molesta? ¿Qué hice?

La pelinegra caminaba con los brazos cruzados por las calles oscuras con su esposa siguiéndola detrás mientras su mano arrugaba la hoja del resultado sobre su dolor.

"Estrés".

Gracias al nivel de estupidez de Rosé que no la dejaba entender lo que quería decirle todo este tiempo, ahora debía tomar unas asquerosas vitaminas que supuestamente servirían para estar relajada y evitar acabar en el hospital, dejando a su bebé sin madre antes de tiempo.

unnie! i'm pregnant; chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora