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Pequeño ángel inocente, creyendo que eso es amor, deberías abrir los ojos, esto no es tan bueno como crees.

El diablo no negocia, ¿Qué acaso no lo sabe? La hará dormir entre sus brazos y luego le arrancará las alas, fingiendo que eso es amor.

Te observará detenidamente. ¡Cuidado!

Y cuando ella este más vulnerable se acercará, caminará hacia su cuarto y entrará, con las luces apagadas se meterá bajo las sábanas, sintiendo el cálido roce de su piel la tocará y rodeando sus brazos en su cintura la besará.

Él es malo, pero ella lo ama.

Quizás ama su maldad, o a ese lobo disfrazado de oveja.

Ama como sus manos exploran cada parte de su cuerpo, como la toca y la hace estremecer, como esos ojos penetrantes y fríos la miran erizando cada parte de su piel, como si una simple mirada bastará para tenerla a sus pies, pero eso no es lo que más ama, sus momentos favoritos son cuando la sostiene fuerte de sus muñecas y le susurra al oído, tan ronco e indiferente, solo con la intención de más placer, un placer amargo que todos quieren tener en su poder.

Ama su compañía porque algo de él la volvió adicta, como una droga que, aunque es peligrosa no deja de ser deliciosa, un mismo paraíso.

Él es el infierno, convertido en paraíso.

Que jodido mundo, vivimos rodeados de demonios, pretendiendo ser ángeles.

— Eres mía ángel — como amaba decirle así.

Un ángel que fue corrompido por el diablo y ahora se encuentra ante sus pies, tan inocente e ingenua creyendo que en verdad siente un poco de amor.

Él es el rey y ella una amante condenada.

Tan arrogante y egoísta, ¡Que bastardo! ¿Cómo puede sentir amor?

Pequeña niña tonta que se dejó enredar en sus mentiras 

¡Corre! Él no es para ti. 

¡Huye! antes de que tu corazón deje de latir.

— Él no cambiará, no vale la pena Jenny — no lo valía, pero aun así ella no escucho. Su mejor amigo se preocupaba, le importaba, pero ella no escucho.

¿Qué tan ciego hay que estar para amar a un demonio?

Se dejó envolver en sus brazos, volvió a caer, cayó ante el diablo, dispuesta a hacer lo que sea. El diablo te hace desear, caer, anhelar, es diablo es despiadado y no descansará hasta obtener lo que busca.

— Solo quiero lo mejor para ti — admitió su amigo, con la esperanza de hacerla razonar — Si vieras a través de sus ojos — se agarró el cabello con desesperación— Usa el disfraz perfecto para engañarte. Nunca será un príncipe azul.

Jamás lo sería.

— Pero siempre será mío — inocentemente ella respondió, creyendo que tanto su cuerpo como corazón le pertenecían.

¡Por favor abre los ojos! No te dejes engañar, él no es un príncipe, ten cuidado o te matara.

— Solo te lastimara — dijo él.

— Me ama, no lo hará — pero, así como el amor construye también destruye. Es tan seguro como peligroso, que no importa con cuántos ángeles buenos creas estar, aún pueden ser corrompidos por la envidia y el deseo.

— ¡Por favor, Jenny! — pero ella no escucho, subió a su auto y se perdió entre el camino.

Si tan solo entrara en su mente y viera lo perturbada que esta, se daría cuenta que ese amor terminará muy mal.

Devil Doens't Bargain✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora