Capítulo 4 Nirla descubre quién es Lollipop

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Capítulo 4

Nirla descubre quién es Lollipop

Como una conexión mística, la abuela Nirla despertó asustada, y sintiendo la presencia de alguien más en su habitación. Cayó sentada como un resorte, encendió la luz pero todo estaba bien en la misma, aun así, sentía esa extraña sensación de que había algo más en allí cerca. Las palpitaciones retumbaban en sus oídos. A su mente llegaban pensamientos de lo que Ashia le contó, y toda esta situación ya se estaba saliendo de control para ella. Sus emociones estaban al filo y lo que pensaba que podría ocurrir, la atormentaba.

"¿Y si confronto a esa Lolipop para que me revele quién es y porqué está cerca de Ashia? Pero si me dice lo que no quiero escuchar no podré manejarlo", decía para sus adentros. El sueño se había esfumado y ya no quería seguir dando vueltas en la cama. Entonces se levantó y bajó a la sala bien abrigada, ya que el frío se sentía bastante. Vio la revista de Víctor sobre la mesa del comedor y la tomó. Encendió la lámpara pequeña de mesa de la sala y comenzó a pasar las páginas. Trataba de interesarse pero mientras las pasaba su mente estaba cargada con los mismos pensamientos.

Cansada de no poder concentrarse en la revista, la puso a un lado. Los sonidos del bosque cerca de la casa eran variados. Durante la noche, éstos se agudizaban más. Un perro ladrando a la distancia, el sonido de una lechuza, ardillas inquietas y algunos págaros del lugar componían la armonía que rompía el silencio. Nirla le gustaba el lugar solo que en esta visita no podía estar tranquila con tantas intrigas y sospechas, sumándole la condición de su nieta.

De pronto, escuchó que tocaron la puerta. Entonces fue que le dio el frío olímpico y sintió desfallecer pues el temor se había apoderado de ella. No se atrevía dar un paso hacia la puerta o la ventana para tratar de ver quien tocaba. Volvió a escucharse tres toques suaves en la puerta pero cargados de fuerza. Se armó de valor y casi gagueando preguntó:

-¿Quién es? -preguntó asustada.

El silencio fue la respuesta. Al cabo de unos segundos que parecieron eternos se escuchó que bajaron el escalón del balcón. Nirla procedió a descorrer un poco la cortina pero no vio a nadie. Fue cuando se dijo así misma que estaría visitando el bosque para lograr ver a la tal Lollipop. Apagó la lámpara de la mesita de la sala y comenzó a subir las escaleras y escuchó que le susurraron "el tiempo y la distancia se acortan", acompañado de un frío extraño. Nirla se sujetó del pasamano y subió lo más rápido que pudo y entró a la habitación. Se escondió bajo la frazada y trató de calmar sus nervios y su corazón.

La mañana se levantó fría y pesada. Todos permanecían durmiendo. Una ventisca helada pasaba entre los árboles emitiendo un sonido lastimero. Antes de que sucediera cualquier cosa esa mañana, la abuela estaba preparada con su ropa de invierno muy bien abrigada. Dejó una nota sobre la mesa que decía que había salido al bosque a caminar para evitar que se alarmaran si se daban cuenta que no estaba en la habitación. Consiguió una vara de las ramas que yacían a la orilla del patio. La limpió con sus manos y la usó de bastón. Un poco agitada y nerviosa decidió bajar hacia el arroyo donde siguió a Ashia la vez anterior. Nirla iba decidida a descubrir quién era Lollipop y qué quería con su nieta pero aquella hazaña la aterraba.

El sonido que emitía la brisa crispaba los nervios de cualquiera. Había comenzado a caer la primera nieve, poca, suave y fría. Nirla se detuvo para arreglarse el gorro que llevaba. Al percatarse ya estaba cerca del arroyo. Miró alrededor y, sin pérdida de tiempo, comenzó a llamarla "¡Lollipop, Lollipop!". Lo repitió varias veces sin resultados.

"¡Responde, yo sé que estás aquí!"

"¡Te exijo que te alejes de mi nieta Ashia. No la estés envolviendo en tu juego. Yo sé lo que eres, aléjate de ella!"

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