Lollipop || Sujin

[Extra]

-Y entonces. -Pregunto la voz al otro lado de la línea. -Como te fue.

-Muy bien. -Respondió el castaño con una sonrisa plasmada en la cara. -Muchisimas gracias, realmente no sé qué hubiera sido de mi sin...

Seokjin no pudo terminar la frase porque un Yoongi salvaje saltó sobre él arrebatandole el teléfono de las manos. El menor se fijo rápidamente en el nombre de la persona con la que su ahora novio estaba hablando, antes de gritar. -¡Mío! -Y colgar.

-¿Porqué hiciste eso? -Se carcajeo el mayor. Sus manos fueron a parar a la cintura de su novio, acomodandolo en su regazo.

-Creí que habíamos establecido que no podías hablar con la zorra regalada básica del diablo si yo no estaba presente. -Gruño el menor con el entrecejo fruncido.

-Estamos hablando por teléfono amor. -Jin hundió su cara en la curvatura del cuello de su lindo Yoongi.

-¿Y? -Cuestionó el pelinegro intentando mantener quietas las manos de novio.

-¿Cómo que y? Solo somos amigos.

Ciertamente para Jin no había nada más tierno y gracioso que Yoongi celoso; y aunque llevaban juntos poco más de un mes, el menor se había empeñado en no querer dejarlo hablar con una persona en específico, de hecho, Jin podría asegurar que había escuchado  a Yoongi rechinar los dientes cada vez que se mencionaba su nombre en un programa de variedades.

-No me agrada. -Murmuro el pequeño haciendo un puchero.

-Eso lo se, pero BoGum fue el que... me motivo a declararme, por así decirlo. -Confeso el castaño un poco nervioso.

-¡¿Qué clase de declaraciones son estas?! -Exclamo Yoongi escandalizado, recordando lo que había hecho ese día y que la confesión de Jin había sido después de. -¿Acaso el te...?

-Sip. -Sonrió orgulloso.

-¿Estás diciéndome que lo de la paleta fue idea suya? -El menor ya no sabía si Park BoGum le seguía cayendo mal o no.

-No, lo de las paletas es porque me gustan las paletas. -Susurro con voz ronca al oído del menor. -El resto si fue cosa suya.

-Ah... ya veo...

Y cualquier otro pensamiento coherente que Yoongi hubiera podido tener se fue al carajo, Jin sabía como distraerlo si decir absolutamente nada. La mirada del menor estaba fija en como la lengua del castaño rodeaba la paleta que había sacado en un momento de descuido.