Arte ✯ Cuti Romero

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2006

──¡Gol, Cuti, Gol!──Exclamó mi viejo levantándo a mi mejor amigo de toda la vida del suelo.

Cristian "cuti" Romero.

Prácticamente éramos vecinos de toda la vida y vivíamos de mi casa en su casa.

Mi casa era el lugar para juntarse por excelencia y definitivo, pero aún así nos turnabamos.

Mis viejos lo amaban como otro hijo más en la casa y eso que ya había seis varones en la familia.

Yo era la menor de 5 hermanos.

Damían, Jorge, Bruno, Benjamin, Lautaro y finalmente yo, Victoria.

Siempre era poner un plato más para el y su familia. Los domingos era el día en dónde todos nos juntábamos a comer guiso de lentejas o lo que hubiera en la heladera y intercambiar lo que había transcurrido en la semana.

Cristian era también como otro hermano mayor, pero sin dudas, con el tenía mucha más afinidad. Era como si hubiéramos estado hechos para ser amigos.

Desde que nos corríamos con botellas de agua en las juntadas familiares o desde simplemente, siempre.

Nuestras mamas habían sido mejores amigas desde la primaría y habian querido lo mismo para nosotros.

Un amigo que te conociera aún más que uno mismo.

Al principio odiabamos estar tanto tiempo juntos. No nos gustaban los mismos dibujitos, ni los mismos juguetes y peleamos cada que teníamos oportunidad por absolutamente cualquier cosa. Pero con el tiempo, encontramos algo que compartiamos y que nos hizo acercarnos.

El fútbol.

El fútbol nos hizo sobrellevarlo.

Nos convertimos en personas cercanas y ahora disfrutábamos de estar casi todo el tiempo juntos, y incluso nos extrañabamos como solo unos niños de 8 años pueden extrañarse.

──¡Soltalo, papá!──me reí mientras veía como lo zarandeaba al Cuti por los aires.

Desde chicos, mi viejo siempre le había dicho a Cristian Cuti y le había quedado el apodo, para literalmente toda la vida.

Ahora toda mi familia y la suya le decían así, a él no le molestaba.

Pero lo que si le molestaba era que lo llamaran Gabriel.

Lo odiaba con toda el alma y yo como siempre y para variar, se lo decía para molestarlo. Justo como ahora, donde Cristian me estaba correteando por toda la casa después de llamarlo gritando por su segundo nombre para que mi papá lo soltará.

Cristian me atrapó haciéndome caer al suelo, ambos nos reimos mientras nos separabamos.

──¿Que vas a hacer de grande?──Pregunto mi papá sonriendo, el sabía la respuesta.

──¡Voy a ser futbolista¡ ¡Como vos, suegro!

──Ojalá algún día se te cumpla, hijo──mi viejo sonrió antes de levantar al cuti en brazos──¡Ser futbolista es una profesión de verdad! ¿Que es eso de ser abogado, Damian? ¡Mi primer futbolista!

Reí antes de acercarme a jugar con ellos.

──Algun día me voy a casar con su hija..──El me sonrió haciendo que hiciera una cara de asco, no me imaginaba casándome con nadie, era sin dudas, un alma completamente libre──¿Me deja? Dale suegrito..

──Tenes que hacerla muy feliz, ¿Escuchaste, Cuti? Y nunca dejarla sola..──El sonrio antes abrazarnos a los dos..

Observe por unos segundos a cristian antes de negar.