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• 𝗗𝗔𝗡𝗜𝗘𝗟𝗔 y el Dibu Martínez se
rencuentran en el mundial Qatar 2022
después de veinte años sin haber
...
Daniela tenía una de las treinta cinco cartas que su mejor amigo le había escrito. Desdobló la hoja y logró ver que dentro ella había básicamente un testamento, hablando sarcásticamente. Se sorprendido de todas aquellas palabras que su amigo escribió, no sabía que podía expresarse tan abiertamente en palabras escritas, también le pareció lindo los detalles y pequeños dibujos que habían alrededor de las palabras.
—Léelo después, así lo lees tranquila — le dijo Emiliano a su amiga —. No hagas trampa y léelas en el momento que tiene que ser.
Daniela lo miro a él y después a la bolsa con las cartas restantes que también escribió él. Eran muchas y aunque Dani estaba ansiosa de leerlas ahora mismo, le prometió a su mejor amigo que lo iba a hacer tal cual el preparó todo.
—Si, si. No te preocupes — dijo ella con una sonrisa. Guardo la carta que tenía en sus manos y dejo la bolsa a un costado de la puerta de su casa.
Los padres de ella estaban detrás ella, Emi vino a despedirse de su amiga antes de tener que irse del país para cumplir su sueño. Daniela estaba feliz por él, claro que si, lo ha apoyado en todo y ahora era el turno de él de terminar de cumplirlo. La familia Castañares también estaba orgullosa de Emi, lo querían como uno más de la familia.
—Te voy a extrañar mucho — dijo Dani al borde de soltar todas las lágrimas de sus ojos —. ¿Tan lejos te tenés que ir?
Dani escondió su rostro entre sus manos, quería llorar y mucho, pero no quería demostrárselo a él. Emi agarró las manos de su amiga y las quitó de cara, dejando ver ya rastros de lágrimas en sus ojos y un tono rojizo.
—Nah, no llores — Emiliano se apresuró a abrazarla fuertemente, la rodeó completamente y le era fácil, él es un pibe alto, grande, y ella tan chiquita y frágil —. Nos vamos a volver a ver, Danita, además te voy a llamar todo el tiempo y si es que puedo, te voy a llevar allá conmigo cuando sea posible.
—Pero falta mucho — se quejó la castaña.
Ahí estaba otra vez la Dani original.
—Bue, dale. No te quejes — Emi se separó de ella —. Cuando sea famoso te voy a llevar pa' ya.
—Prometelo — ordenó.
Ella levantó su mano y su meñique. Emi la miro con una sonrisa y entrelazó su meñique con el de ella, para que luego los dos besaran sus puños cerrados.
—Lo prometo.
Sus costumbres.
Emi volvió a abrazar a su amiga y ella no lo soltó hasta que sus padres le ordenarán que lo hiciera. Todos se despidieron por última vez, para dejar ir al chico del cual Dani se había apegado mucho desde chiquitos, al igual que él a ella.
—¡Te quiero, Danita! — gritó él alejándose.
—¡Yo también, Damián!
Emi le sonrió ampliamente, nadie lo llama así además de ella y no le molesta, es su amiga y por lo menos la única que ama mucho.
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