Retro Mutantes

Tormentos del pasado

Llego la hora de salida, y todos los alumnos comenzaron a salir de la escuela. Karai tomó sus cosas y las guardó en su mochila y fue a buscar a su mejor amiga para irse a casa, debía llegar y alistarse para la salida con Leo. Su conexión era única, desde la primera vez que se vieron nació algo entre ellos, aun no sabe que pero quiere averiguarlo. Tal vez pueda darse una nueva oportunidad para estar con alguien.
Llegaron a su casa y dejaron sus cosas en la entrada, aún no le decía a Shinigami que saldría con Leo, su amiga no era de exaltarse como April pero también se emociona con esa noticia.
- Shini, yo voy a salir en la tarde.
- Claro, quieres que te ayude a escoger tu outfit.
-si si- ambas se dirigieron al cuarto de Karai y abrieron el armario.
- Necesito saber la ocasión para la que te vistes.
- Voy al nuevo restaurante Japonés cercano a la quinta avenida.
- Vas sola?- Shini podía ser muy incisiva en ciertos momentos.
- No, invite a alguien.- Dijo con la voz un poco más baja y con ligero nerviosismo.
- Alguien que yo conozca?- Ella quería la información completa
- Puede que si- Trataba de ser lo menos elocuente para que amiga no descubra con quien va a salir.
- No será un joven, que originalmente era una tortuga, y que te parece adorable.- La joven bruja alzaba una ceja viendo a su amiga y mostrando una sonrisa socarrona.
Karai jamás pudo mentirle a Shini, es como su hermana y ella la conoce como la palma de su mano.
- Yo invite a Leo -dio una pequeña sonrisa
- Bien, entonces es una emergencia. Tienes una cita y no tienes que ponerte.- comenzó a aventar toda la ropa del armario.
- Tú encárgate del atuendo, yo voy a bañarme. Y no es una cita- grito Karai.
- Si claro- el sarcasmo era evidente en la voz de Shini.
Mientras Karai está en la ducha recordó la primera vez que vio a Leo, la primera vez que vio un mutante pero este era más humano que cualquier chico que conociera.
Al salir de la ducha encontró la ropa escogida por Shini en su cama, era una chaqueta de mezclilla negra y un vestido pegado color rojo.
Viendo el reloj de su celular, aun faltaba casi una hora y media para las 6. Tenía tiempo de sobra para alistarse, vestirse y peinarse para salir a tiempo, sin embargo un ruido la sacó de sus pensamientos. Era el vigía de la base del clan del pie por lo que rápidamente contesto.

- Moshi moshi...- La expresión en su rostro cambio a preocupación, inmediatamente se puso su traje de kunoichi y miro el reloj, faltaba una hora con unos minutos para su cita con Leo. - Espero que sea rápido, no quiero llegar tarde.

Salió de su habitación y le comunico a Shinigami lo que le conto el guardia, ella le dijo que vaya avanzando y en unos minutos le da alcance en la base. Salio corriendo y subio a la azotea del edificio, de un salto cayo al techo del edificio contiguo y continuo corriendo, debia llegar lo antes posible para solucionar los problemas.

Al llegar, lo primero que hizo fue acercarse a los guardias y lideres de las tropas.

- Qué ocurrió?

- Señorita Karai, como los días anteriores un grupo ingreso sigilosamente a la base, se robaron las armas y el dinero pero unos guardias describieron a unos infiltrados en su ambiente de usted, están revisando todos los documentos y papeles que usted tiene almacenado y dejaron un logo pintado en su trono.- El hombre llevo a Karai hacia donde estaba el grafiti. Era un pez koi con una espada que lo atravesaba, ella recordaba donde habia visto antes ese diseño de pez pero no se acordaba con claridad - Además, dejaron una inscripción atras del trono. - señaló el hombre.

Al leerlo Karai se quedo helada.- Sr. Sato puede retirarse.- en eso momento el hombre se fue y dejo a Karai sola con sus pensamientos. La frase escrita decía: La sangre derramada por el arma más letal de destructor jamás será perdonada, esa frase asusto tanto a Karai que su rostro expresaba terror. Ya recordaba de donde conocía ese pez koi, y eso solo la puso más nerviosa. Cosas turbias que estaban enterradas estaban emergiendo para arruinar la paz que Karai estaba disfrutado. Cuando una explosión en su base la saco de sus pensamientos, para correr en ese momento y ver lo que sucedió.

Mientras tanto en un restaurante japonés, el joven Leonardo estaba ingresando. Había llegado unos minutos antes de las 6 pero quería ser puntual, tal vez esta noche sea distinto para él y por fin pueda abrir su corazón para expresar lo que siente.