Dejas de vivir para tí, dejas de pensar en tí, dejas de creer en tí, dejas de ser tú.
Esta se manifiesta como una mancha en una hoja, tan pequeña, tan diminuta... con el pasar de los días el descuido hace que esa mancha se extienda cada vez más, y aumente sin aviso alguno.
Probablemente no recuerdas como inició, en un abrir y cerrar de ojos dejaste tu vida en manos de alguien más, ¿sabes quién es? A ese alguien le permitiste el control absoluto de tu esencia, la parte más valiosa de tu ser. Le permitiste entrar de una forma sutil, pero con el tiempo fue creciendo cada vez más. De un momento a otro ya no vivías para tí, vivías para aquel individuo.
Necesitas estar siempre con ese sujeto, cuando no está a tu lado sientes que de una u otra forma tus baterías se desgastan. Tu miedo a perder a aquella persona hizo que te olvidaras de lo más importante, ¿sabes qué es?
Tus luces se apagan cada vez con más intensidad, con menos franqueza.
¿Recuerdas la mancha que mencioné a el principio? Bueno, esa mancha es esa persona. En un descuido se volvió lo más esencial para tí, saliste de tu burbuja y eso no fue lo malo, lo malo es que al salir de la tuya te encerraste en la de aquella persona.
Estuviste satisfecha por estar a flote, y ahora que esa persona se va de tu vida sientes como te ahogas de manera lenta pero dolorosa.
Necesito que entiendas que salir de esa etapa de dependencia será la más difícil de superar, pero también es la más importante de pasar.
¿Estás preparad@?