A Dragon's Glory.
Pareja: Daemon targaryen x lannister! lector.
Advertencia: Dinámicas sub/dom, sexo durante el embarazo, complicaciones de dioses, oral (recepción femenina), culto al cuerpo, Daemon siendo tonto, extremadamente arrogante y absolutamente enamorado de ti...
Autor: Syrma-sensei
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ES EL DÍA DEL COMPROMISO DE LA PRINCESA RHAENYRA.
Te miras en el espejo mientras tu sirvienta te arregla el cabello con rubíes brillantes y accesorios dorados, y otra te adorna las manos con joyas. Rojo y dorado, los colores de tu casa; Lannister. El vestido que abraza tu cuerpo con tanta delicadeza es de color carmesí, su tacto aterciopelado es tan suave en tu piel. Dos aretes dorados redondeados que adornan tus orejas; el derecho tiene forma de león, y el otro tiene la forma del dragón de tres cabezas de la casa real de tu esposo; Targaryen. Y ambos sigilos tienen ojos de rubí.
Te enorgulleces de pertenecer a ambas casas; el león que heredaste y el dragón con el que estás casada. En ocasiones como tales, no desperdicias la oportunidad de hacer alarde de tu publicación; tu gloria
Cuando terminas, estudias tu apariencia en el espejo. Satisfecha por los resultados, tarareas con aprobación y alabas el buen trabajo de tus doncellas. Luego, una de sus damas de honor entra en su vestidor, inclinando la cabeza en señal de cortesía. "El Príncipe la está esperando, mi señora".
Encuentras a tu esposo príncipe esperándote en tu corredor compartido, el que une tus aposentos con los suyos. Daemon sonríe en el instante en que sus ojos caen sobre ti.
"Oh, mi leona..." Él toma tu mano y besa tus nudillos suavemente, "Te ves deslumbrante, amor."
"Vaya, gracias..." Le besas ambas mejillas, riendo cuando él trata de saquear tus labios recién pintados en un beso, "Te ves hermoso, mi dragón".
Lo complaces con un beso en sus labios, pero, por supuesto, tal gesto burlón no se eleva a su satisfacción cuando presiona sus labios contra los tuyos en un suave beso. Sus dedos ásperos acariciando tu estómago en círculos. Se aleja, besando la punta de tu nariz, luego mira el bulto en tu vientre.
Han pasado meses desde que Daemon regresó a la corte y no puedes estar más feliz. Ahora se porta mucho mejor. Tal vez el hecho de que va a ser padre pronto alivió su habitual desenfreno. Sin embargo, no puedes decir lo mismo sobre su apetito por ti, especialmente después de que tu estómago comenzó a hincharse. Lo vuelve loco saber que llevas a su hijo dentro de tu útero. Te lleva casi todas las noches si no estás cansada.
"Dioses", se queja en voz baja, "te estás volviendo más bonita cada día..."
"Sin embargo, mis dedos de los pies no están de acuerdo contigo, cariño. Están desapareciendo", tarareas jocosamente, "Se ven horribles".
"Tonterías". Él afirma, ahuecando tu mejilla, "Me gustan tus dedos de los pies, son lo segundo mejor de ti".
Tus pestañas parpadean coquetamente. "¿Puedo saber qué es lo mejor?"
"Lo mejor..." Daemon mira a un lado por un momento, reflexionando, luego te mira con una sonrisa traviesa, "Dos cosas, en realidad".
Un fuerte color rojo se tiñe de tus mejillas, "¡Daemon!" Lo reprendes, echando un vistazo rápido a tus ojos por temor a que alguien esté al acecho mientras tu esposo saborea tu vergüenza.
Aceptando su codo ofrecido, niegas un poco con la cabeza, murmurando: "Eres incorregible".
"Me temo que lo soy". Se ríe, sus pasos son cautelosos y lentos para no apurarte, "A ti te gusta"
