S&M 〰 乁･ KookMin ･ㄏ

Celos y pasta dental.

Especial.

Todos se mostraron muy emocionados cuando dieron al fin la noticia del bebé. Para ese entonces JiMin ya tenía 4 meses y ya no podía seguir ocultando la pancita.

Esperaron tanto tiempo, guardando el secreto porque no querían hacer ilusiones a la familia y que le sucediera algo al cachorro.

Y ahora que el obstetra les había asegurado que el bebé estaba asentado y que el peligro había pasado, JiMin se dedicaba a comer todos sus antojos y a descansar.

Aunque no todos los antojos eran saludables. Como el de ese día, cuando JiMin pensó que JungKook ya se había ido al trabajo.

-Precioso, estaba pensando que…-

En cuanto JiMin lo vió entrar al baño escondió algo detrás suyo.

-Que haces?

-Nada…- Tenía esa carita asustada como si estuviera haciendo una travesura.

-Muestrame.

-Mh… qué?

-JiMin, dejame ver que es.

-N~no, no es nada…- aseguró.

-Jeon JiMin!

-No es nada. Lo prometo.

-Muéstrame las manos.- pidió el alfa acercándose.

El menor le mostró una de las manos, totalmente vacía; esperando que eso fuera suficiente.

Evitaba verlo a los ojos mientras caminaba hacia atrás para no ser atrapado. Ni siquiera notó que la bañera estaba atrás a unos pasos más.

Todo pasó en cámara lenta para el alfa. El menor tropezando con la base de la tina, el sonido de algo cayendo.

Con la agilidad característica de su casta, se apresuró y lo sostuvo con fuerza por la espalda pegándolo a su pecho y con la mano libre se detuvo de las baldosas de la pared, evitando así que sus pareja y su cachorro en el vientre se lastimaran.

Cuando reaccionó pudo sentir a su omega temblando de miedo, aferrándose de su ropa con fuerza, podía sentir por el vínculo que estaba asustado.

-Tranquilo amor. Tu hombre te cuida.- Murmuró, acomodando su mano para impulsarse hacia atrás.

Lo ayudó a sentarse en el retrete para que se calmara. Y en cuanto se alejaron de la tina pudo ver el tubo de pasta dental de yerbabuena aplastado y casi vacío.

-Ay, JiMin.

-No… yo…

-Comiste el dentífrico de nuevo?

-Es~es que mhh… es muy refrescante.- aseguró mostrando una sonrisa linda perfumada.

Su alfa no podía resistirse a éso, seguro funcionaba junto con sus ojitos.

-El doctor te había dicho que es malo para tí y el bebé. Voy a tener que vigilarte todo el tiempo? O esconder la pasta dental cuando no esté en casa?- reprendió.

-No puedo evitarlo, solo se me antoja comerla. Sabe muy bien.

-Cachorro, no puedes hacer a omma tener antojos normales?- preguntó levantando un poco la playera de maternidad que usaba JiMin.

Ese cachorro ya lo había hecho comer cinco tubos de pasta dental en dos meses. Ahora más que nunca estaba preocupado.

¿Y si surgía un nuevo antojo de comer detergente o algo peor y él no estaba en casa para vigilarlo?