S&M 〰 乁･ KookMin ･ㄏ

Lobo posesivo.

Tres meses antes de la catastrofe:

-Se siente bien?

-Si, está muy fresca.

-Traeré mi rodillo de jade, levanta tu cabeza.

-Mh!- el alfa gimió molesto, poniendo mas peso para evitar que el Omega se alejara.

-Vamos, no seas un cachorro. Levántate para que pueda ir.

-No necesito eso, sólo déjame quedarme así.- pidió con un pico.

Tenía su cabeza recostada en el regazo de JiMin, en la cama mientras veían Un lugar en tu corazón.

Ambos tenían mascarillas en la cara después de un facial casero.

-Te fue bien, eh?

-Si.-

Hacía mucho tiempo que el omega había dejado de indagar más a fondo acerca de sus asuntos privados.

Realmente no le gustaba escuchar, no porque tuviera sentimientos ocultos por él, era porque al menor no le gustaba ese tipo de 'vicios', como los llamaba su papá.

Después de la ruptura con aquel Omega, JungKook dejó de ser quien era y empezó a adoptar conductas extrañas para los que lo conocían de tiempo.

Para el omega todo era nuevo. Pero estaba seguro de que ese mundo no era para él.

Lo supo él día que JungKook llegó a su casa con sus aparatos en una maleta de gimnasio y él por curiosidad preguntó.

Poco después aceptó ser su aftercare, su bebé vainilla, su lugar seguro. Porque JiMin no podía dejar a su amigo DOM solo en su mundo.

El timbre de la puerta se escuchó y al alfa no le quedó más que levantar la cabeza para que el omega pudiera salir de la cama.

-Buenas tardes, permítame traer dinero.-

Habían pedido la comida a domicilio, cómo todos los viernes.

Las feromonas de cierto repartidor alfa llegaron a la nariz de JungKook, haciéndolo levantarse rápido, tomó su cartera del kotatsu y sacó un par de billetes.

-Aquí tienes. Gracias.- dijo, parándose a todo lo ancho de la puerta.

Le soltó un gruñido y cerró la puerta.

-Gracias Kookoo, la verdad es que no encontraba mi caja del dinero para la propina.

-No es nada, duraznito.- aseguró en un tono de voz baja, apretándole una nalga al menor.

Para JiMin era fácil hacer su 'trabajo'. Sobre todo porque el alfa se había convertido en su mejor amigo, en su compañero de mascarillas y maratones de series.

Ninguno de los dos juzgaba el modo de vida del otro.

Aunque hacía un tiempo que JungKook estaba algo posesivo. Y le hacía visitas seguido sin siquiera avisar.

Pero estaba bien. Tenía las ventajas de una pareja sin todo el drama de conocer a las familias formalmente, sin sentir que la convivencia se volvía una rutina y se aburrían el uno del otro y sin el sufrimiento de terminar.

JiMin conocía a los papás del alfa gracias a las reuniones familiares en las que la abuela le pedía a JungKook llevar a alguien.

El omega se había ganado el corazón de toda la familia.

Y JungKook solo conocía a NamJoon y al señor Park, la mamá del menor era un poco más difícil.

No quería conocer a alguien más hasta que su cachorro fuera a comprometerse, porque se había encariñado con ex y resultó ser un patán mentiroso que solo lastimó a su bebé.