A veces, Rita echa la vista atrás y recuerda sus años de fantasías y sueños, cuando tenía tanta prisa por crecer y comerse el mundo. Cada vez con más frecuencia, evoca aquel deseo que empujaba por hacerse realidad, arrullado por la voz de Sammy Scott, su integrante favorito de la boyband Love Trigger, envuelto en revistas juveniles, en un mundo sin móviles ni redes sociales en el que se sentía a salvo y feliz.
La libertad. Los sueños. La ilusión. Las ganas.
La década de los 90 (en el siglo pasado) fue una etapa feliz para Rita, aunque a veces no se lo pareciera. Esa felicidad se hizo patente cuando quedaron atrás la adolescencia y la juventud y, aunque aún hoy se siga considerando un espíritu joven, alcanzó la edad adulta que con tanto engaño le habían vendido.
La madurez. Las responsabilidades. Los fracasos. Los miedos.
Los tiempos han cambiado mucho. Rita ha crecido y se ha transformado en una mujer diferente.
O no.¿Puede una mujer adulta y aburrida darle un giro a su vida y sentirse casi como en los 90?