Zayn Malik; profesor de música, poseedor de una voz angelical, pestañas largas, cabello negro, rostro de ensueño y el mayor lambiscón del mundo, o por lo menos esto último era lo que creía Louis desde hace cuatro días que había llegado Harry. Cuatro días de oír en cada oración que salía de la boca de Zayn al estúpido rizado, lo inteligente, culto y simpático que es.Acababa de hablar con su amigo, o el mayor fan de Harry Styles aparentemente. Habían quedado de ir al billar en la noche- después de una discusión de 15 minutos en la que Louis se negaba rotundamente a extender la invitación al rizado a pesar de la insistencia de Zayn-.
Y aunque ya había logrado sacar a Harry de los planes con sus amigos dos veces. El nuevo profesor seguía siendo el mayor tema de conversación de toda la escuela.
¿A quién le importaba si Harry había estudiado artes en Escocia? ¿Qué más da si dona pinturas para subastar en beneficio de centros públicos de salud? ¿Por qué todo mundo hace un alboroto por el estilo y porte de Styles? Honestamente para Louis, todos estaban exagerando demasiado con el caos que hacían por su entrada al colegio. Pero eso a él no le quitaba el sueño, tenía mejores cosas que hacer como para disfrutar de la colonia que Harry dejaba al pasar, o para concentrarse en sus ojos verdes adornadas por unas pestañas sutilmente rizadas, estaba muy ocupado como para imaginar si tenía más tatuajes que las aves que se asoman ligeramente en su pecho. No, absolutamente no pensaba en nada de eso.
Iba caminando por el pasillo rumbo a las canchas de la escuela con su mente únicamente enfocada en el entrenamiento de hoy, eso hasta que chocó con lo que creyó era un poste andante. Miró para arriba y cruzó miradas con aquel "poste", que por supuesto era el nuevo maestro, recobró la postura y levantó el mentón en cuanto su mente reaccionó.
-Ten más cuidado, idiota. Pudiste haberme tirado.- reprochó Louis, más enojado de lo que debería.
El rizado no hizo más que alzar una ceja, sacudir un poco su traje azul con flores rosa pastel y continuar con su camino directo al salón que se encontraba a la izquierda de Louis. El cual estaba algo ocupado observabando la manera en que el traje le alargaba las piernas y como el único botón de su saco ajustaba su cintura.
En cuanto el castaño salió del trance (provocado por flores llamativas, no por el portador de dicho traje floreado) en el que estaba, siguió al más alto para reclamarle su falta de modales. Para cuando entró al salón, el maestro de artes ya se encontraba sin su saco, arremangandose las mangas de su suave camisa azul cielo.
-¿Se le ofrece algo?- preguntó Harry con voz indiferente, de espaldas al hombre parado en el arco de la puerta.
-Pasaste corriendo como un loco en los pasillos y ni siquiera tuviste la decencia de ofrecerme una disculpa. Veo que todos los cumplidos respecto a lo educado que eres, es pura mentira.- escupió Louis, tal vez exagerando su molestía respecto a la situación.
Harry se limitó a reír sin gracia, luego continuó preparando sus pinceles y el lienzo, en el que aparentemente iba a trabajar. El ojiazul solo observaba. Pasaban de las cuatro, el día había estado soleado, provocando un alumbramiento dorado intenso al salón de arte -el de los ventanales más grandes de todo el colegio-.
Louis sólo permaneció ahí. Por un instante la imagen de un salón antiguo pintado de beige, con mesas y caballetes de madera gruesa, pinceles por todos lados y uno que otro cuadro colgado en las paredes, con un joven hombre de espalda ancha y cabello alborotado, era todo lo que estaba en la cabeza del castaño. La manera en que la luz traspasaba la delgada barrera que hacía la camisa azul del rizado lo dejó sin aliento por un momento.
Aquel chico que se disponía a pintar no sabía que estaba siendo observado, para cuando volteó en busca de su godete se topó con un hombre en pants viéndolo. Soltó un pequeño grito a la par que se llevaba una mano al pecho.
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Jugadas al óleo
FanfictionExcéntrico, elegante, colorido, algo narcisista, y aunque no quiera admitirlo, sumamente inteligente y talentoso. Porque cuando Louis ve desde el campo de fútbol el salón de artes, puede ver su traje lleno de flores, sus rizos manchados de pintura...