A Takemichi lo habían golpeado de nuevo, vaya sorpresa, aunque esta vez había sido peor, estaba sangrando fuerte de la cabeza y sus ojos le fallaban bastante, aunque estuviera en la Toman los bullys no lo dejaban en paz.
Su cabeza dolía mucho, pero logró sentarse en una banca del parque cercano. Estaba cerrando los ojos constantemente por la fuerte pérdida de sangre, había defendido a Hakkai de unos matones de Tenjiku. Pero no contaba con que uno de ellos trajera un bate de beisbol, le dió un golpe en la nuca y por eso su cabeza sangraba tanto.
Por otro lado, Taiju Shiba venía saliendo de una reunión bastante decepcionado, sus subordinados no pudieran hacer algo tan simple como ordenar unos pocos papeles. Se iba a misa ya que era domingo.
{Paso una hora o dos desde que Taiju entró a misa, venía saliendo y tomo la ruta del parque donde estaba Takemichi}
Taiju iba caminando hacía su casa cuando vió al joven sentado en la banca del parque con la cabeza sangrante y sus manos con sangre seca. Pero no le importaba mucho el joven, por lo que prosiguió con su camino, pero un fuerte golpe lo detuvo.
Resulta que el joven intentó levantarse para irse pero por la pérdida de sangre se derrumbó desmayándose en pleno día, en frente de medio mundo.
A Taiju no le importó y se dispuso a seguir, pero pronto los susurros llegaron a sus oídos...
X1: ¿No le importa que ese joven se esté desangrando?
X2: Que mala persona es, -le dijo a una mujer a su lado-
X3: Y tan santito que se veía, no?
Aunque pronto no solo fueron los susurros los que lo atormentaron, su conciencia se les había unido. Y fue tan insoportable para Taiju que bastante molesto, tomó al joven y se lo llevó cargando a cuestas como saco.
Ese fue su primer encuentro, aunque esto nos llevará a una gran aventura, ¿Te atreves a continuarla?
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La Reina de los Black Dragons. Taiju x Takemichi.
FanfictionTakemichi es un hombre con facciones muy delicadas, por ello siempre lo tachan de débil, de mujer o de inútil. Un día, Taiju lo encuentra llorando con su rostro tapado y las manos sangrantes, a él nunca le importaría dejarlo ahí, de no haber sido po...