Deadly Disease / Xiaoether AU

[I] Desgracia inesperada

El se consideraba una persona afortunada; a pesar de contar con una personalidad algo cortante y una actitud un poco grosera, contaba con personas que lo amaban y aceptaban, tales como sus padres, hermanas y amigos, personas que contaban con suficiente paciencia cómo para aguantar sus malos comportamientos e intentar comprenderlo, personas en las que sabía que podía confiar, las cuáles siempre estarían a su lado, en las buenas y en las malas.

Apreciaba la vida que tenía, y a las personas que estaban en ella

Deseaba que su vida se quedara así por siempre, aún sabiendo lo imposible e irreal que eso era

Fué rápidamente sacado de sus pensamientos por la familiar voz de Hu Tao, su hermana gemela

—¡Xiao, Acaba de sonar la campana del recreo! ¿Vienes con nosotras?

Xiao giró su cabeza para encontrarse con la de ojos carmesí junto a su hermana menor, Ganyu, las cuáles lo estaban invitando a pasar el receso con ellas, normalmente lo pasaba con Aether, su mejor amigo, pero ese día había faltado, algo bastante extraño viniendo de el, su hermana gemela tampoco había ido, debía de admitir que se aburría un poco sin los gemelos, ellos le daban vida al lugar

La peliazul notó que su hermano estaba más callado que de costumbre, pero decidió no preguntar, sentía que no le incumbía, aunque en el fondo supiera que si lo hacía.

El resto del día transcurrió normalmente, luego de salir de la escuela su padre lo recogió a él y a sus hermanas, llevándolos a casa.

Fué cuándo llegó a su hogar que comenzó a preocuparse por su amigo, no le llegaban los mensajes ni a él ni a su hermana, sumándole el hecho de que habían faltado por primera vez en todo el año, era la situación perfecta cómo para ponerle la piel de gallina, Xiao era una persona bastante ansiosa, no vendría siendo la primera vez que le pasa esto, varias son las noches que no ha dormido por éstas situaciones

A su padre, Zhongli, ésto no le gustaba nada, su hijo siempre había sido así, cuándo era tan solo un niño, solía permitirle dormir con el y Childe, pero ya casi tenía 18 años, debía aprender a tranquilizarse de alguna manera, temía que algún día algo horrible sucediera...

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El azabache decidió levantarse de su cama y salir a dar un paseo, quizá solo necesitaba tomar aire

Repentinamente, una mano sostuvo su hombro —¿A dónde vas, Xiao? –preguntó una voz familiar para el ojiambar

—Voy a caminar un rato, ¿Hay algún problema? –dijo éste, dándose la vuelta y alzando su cabeza para clavar su mirada en aquel pelirrojo, que dudaba de el con la mirada —Supongo que no, pero no tardes mucho, y ve con tu hermanita, es un buen momento para que salgan

Xiao suspiró y caminó hasta el cuarto de Qiqi, ella se encontraba dibujando, el se apoyó en el marco de la puerta y dirigió su mirada hacia la de pelo claro —Voy a pasear ¿Quieres venir? –le preguntó, la menor lo miró y asentió con la cabeza, dejando la hoja de papel en su cama y levantándose, para proceder a darle la mano al mayor

Se encontraban caminando por el parque, cuando repentinamente Qiqi se detuvo —Quiero comer helado –dijo ésta, señalando con su dedo un camión de helados

Xiao la miró —Quédate aquí, ya vuelvo –le pidió, a lo que ella asentió

El azabache volvió con un helado en cada mano, uno de chocolate amargo y uno de frutilla con crema, entregándole el segundo a su hermana.

Caminaron un rato, hasta que el teléfono del mayor comenzó a sonar, era una llamada de Lumine, la hermana de Aether —Espera un segundo Qiqi, tengo que hacer algo –dijo este, mientras se alejaba de la menor, respondiendo la llamada y se apoyándose detrás de un árbol

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La de ojos morados comenzaba a preocuparse, habían pasado al rededor de 30 minutos y su hermano no volvía.

Qiqi trató de recordar hacia dónde se fué su hermano, no tardó mucho en encontrarlo, estaba sentado en un banco, mirando fijamente el sueño, mientras sus cabellos tapaban su rostro

Fué en ese momento que Xiao levantó la cabeza, encontrándose con la menor, notando inmediatamente la mirada de preocupación que tenía pintada en su rostro

—¡Qiqi! –la llamó su hermano, levantándose para abrazarla, notando el tiempo que había pasado desde que se alejó de ella

—Lamento haberte dejado ahí, me acaban de informar de una urgencia, volvamos a casa –procedió a explicarle a su hermanita, observando cómo asentía con su cabeza

Ella no lo mencionó, pero los ojos de su hermano estaban llorosos y se veía más...

Débil

Cómo si en cualquier momento se fuera a derrumbar, y romper en llanto.