๑˙• 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐 .˙⊹

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𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐆𝐀𝐋𝐎
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— Aether.. ¡Aether! .... ¡¡¡AETHER!!!! — El mencionado pegó un salto de su cama, se había llevado un susto de muerte. Se levantó rápidamente de la cama observando como su pequeña hermana se marchaba entre risas.

— Es Sábado, ¿por que siempre tienes que despertarme temprano los sábados? — Aun así no recibió respuesta. Suspirando salió de su habitación, no sin antes mirar de reojo su ventana. La ventana vecina aún tenía las persianas bajadas lo cual desanimó al rubio — (Probablemente deben de seguir dormidos los vecinos... menos mi familia, que familia más rara tengo). — pensó, pues siempre su familia estaba despierta sobre las 8 de la mañana, incluso siendo vacaciones.

Tras un desayuno agradable y un buen rato viendo la tele

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Tras un desayuno agradable y un buen rato viendo la tele. Sus madres conversaban sobre temas "financieros" que no eran para NADA interesantes, por lo que, del aburrimiento que tenía, decidió tomar un paseo por las calles y de paso sacar a su mascota, a pesar de que era un conejo (pues si, los conejos se pasean >:c). Tomó en sus brazos al pequeño animalito de pelaje oscuro y manchas blancas y partió despidiéndose de su familia por un rato.

Aprovechando aquella situación, decidió ir a comprar algo de "comida" para el conejo refiriéndose perfectamente a chucherías que el iba a ingerir. Después de aquel tan largo paseo, se encaminó vuelta a su hogar y volver con su familia. Eran alrededor de las 6 de la tarde, se encontraba en un pequeño callejón donde habían pequeñas tienditas que vendian cositas hechas a mano como; pulseras, collares y ropa con decoraciones adorables. Estuvo observando un buen rato un pequeño atuendo de color azul, con lazitos y pequeños patrones de lana similares al trigo. Tenía el tamaño perfecto para el pequeño conejo que cargaba en sus brazos y se quedó pensando profundamente si podría regalarle aquel atuendo a su hermana, ya que el conejo no era suyo sino de su hermana (a pesar de que su mamá siempre insistía en que era de los dos). Por desgracia, había gastado todo su dinero en las chuches, así que se desanimó por no poder tener un detalle con su hermana.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos y en la desgracia que lo acompañaba que no se percató de que un joven de ojos cristalinos lo observaba. Sus ojos estaban entrecerrados, como si estuviera esperando a que hablara o se marchara del lugar. Sabiendo que Aether no se había percatado de su presencia decidió dar el paso para llamar su atención. — Oye, chismoso de la ventana. — El mencionado lo miró al instante, procesando la información recibida. — ¿Vas a comprar algo o no? — Su tono de voz era desagradable, no parecía estar de humor y su expresión lo hacía verse menos amigable. El rubio se había quedado sin palabras, estaba delante de aquel joven, el chico de aquella ventana, su vecino. — B-bah a-ah.. Esto... Yo.... — Comenzó a tartamudear sin parar, estaba muy nervioso, no se le daba bien las palabras y menos con desconocidos. — Perdona, ¿Qué has dicho? ¿Puedes repetirmelo ricitos de oro? — Se burló del joven, que para este punto su rostro era un tomate. — ¡¡L-lo siento!! M-me cuesta hablar, soy muy malo para estas cosas de "socializar" — Dijo haciendo comillas con las manos. — Estaba pensando y.... Me di cuenta que no tengo dinero, lo siento mucho de verdad, no quise hacerte perder el tiempo. — Sus ojos se fijaron en las manos del joven, tenía algunas vendas, se preguntaba como fue herido. — Bah, no importa, de todos los clientes que vienen aqui, tu has sido el más generoso, la mayoría suele quejarse por el precio de los productos, tch... Que entenderán ellos de economía... — Murmuró casi gruñendo, no parecía agradarle la idea de vender aquellos productos.

𝑳𝒂 𝒃𝒂𝒏𝒅𝒂 𝑨𝒏𝒆𝒎𝒐 [ᴀᴇꜱᴄᴀʀᴀ] 𝐀𝐍𝐄𝐌𝐎 𝐁𝐎𝐘𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora