๑˙• 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 .˙⊹

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𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐇𝐞𝐢𝐤𝐚𝐳𝐮

𝐀𝐃𝐕𝐄𝐑𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀
Este episodio no influye en los capítulos de la historia, solo es un especial para el desarrollo de la relación entre Kazuha y Heizou.

— Pss

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— Pss.. pss... ¡Hey, gatito! — Dijo aquel albino de hermosos ojos rojizos. — Te traje algo de comida, para que no mueras de hambre. — Sonrió y le dejó en el suelo un pequeño cuenco con comida de gato que tenía en su casa. — Te llevaría a mi casa pero mi madre no me lo permitiría jaja... — Suspiró sintiendo una presión en su pecho como si tuviera un nudo en la garganta.

Detrás de él, se escucharon los pasos de un joven de ojos verdosos. Se acercó por detrás del albino y posó sus manos en los hombros del chico. — ¿Otra vez dando de comer a los gatos callejeros? — Rió al escuchar las palabras del pelivino, volteando a verlo y así abrazandolo con cariño.

— Si Zouzou, es que estos gatitos no tienen hogar, no tienen comida, ni agua... — Miró con tristeza a uno de los pequeños gatitos que comía con tranquilidad aquellos platillos que trajo el albino.

En pelivino observó también a los gatitos con unos brillos en los ojos. — ¡Oye! yo podría cuidarlos, mi casa es grande y mis padres aman los animales, no creo que les importe que traiga a casa unos gatitos. — El contrario lo miró con asombro con unos ojos llenos de inmensa felicidad, sin pensarlo lo abrazó con amor y entusiasmo.

— ¡Por favor Heizou! me harías un gran favor. — Lo miró con ojitos, el ojiverde rió y aceptó con una sonrisa. — Cuidaré de esos gatitos como si fueran mis hijos. — Dijo para luego besar el cachete del contrario. Luego de eso, ambos chicos tomaron con cuidado a los gatitos, los metieron en una pequeña caja y así, el albino acompañó a su novio hasta su casa.

— ¿Seguro que podrás cuidarlos? — Respondió con preocupación, esperaba un bien por aquellos gatos. El contrario sonrió con dulzura y acarició el cabello desordenado del ojicarmesí. — Confía en mi. — Los ojos del Albino brillaron y abrazo con cariño una vez más al pelivino.


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Después de un largo paseo llegaron a casa del ojiverde, una casa grande con ventanas anchas y altas, de color blanco y negro, con un jardín grande y espacioso para jugar. Sin duda la casa de Heizou era como un palacio para los ojos de los pequeños gatitos.

Kazuha entró seguido con Heizou, dejaron las cajas con los gatos en el suelo y así los gatitos comenzaron a explorar el interior de la casa, lentamente se escucharon pasos de alguien mas. El padre de ojiverde había aparecido con una pequeña cesta que tenía algunas uvas, fresas y naranjas.

— Hola hijo mío, hola Kazuha, ¿Como están? — Entonces sintió un pequeño toque en su pierna seguido de un ronroneo, dirigió su mirada al suelo y se encontró con uno de los gatitos. Ojos azules, de pelaje blanco con algunas manchas de color negro, era un gato muy hermoso.

— ¿Habéis traído gatitos? — Dijo con emoción, parecía estar más emocionado él que los jóvenes. Rápidamente cargo en sus brazos a aquel pequeño gato, era tan lindo y frágil que no podía evitar restregar toda su cara contra el pelaje del animal. Aquella escena enterneció el corazón de ambos adolescentes que no pudieron evitar reírse por la ternura que les producía ver aquello.

Mientras que el padre de Heizou conversaba con Kazuha sobre como iban las clases y como le iba en los estudios a Heizou (por que era el delegado de clases jeje), el pelivino se encontraba en su habitación haciendo algunas tareas mientras jugaba de vez en cuando con los gatitos que estaban en su cuarto.


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Al pasar las horas, Kazuha abrió la puerta de la habitación del chico. Fijó su mirada en la espalda de este y se acercó lentamente acariciando suavemente su espalda y lentamente abrazandolo. — ¿Estás contento? - Preguntó el pelivino, el contrario sonrió y asintió.

— Claro que si, ¿quién no estaría contento? — El contrario rió nuevamente mientras jugaba con sus manos acariciando el cuerpo del joven, tenía un cuerpo tonificado y bello que le llamaba la atención.

— ¿Ahora que procede? — Preguntó nuevamente mientras se daba la vuelta y miraba al ojicarmesí, tenía una sonrisa que transmitía una paz increíblemente serena, aquella vista era prácticamente agradable.

El albino fijó la mirada en el pelivino mientras acercaba sus labios al contrario, lentamente sentándose sobre su regazo. — Podriamos ya sabes... ¿jugar? — Preguntó mientras los ojos del contrario se iluminaban.

Un pequeño besó se poso en los labios del albino, corto pero perfecto. Heizou se levantó rápidamente y tomó sus consolas para así comenzar a jugar con su novio a un juego que esperaba con ansias jugar, luego de eso no salieron de la habitación hasta muchas horas más tarde después.

La linda tarde entre aquellos tontos finalizó con un abrazo dulce y amoroso, luego un pequeño roce en los labios y finalmente se despidieron entre ellos, los ojos del ojiverde puestos en la figura tan perfecta que tenía su querido novio "él es tan perfecto" se dijó para si mismo en un tonto trance donde solo podía pensar en el chico. Un maullido lo saco de su embobamiento, uno de los pequeños gatos tenían hambre y junto a el entraron en la casa.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2023 ⏰

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𝑳𝒂 𝒃𝒂𝒏𝒅𝒂 𝑨𝒏𝒆𝒎𝒐 [ᴀᴇꜱᴄᴀʀᴀ] 𝐀𝐍𝐄𝐌𝐎 𝐁𝐎𝐘𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora