Cigarettes (Sonadow +16)

Cigarettes

"Nunca he fumado. No sé hacerlo..." Confiesa Sonic, el aire sacudiéndole las púas desordenadas. A ella le gusta usarlas así, sueltas y alborotadas, como todo en su ser. Shadow lo piensa por unos momentos, con el cigarrillo aún apagado entre sus labios. Sabe que fumar no es bueno, causa una infinidad de problemas a la salud. No debería hacerlo. Pero estaría condenándose en el infierno si no aprovechaba esta oportunidad. 

"Puedo enseñarte", ofrece con calma. Rebusca entre los bolsillos de su chaqueta de cuero negro, necesita el maldito encendedor. Solo siente sus llaves y una cajetilla. Tienta en la bolsa de su falda negra y ahí está. Lo saca sin cuidado alguno. Sonic se ha quedado en silencio durante todo el tiempo que ella busco el mechero, reflexionando la propuesta de la eriza color ébano. 

Están sobre el tejado de la universidad, observando el atardecer transformarse en noche. Las luces de la ciudad apenas comienzan a brillar y ni siquiera los rascacielos con todo su tamaño e inmensidad logran verse imponentes. A esta distancia son solo pequeñas figuras conformando un paisaje urbano y tranquilo. 

"A Tails no le gustaría saber que fumé." Dice Sonic mientras mueve su pie nerviosamente. Las cadenas sujetas a su pantalón de mezclilla hacen un tintineo rítmico al compás en que mueve la pierna. Shadow enciende su cigarrillo, haciendo un hueco con las manos para que la llama del encendedor no se pierda con todo el aire frío. Luego la mira con sus penetrantes ojos carmesí. Analiza su rostro sin pudor alguno.

Largas pestañas espesas adornan los ojos de Sonic, sus parpados ligeramente cubiertos por una capa de sombra roja, en juego al labial de su hocico. Shadow no lo sabe, pero desde que Sonic la conoció el rojo se convirtió en su color favorito. La eriza de vetas resopla, lanzando la primer bocanada de humo al viento. La nube se dispersó tan rápido como fue expulsada, deshaciéndose en el frío del otoño. 

"Él no tiene por qué saberlo", contesta tranquilamente. En un pequeño gesto juguetón, Shadow le muestra la lengua a Sonic, su brillante perforación plateada se asoma por unos momentos. "Aunque tienes razón. No deberías hacerlo." Acto seguido devuelve el cigarro a sus labios, dándole una larga calada. Sonic resopla, divertida cuando Shadow le arroja el humo en la cara.

"No me salgas con esa mierda, Shads. Ese no es tu estilo", Sonic se acerca más a ella, rozando su hombro contra el de la eriza rayada. Sorprendentemente no se aleja del pequeño contacto y la velocista lo toma como una victoria. En cambio, Shadow gruñe. 

"Cierto", afirma "A la mierda Tails, deberías probarlo." Luego su mirada se dirige a Sonic. La eriza cobalto aparta la vista, un pequeño rubor cubriendo su hocico melocotón. Sus manos enguantadas juguetean con las mangas de su chaqueta de mezclilla en un intento de disminuir su repentino nerviosismo.

"Te dije que no se fumar." Murmura entre dientes. Las orejas cobalto se aplanan contra su cabeza y no se atreve a mirar a la chica a su lado.

"Y yo dije que podía enseñarte." El cigarrillo de Shadow está consumiéndose lentamente entre sus dedos enguantados. Las cenizas caen sobre la tela blanca inmaculada, creando pequeñas manchas oscuras. Vuelve a inhalar el cigarro, jalando el humo hasta sus pulmones, dejando que la placentera sensación rasposa se abra paso en su garganta. Como siempre, arroja el humo una vez que ha terminado. Sonic la está observando de nuevo y asiente, vacilante.

"Bien", gira su cuerpo totalmente hacía Shadow, quedando frente a ella. Sus manos siguen jugueteando con la manga de mezclilla, pero sus ojos verdes no se apartan de los rubíes de Shadow. "¿Tienes otro cigarro?" Pregunta. La eriza color ébano siente la cajetilla picándole el costado, casi como si el objeto se estuviera delatando solo. 

"No." Ella miente y siente remordimiento por el hecho de no sentir culpa por ello. "Pero podemos compartir este." Extiende la mano que sostiene el cigarrillo y Sonic lo mira. Sin palabra alguna lo toma entre sus dedos y lo analiza. La parte del filtro esta manchada con el labial color vino de Shadow y está casi a la mitad. Probablemente no dure más de seis caladas. Aun así lo coloca entre sus labios rojizos, tratando de alejar la explosión de emociones que asaltan su estómago.