Me le quedé viendo a mi hermana mientras hacía una mueca de asco.- ¿Qué quieres que haga qué? - pregunté. Quería pensar que había escuchado mal, pero al parecer no.
- Deberías descargar una app de citas – repitió con una sonrisa y con un brillo en sus ojos.
Me le quedé viendo incrédula. Ya había pasado un tiempo desde que había dejado de hablar con él. Me sentía bien, si, pero había días en los que me daban bajones emocionales al recordarlo. No porque lo extrañara, sino porque durante este tiempo me di cuenta de muchos abusos que él me hizo en el tiempo en el que estuvimos juntos. Y mi miedo a conocer y enamorarme de alguien más, aun daba miedo.
-Estás loca – murmuré. Dejé de verla y continué arreglando mi clóset.
Abrió la boca indignada y puso sus manos en la cintura: - ¿Por qué?
- Porque no ha pasado mucho tiempo desde que pasó todo. Sigo traumada – bromeé, pero a ella no le hizo tanta gracia.
- Yo sé que a lo mejor es pronto para salir con alguien – me ignoró, - pero puede que ahí encuentres a tu amor, ¿no crees?
Lo pensé, y lo volví a pensar hasta que finalmente dije: -No.
Mi hermana rodó los ojos y se dio la media vuelta para salir de mi habitación. Yo sabía que hablar conmigo acerca de hombres, amor y citas (o hablar conmigo en general) era un poco difícil, pero en este momento lo era más.
- Sólo inténtalo, ¿sí? – me dijo antes de cerrar la puerta de mi cuarto por completo. Dejé de limpiar mi clóset y me senté en la pila de ropa que estaba encima de mi cama.
No es que no quisiera encontrar a alguien con quién pasar el resto de mis días, pero aún tengo un poco de miedo. Durante mucho tiempo fui insegura al momento de acercarme a chicos de mi edad. En la escuela si tenía amigos y había salido con un chico durante el verano, hasta que me dejó de hablar y poco tiempo después empezó a salir con su actual novia; pero aún así seguía siendo algo insegura para acercarme a ellos e invitar a salir a chicos que me atraían. Es por eso por lo que prefería verlos de lejos y que nunca supieran lo que sentía.
Tomé mi teléfono y vi la pantalla durante unos segundos. Tal vez mi hermana tenía razón. Tal vez debía arriesgarme y descargar la app de citas. No estaba desesperada por encontrar una pareja, pero si estuviera bien conocer a más gente que no fuera de la escuela. Aunque en este momento de mi vida me sentía muy a gusto con mis amigos de hoy en día, no me haría daño tener un amigo más.
Me metí a la "tienda" de mi teléfono y descargué la app. Llené mi perfil con los datos y fotografías que me pedían para poder completarlo. A pesar de no encontrar las mejores fotos, puse en las que me veía más decente. No era fea, pero tampoco era Miss Universo y, a pesar de que últimamente me sentía bien conmigo misma, trataba de comer mejor y hacer ejercicio al menos tres veces a la semana. Empezaba a quererme más y eso era algo de lo que estaba orgullosa.
Cuando por fin completé mi perfil, empecé a deslizar. Había chicos guapos, otros no tanto y algunos eran un poco... raros.
"Te hice caso y la descargué. Si me encuentro a alguien rarito, te voy a culpar a ti." Le mandé el mensaje a mi hermana.
"¡Excelente! Solo recuerda que tu les hablas a ellos, no ellos a ti". Contesta.
Abrí mis ojos y boca al mismo tiempo. ¡¿Yo, Alya Cavazos, tenía que hablarles primero?!
En ese momento, mi cerebro fatalista me dijo que me iba a quedar soltera por siempre.
🤍🤍🤍
Dos semanas. Dos perras semanas tenia con la app de citas y hasta el momento, solo había hecho "match" con tres chicos. Uno de ellos era un raro (me invitó a dormir de cucharita), otro contestaba cada dos días, y el último al parecer había deslizado a la derecha por error.
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Dejarte ir.
RomanceSiempre quise que alguien me quisiera por como soy. Desde niña, soñaba con un príncipe azul que me amara y me respetara. Cuando el llegó, pensé que ya no tendría que esperar más. Apareció mi príncipe, mi luz, el amor de mi vida y para la misma. Me...