Tocó el timbre del recreo y salí del baño en busca de mi grupo de amigos, esperaba que estuviesen en el aula de música.
Entré y efectivamente, ahí estaban las seis únicas personas que conocía desde que tenía siete años. Entre ellos estaban Lau y André.Mientras me acercaba saludé con la mano esperando captar la atención de ellos. La primera en darse cuenta fue Eva, era alta, de pelo negro y ojos marrones claros. La siguió Mauro, que me saludó, tenía el pelo blanco con las raíces negras y unos ojos azules oscuros, él aseguraba a que con una mirada suya conquistaba a cualquier chica que quisiese y la verdad nadie se lo negaba, era bastante guapo. A su lado se encontraba Lau hablando con una chica rubia y ojos marrón chocolate, era su melliza Estela.
Cuando llegue a donde estaban, le di un pequeño golpecito a quien estaba de espaldas a mi. Todos le llamábamos Ger, aunque su nombre era Jargen. Él se giró y al verme me abrazó.
- ¡Cassi! - gritaba mientras me abrazaba levantándome del suelo. Ese era mi apodo.
- Hola Ger - dije devolviéndole el abrazo. Mi corazón latía con fuerza.
Cuando me bajó, casi pierdo el equilibrio y todos nos echamos a reír.
- Menudo viaje la has dado Ger - Dijo Eva riéndose mientras daba una calada al cigarrillo que sostenía entre dos dedos. Eva y Mauro eran los únicos que fumaban del grupo, y Lau de vez en cuando robaba alguna calada.
- ¿Qué tal las clases chicos? - pregunté sentándome en el suelo al lado de André.
Estela resopló.
- La de matemáticas es una plasta, parece que me tenga manía porque está todo el día encima de mi diciéndome cualquier mierda.- ella siempre estaba quejándose de los profesores que la molestaban en el día, hoy la tocó a la de mates. En verdad no la culpo, esa señora realmente era bastante repelente y Estela tenía buena cabeza, era de suponer que se diese cuenta de su inteligencia y añádase detrás de ella no se sabe si para molestarla o hacerla mejorar. Por suerte yo este año no tenía matemáticas.
- Pues a mí me ha ido bien en investigación.- siguió Lau.- he encontrado varios datos sobre el trabajo que nos han mandado del cosmos y he avanzado más hoy que en toda la semana pasada.
- A mi hoy me han linchado a deberes y exámenes así que dudo que este finde pueda salir chicos.- avisó Eva. Todos empezamos a abuchear y a rogarla que hiciese un hueco, pero era cabezota y lo que decía, lo cumplía.
- ¿Y tú qué tal Cassi?.- me preguntó de repente Mauro.
El recuerdo de ese sentimiento de ahogamiento y mi cabeza yendo a altas velocidades llegó a mi mente.- Bien, he tenido el examen de Filosofía, me ha parecido demasiado fácil así que la nota supongo que está asegurada.
Todos aplaudieron y vitorearon mientras las bromas insinuando que me dedicaría a la filosofía no faltaron. Empezamos a hablar de otros temas varios mientras mis amigos se comían el almuerzo o compartían algún que otro cigarrillo. En un momento acompañé a Ger a la cafetería, ya que no paraba de hacer pucheros porque tenía hambre.
Al llegar a la cafetería yo me senté en una mesa mientras él pedía un bocadillo. Después se sentó en frente de mí.
- Cassi, quería preguntarte, ¿este fin de semana vas a ir con estos a la fiesta?
La verdad es que no me apetecía mucho pero seguro que Lau se las ingeniaba para convencerme. La pregunta de Ger me dejó un poco descolocada a decir verdad.
- Pues la verdad es que no me apetece mucho... pero no lo sé, ¿porqué? - a Jargen se le dibujó una preciosa sonrisa que, sin quererlo, me puso los pelos de punta.
- Quieres... digo, si te apetece y no te molesta...- parecía bastante nervioso.- ¿te apetece ir el viernes a comer algo?
Noté como la sangre se me subía a la cabeza y algo se formaba en mi barriga. De un momento a otro desaprendí a hablar.
- Eh... esto... No... digo, sí, me refiero... no me importa, ósea sí...- parecía estúpida, me di una torta mental para espabilarme y terminé de sentenciar mi decisión.- Sí, Gen, me parece buen plan.
- ¡Perfecto! Entonces, ¿a las cinco en el bar La Esquina? - se le notaba ilusionado.
- Ahí estaré.- sonreí y no sabía ni porqué pero me sentía feliz.
Por fin trajeron el bocadillo de Ger. Volvimos a donde estaba el resto y continuamos hablando durante lo que quedaba de recreo. Realmente se me pasó rápido, todo lo contrario a las siguientes dos horas.
Tocó el timbre avisándonos de que debíamos ir a las aulas que nos correspondían. Yo únicamente doblé la esquina y me metí en la última puerta del pasillo, el aula de dibujo.
Fui la primera en llegar, mis amigos seguramente habrían ido a sus taquillas a dejar los libros de las horas anteriores.Al rato André y Mauro aparecieron por la puerta y se sentaron a mi lado derecho, empezó a entrar más gente y un chico con pelo negro y mirada oscura se sentó a mi lado izquierdo, no me importó porque estaba con André y Mauro pero a decir verdad, la primera impresión fue de inquietud ante su presencia. Sí, daba un poco de miedo.
La clase pasó como si nunca se fuese a acabar, la profesora nos mandó un nuevo proyecto en grupos de máximo tres personas, obviamente lo haría con André y Mauro, teníamos que realizar una maqueta de una estructura que se mantuviese de pie y solo usando palitos de helado. Enseguida los tres nos pusimos de acuerdo de que hacerlo. La Torre Eiffel.
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Prisión de diamantes
De TodoNo todo lo que parece es. No todo lo que la gente cree es verdad.