Capítulo 2: El inicio de todo

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Ya había terminado con el Empaque de su Hermana. Jackwise, y luego de concluir con ese pequeño apoyo, preparó su Cama, acomodó la Almohada que se sentía un poco dura, y al fin se pudo recostar para dormir. Parecía que era una de sus mejores sensaciones de la vida. 

Estar acostado para tomarse la siesta del día es una de ellas, pero no lo era para Jack, quién al sumergirse entre la ficción y la realidad, sus fantasías eran un tanto retorcidas. 

El, al despertar en dicho Sueño, se encontraba en un Bosque, rodeado de oscuridad, y de unos minúsculos murmullos a lo lejos. 

El rizado, repentinamente abrió lentamente sus ojos cómo platos. Era terrible ese ambiente.

Se puso de pie para reaccionar por donde se hallaba, y era un lugar muy terrorífico.

El Bosque, igualmente tenía a su alrededor lo que aparentaba ser neblina. 

Se reincorporo por aquella levantada. Las voces no se tardaron en resonar. Eso era más espantoso que estar acorralado de Árboles, y unas Ramas, que ni siquiera parecían serlo. 

Por la imaginación de Jack, eran unos Brazos horrorosos hechos por Ramas. 

El de Pelo Negro, al correr para buscar la Salida de ese Ambiente, una Risa lo perseguía en todo momento, para luego encontrarse con un Cuchillo a su lado.

Estaba cubierto de sangre, lo cual hizo que Jackwise lo tomara. Aunque ese Líquido carmesí se esparcía por su Mano, lo que realmente le aterraba era esa Risa llena de cinismo. 

— ¿Quieres saber por donde estoy, Jacky?— así fue cómo cuestiono esa enigmática voz

Jack, se estremeció, que hasta el Cuchillo se cayó de vuelta en el Pasto. 

— ¿¡Quién eres?! ¿¡En donde estás?!—

— Estoy muy cerca de ti, Jack. Siempre lo he estado, así cómo en ese Baño. ¿Lo recuerdas? Incluso tu Hermana sospechó de ti.—

Le puso la Piel de Gallina. ¿Cómo sabía sobre las sospechas de su Hermana? ¿Era una señal? ¿Un posible secuestrador? 

— No sé quién eres. Será mejor que te alejes de mi. Esa Voz no me agrada, ni un poco.— habló nuevamente Jack. 

Las Carcajadas se oyeron por todo el Bosque, y una misteriosa pero muy espantosa mano, aparentemente de un cadáver en descomposición, arrastró al rizado. 

Jackwise gritó de la desesperación, antes de chocar contra el suelo. 

— Me sorprende que no me reconozcas, si tu fuiste mi creador.—

— ¿¡De qué estás hablando?! ¡Déjame ir, y así tendrás lo que quieras!— exclamó desesperado el Chico. 

— Nunca te dejaré ir. ¿Me escuchaste bien? Ahora que te encontré en ese Cuarto, así tendré la seguridad de hacerte la vida imposible.—

— Eso jamás pasará, porque yo lo impediré.— eso lo dijo Jackwise, y volvió a levantarse, con unos restos de Arbusto en su Pantalón. 

— ¡JA! ¿Tu me impedirás mis Planes? Eso si que fue un chiste. Oh, lo acabo de recordar. Yo soy el Payaso.— 

La Palabra "Payaso", al escucharla el Muchacho, no dudó en retroceder otros pasos más. Jack ya sabía por donde iba el asunto. Su sorpresa fue tan grande, que hasta se hincó del susto que le dio. 

Entre la neblina que se distinguía en aquel sitio, una figura de un Payaso se dignó a estar presente. Jack no lo podía creer. 

De pronto, y a mitad de su sorpresa, Ratas y Miles de insectos se esparcieron por los Árboles, cosa que le asqueo al de Pelo Negro. 

Leave me Alone | Jackwise ClownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora