capitulo 4

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"Ya vera la vieja está como no soy una ingenua". Pensaba Xiaoting mientas entraba a su trabajo, toda la noche anterior estuvo pensando como hacer para que la mayor se tragara sus palabras y quedará como pendeja.

Se quedó esperando un buen rato, normalmente Doña Choi llega al medio día.

Pasó una hora, pasaron dos, terminó el turno de Xiaoting y la Doña nomás no llegó.

"¿Qué le habrá pasado?". Se quedó pensando mientras volvía a su casa.

Pero en realidad ¿Que le habrá pasado?.

Eran las cinco de la madrugada cuando Mashiro llegó a la casa de las Choi, como pasaba más tiempo la propia Yujin ya hasta tenía su llave.

La japonesa se metió al cuarto de la mayor, agarró su celular y apagó todas sus alarmas.

Bajo al comedor y preparó el desayuno de ambas, dejó una notita en la mesa y se fue a una hora de haber entrado.

La alarma de Yeseo sonó, al no haber tenido tanta atención por parte de su madre era más independiente y disciplinada que cualquier otro adolescente de su edad.

Fue alistarse y bajó al terminar de hacerlo, ella esperaba ver a su tía Shiro, pero no había nadie en la sala, en la cocina o en el comedor. Al parecer estaba sola, vió en la mesa su desayuno ya listo junto a una nota.

"Hoy no trabajarás, pasa tiempo con tu hija de una buena vez. Ya avisé a tu jefe, llévala a la secundaria y pasas por ella. Yo me voy de fiesta.
Con amor y mucho cariño, Mashiro<3". Leyó en su mente mientras se chingaba un pan con mantequilla.

"¿Mamá está aquí?". Pensó. "Que ocurrente la tía Shiro". Se rió.

En otro cuarto estaba una treintona bien tiesa en su cama, durmió lo que no había dormido en quince años.
O hubiera sido así si Yeseo no hubiera tocado la puerta.

La mayor se sobresaltó, talló sus ojos y se paró para abrir la puerta. Era Yeseo con una bandeja llena de comida.

—Buenos días, mamá—. Dijo alegremente.

Yujin la miro extrañada, pero se hizo a un lado para que su hija entrará.
—¿Yeseo? ¿Que haces despierta tan temprano?—. Preguntó.

—¿Temprano?—. Se rió. —Ya van a ser las siete—.

¿Siete? Escuchó bien, hace una hora que debía estar en el trabajo.

—Antes de que te asustes lee la nota que está en la bandeja—.

La mayor se acercó a la mesa donde Yeseo había dejado su desayuno, vió la nota de Mashiro y la leyó.

—¿Qué dices?—. La menor sonrió.
—¿Me llevas?—.

Yujin aún con la baba toda seca en la mandíbula, con lagañas en los ojos y el pelo como si la hubiesen desgreñado asintió con la cabeza.

Un rato después de comer su desayuno y ponerse al día, se encaminaron a la secundaria de la menor.

Yujin era de esas señoras que traía una troca bien enorme y escuchaba a la Jenny rivera a todo volumen a las siete de la mañana.

"No ha cambiado nada". Pensó Yeseo quien no iba en la camioneta de su mamá desde los seis años.

—Mucho cuidado, Yeseo. No le hagas caso a nadie, yo vendré por ti—.
Se despidió con un beso en la frente de su hija.

Y arrancó su trocota llamando la atención de todas las personas al rededor.

—No mames, Yeseo ¿Quién era esa?—. Preguntó un amigo de esta.

Sonrió orgullosa. —Mi mamá—.

Cuando Yujin llegó otra vez a su casa aventó sus zapatos y se desabrochó el pantalón que nomás se puso para ir a dejar a Yeseo.

Se echó en el sillón y puso una película, no pasaron ni cinco minutos y se volvió a dormir ahí mismo.

Me enamoré de la cajera del Oxxo |Xiaoting x Yujin| •Kep1er•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora