Choi Yujin es una empresaria bien trabajadora que por las tardes a la hora de la comida siempre va al mismo Oxxo que queda cerca de su trabajo, un día entraría una nueva cajera (La xiao) y esas idas a comprar algo rápido para el lonche cambiarían.
-Shiro, por favor no puedes dejar sola a Yeseo. Se puede perder-. Doña Choi hablaba por el teléfono.
Iba entrando al Oxxo de costumbre, Xiaoting como buena chismosa se quedó escuchando la llamada. La doña parecía bien enojada.
-Ya se que te lo digo siempre, pero esta vez es verdad. Ya conseguiré alguien para mañana, solo hazlo hoy. Ella te quiere mucho-.
"¿Qué traerá está vieja?". Pensó la pelirroja al escuchar tanto grito.
-Muchas gracias, te debo una más-.
Xiaoting se quedó viendo a la castaña quien había dejado el teléfono, mientras comía su hotdog como de costumbre se agarró a llorar como cuando recién se enteró que estaba embarazada a los quince.
La menor se le acercó y por instinto la abrazó por la espalda, no sabía el motivo del llanto y no conocía a Yujin fuera de "la señora loca de los hotdogs", pero ver a quien le tenía tanto miedo de manera tan sensible le había dado un apretón en el pecho.
Cuando la señora sintió los brazos se sobresaltó porque no mames que una cajera del Oxxo te abrace está bien raro. -¿Qué haces?-. Preguntó algo apenada por su estado y sin verla a los ojos.
-Te consuelo-. Respondió sin quitar su agarre.
Eso había lastimado su orgullo. -No necesito consuelo de una empleada de oxxo-.
-Deja de hacerte la fuerte, puedes desahogarte conmigo-. Se sentó en otra silla de las mesitas en dónde estaban. -Sé lo que se siente no tener a nadie con quien hacerlo-. Empezó a contar para que la mayor confiara en ela. -Yo vengo de China y al principio sentía que no encajaba aquí, pero mírame ya hasta tengo trabajo y un gato que alimentar-. Sonrió orgullosa de ella misma.
Yujin escuchaba con atención, tenía los ojos rojos por haber llorado hace rato. -Yo.. no sabía-.
-Yo invito este hotdog-. Ese Oxxo no era nada popular y Xiaoting tenía el dinero de la semana contado, pero creyó que con eso la mayor se le bajara el humor que su puta madre dijera Winnie Pooh.
Yujin soltó una pequeña risa. -Que ingenua eres-.
La pelirroja frunció el ceño, no sabía si era un halago o un insulto y viniendo de la señora Choi lo hacía más confuso.
-Me llamo Yujin, Choi Yujin-. Dijo para levantarse e irse del Oxxo.
Xiaoting solo se quedó sentada en dónde estaban mientras veía como se iba, una vez fuera de su vista agarró su celular para quejarse con sus comadres de lo que había pasado.
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