¿Contigo? (CDM)

12. Plan.

Sucrette Pov.

—Entonces, esa es la propuesta, para los que estén interesados, deberán informarle a Iris. —Dijo Jacinda, sonriente, justo cuando la profesora salió de la clase.

—No estoy de acuerdo, eso es un insulto, ¡Y además lo planean en mi cara! ¡No tienen vergüenza!

—Peggy, acéptalo, has perdido tu don. —Dijo Debrah, mientras cruzaba su pierna.

—Pero, si apenas ayer les di un nuevo ejemplar, ¡Es Injusto!, además, Scarlett no sabe hacer nada. Es un estorbo, ¡No es Justo! —Dijo Peggy, enojada.

—Lo es, es justo, hiciste que una pareja rompiese, con rumores falsos, por supuesto. Aunque eso es culpa del chico idiota, ¿por qué no pidió explicaciones? —Dijo Rosalya, mirando a Armin fijamente.

— ¡No es mi culpa que ellos rompiesen! Admítanlo, a todos les gustó ese chisme.

—Es Simple. —Dijo Castiel—. Si no lo hubieses publicado Sucrette jamás se habría dado cuenta de que Armin la engañaba.

— ¡Esa es una mentira! ¡Armin no engañó a nadie! —Dijo Alexy. — Y Sucrette, menos. ¡Es un malentendido!

—Eso por ahora da igual, el punto es que yo voto por Scarlett. —Dijo Jacinda, golpeando la mesa con la palma de su mano.

—Pues, también yo. —Dijo Nathaniel, levantando su brazo.

—Vamos, chicos. —Rogó Peggy—. ¡No me hagan esto!

—Yo voto por Scarlett. Solo por el estúpido artículo que Peggy sacó sobre Ámber y yo. —Dijo Castiel.

—Yo voto por Peggy justo por ese interesante artículo. —Dijo Ámber, sonriendo.

Después de que todos dieran sus votos, fue simple. Jacinda tuvo la idea de sacar a Peggy del periódico escolar, para que Scarlett, la hermana de Lysandro, obtuviera ese lugar.

La mayoría voto en contra de Peggy, por todos los artículos falsos que ha sacado.

— ¿Y tú, Sucrette? —Preguntó Jacinda, anotando mi nombre en la pizarra.

—Anulo mi voto. —Dije.

—Hum, igual que Armin, interesante. —Dijo—. ¿No son tal para cual? —Sonrió.

—Vamos, Jacinda. ¿Ahora haces de cupido? —Dijo Castiel.

—Algo así, sí. —Dijo—. Entonces está decidido, Peggy queda fuera.

— ¿Mi hermana redactará el periódico? —Preguntó Lysandro.

—Si. —Dijo, segura. —Pero claro, esperemos que Scarlett no cause problemas al momento de redactar. —Dijo Jacinda, Lysandro levantó una ceja, para después soltar una pequeña risa.

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— ¿Entonces? —Dijo Jacinda, apoyándose contra el casillero 45.

—No, Jacinda. —Dije, cerrando bruscamente el mío, cerrando la puerta con enojo. ¿Qué mosco le pico a esta?, ¿Por qué de repente se volvió tan amable y considerada?

—Vamos, será divertido. No me dejes sola, Sucrette.

— ¿Sola? Ira la clase A y la B, ¿no es suficiente? —Dije, acomodando un mechón que había caído en mi cara.

—No, faltarías tú. Vamos, no será lo mismo sin ti. Todos aceptaron, quedarás como una aguafiestas, ¿no te parece? —Dijo, con un brillo en sus ojos.

—Está bien. —Dije, rendida.

Jacinda dio un extraño salto de celebración y se dirigió hasta donde Armin y Alexy se encontraban. Escuché un Vamos, Armin, ¡No seas cobarde! Y una risa de Alexy. Terminaron por aceptar y se dirigieron al salón de deportes. Recibí un saludo de Alexy y una mirada rápida de Armin.

Creo que no es una buena idea ir a casa de Jacinda este viernes, si Armin estará ahí, será incómodo para ambos.

Pero, si no voy, me veré como la ex—novia resentida, o algo así. Tampoco quería que pensaran eso de mí. Jacinda, querida. ¿Qué estás tramando?