03.

903 70 92
                                    

Empezó el fin de semana, no había entrenamiento ni preocupaciones.
Ramos se encontraba en su apartamento, mirando aburrido una de las ventanas de aquel lugar, mientras su hijo dormía acurrucado sobre su pecho. Había pasado mucho tiempo desde que empezó a mirar hipnotizado dicha ventana, tanto que se canso de observarla, sin embargo, no podía hacer mucho, tenía a su pequeño descansando sobre él y no quería malograr su sueño. Se limito a suspirar e intentar dormir, aunque finalmente se rindió.

Contemplando a su pequeño no pudo evitar sonreír al verlo dormir en sus brazos, aquella criatura lo era todo para él, daría lo que fuera para protegerlo y mantenerlo a su lado, era su vida entera. No era exageración que él diese todo por el pequeño, desde la separación con su expareja estaba la incógnita sobre quien seria el responsable de su cuidado, puesto que ambos querían tener la custodia del niño. Tras luchar en los juzgados, se definió que él seria el encargado de cuidarlo pero no significaba que la madre no pueda pasar tiempo con su hijo, pues se le permitió verlo dos veces por mes. Ambos tenían una buena relación por el tema de su hijo.

Estando sumergido en sus pensamientos volvió en si al notar que su pequeño empezaba a moverse, señal de que iba a despertarse. Acaricio suavemente el cabello de su hijo hasta que lo vio abrir sus ojitos. Este observo a su padre, quien le dirigió una sonrisa, ocasionando que el menor sonría como respuesta. Ramos se levanto cargando en sus brazos a su retoño, quien al parecer había tenido una buena siesta. Al intentar caminar sintió sus piernas adormecidas, sacándole una mueca de dolor. Era lógico que este así, pues había estado más de 2 horas sentado arropando al pequeño Sergio. No tuvo de otra que aguantarse el dolor mientras se dirigía a la sala. Al llegar dejo al menor dentro de su cuna donde había muchos juguetes, sufrientes, como para entretenerse mientras Sergio hacia otras cosas.

— Al parecer alguien va a estar ocupado a partir de ahora —. Sergio se dijo a si mismo.

El pequeño al oírlo, río mientras intentaba apilar las anillas que tenia en sus manos.

Ramos río bajo —. Ojala tener tu vida.

Empezó a limpiar toda la sala, había estado fuera de casa toda la semana que no tuvo tiempo para hacerlo así que aprovecharía este momento mientras su hijo estaba tranquilo; tenia que terminar lo más temprano posible porque había planeado llevar al pequeño Sergio a pasear junto Piqué, quien se había ofrecido a acompañarlo.

Durante el tiempo que se encontraba limpiando y organizando aquella sala, vigilo al bebé mirando la cuna en algunos momentos. Tenia que estar atento, si le llegaba a pasar algo, no se lo perdonaría.

El español suspiro aliviado cuando termino, había hecho dos cosas al mismo tiempo, limpiar y cuidar a su hijo. Sonrió por el gran logro que obtuvo, estaba agotado pero no podía darse el lujo de descansar, tenia planes y no pensaba cancelarlos.

Tomo a su hijo entre sus brazos y se dirigió a su habitación para cambiarse, no podía tenerlo fuera de su vista, era muy sobreprotector con su niño. 

Ahí estaba Sergio, desesperado por la hora mientras salía apurado de su apartamento. Se concentro tanto en lo que estaba haciendo que no miro para nada su móvil, Gerard había estado marcándole varias veces.

— Buenas noches —. Gerard dijo sarcásticamente al ver a Ramos — Veo que  eres muy puntual.

— Cierra el osico —. bufó con desprecio mientras se colocaba a su costado — Estaba ocupado haciendo cosas importante y no vagando como tú. Miro a Gerard con desprecio, parecía que alguien terminaría en el hospital

Piqué empezó a reír —. Ya, me callo, pero lo hago para que no empieces una pelea.

— A veces me pregunto como es que eres mi amigo —. rodo los ojos.

Comenzar De Nuevo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora