01

96 6 0
                                    

Maite.

Iba de camino a la nueva casa de mi tía, me había pedido si le podía cuidar a mi primo chico y la verdad no pude decirle que no, amaba estar con el.

En verdad no conocía mucho por acá, al ser muy reciente el cambio de casa, no se había dado el tiempo de venir a verla, así que me sentía un poco perdida.

Una vez que me baje del metro me había podido ubicar bien, pero al dar unos pasos más hizo que me desorientara.

Así que me senté en un paradero que estaba cerca, para poder llamar a mi tía y que me ayudara a ubicarme un poco. Cuando estuve apunto de llamarla sentí la presencia de alguien a mi lado.

— Pásame el celu y todo lo que tengai wachita —al escuchar eso mi cuerpo se tenso al instante, busque con la mirada a la persona que estaba a mi lado, encontrándome con un hombre algo mayor, tenía mal aspecto y es en de sus manos tenía una cuchilla.

No sabía que hacer o decir, me sentía paralizada.

Ya po' estoy hablando o ¿que huea eri sorda?—esta vez habló un poco más agresivo que antes mientras se me acercaba mas, estaba caga de miedo.

Y en un par de segundos lo veo encima mío tratando de quitarme mis cosas, sabía que lo material daba lo mismo y que si debía soltarlo, tenía que hacerlo, pero no se porque razón mis manos no las soltaban. No se si era el miedo o el shock del momento.

Apenas escuchaba lo que me decía, aunque algunos de estos eran gritos mientras me insultaba. El momento se estaba sintiendo eterno.

Hasta que veo como se alejo bruscamente de mi, inconscientemente cerré los ojos pensando lo peor, pero una voz hizo que los volviera abrir.

—Te estoy hablando culiao, te dije que dejaras tranquila a la cabra —una vez que abrí los ojos me encontré con un mino más o menos de mi edad, el cual tenia agarrado del cuello de la polera al hueon que me trato de robar.

—Discúlpeme hermanito, se lo juro, nunca más —habló el hueón algo asustado, por lo que note le tenia miedo algo de miedo al mino que lo tenia sostenido.

—Siempre deci lo mismo angustiado culiao— hablo bastante enojado mientras levantaba su mano empuñada dispuesto a pegarle, mientras el otro hueon le suplicaba que no lo hiciera una voz más fuerte hizo que el mino parara.

—Déjalo hermano yo me encargo de el, ve a la niña mejor, parece que no está muy bien— hablo un tipo que se veía unos años mas mayor que yo.

Al instante el mino lo soltó y se acerco a mi.

—Oiga amiga, ¿Esta bien? 

Lo mire unos segundos mientras desviaba mi mirada entre el ladrón culiao y el otro mino.

Noté como le comenzó a pegar, mientras el otro se quejaba, pero desvíe rápidamente mi mirada.

—Ehh... si —murmure, con suerte me salían las palabras.

—¿Esta segura? —cuestionó —. Parece que no es de por acá, no la había visto antes.

—N... no, no soy de por aca, vine donde una tía—respondí, ahora un poco mas calmada.

—¿Esta bien? —pregunto el tipo que venia con el —. ¿A donde ibai? Podemos ir a dejarte para que no te pase nada más.

Lo mire dudosa, la verdad me sentia muy desconfiada por lo que acababa de pasar y aunque ellos me ayudaron, no confiaba mucho.

— Si estoy bien, muchas gracias por ayudarme, pero no se preocupen, llamaré a mi tía.

Siempre te amaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora