Capítulo 6

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Recap del capítulo anterior: La selección mexicana llega a la celebración, en donde Ochoa se encuentra con Agüero, Neymar, y más importantemente, Messi, este último concentrado en mantener su mirada fija en otra persona que no sea el portero mexicano. En una oportunidad charlan en el bar sobre la situación de la fase de grupos, y por primera vez Messi suelta un nivel de feromonas alto que captaron la atención de Memo, sin embargo, aquel momento embriagador fue interrumpido por las selecciones argentinas y mexicanas, haciendo que, en cambio, comenzase la fiesta. En donde un Messi borracho anhela estar con el portero mexicano pidiéndole bailar, y su fiel amigo Sergio Agüero le hace ver esto a Guillermo.


La pista de baile estaba repleta de gente por todas partes, muy apenas Messi podía obtener vista del portero mexicano, pero una vez lo hizo se sintió en la necesidad de tomar a De Paul por el hombro para sostenerse, para sostener aquel preciso momento y no perderle de vista. —Su palabra es orden capitán —De Paul dijo al instante en el que Lionel se sujetó de él pensando en que este estaba buscando de su atención, a lo que Dibu se apresuró a llegarle por el otro lado, reclamando la atención de Leo —No le hagas caso al chupa pija este, mejor decíme a mi che —Estaba de más decir que ambos, sobrios, no estaban. Se dedicaron casi simultáneamente una mirada altanera en forma de reto y miraron en conjunto a Leo esperando una respuesta, sin embargo, este seguía mirando hacia el horizonte sin más, o eso creían De Paul y Dibu, no fue sino hasta que vieron en la dirección que Lionel centraba su mirada, regresaron su mirada a Messi y hacía quien veía al menos tres veces, hasta que De Paul chasqueó los dedos entendiendo de golpe. El Dibu aún no entendía ni una mierda de que es lo que su compañero había entendido, pero se apresuró a acompañarles, pues Rodrigo ya se estaba llevando a Leo.

Ochoa tenía su vista en Messi, pero intentaba redirigirla a cualquier otra parte del recinto, por una parte, era cierto que buscaba pasar tiempo con el argentino, especialmente considerando que todas las veces que habían estado juntos el ambiente que se formaba era uno que jamás había experimentado de tal forma y le resultaba extremadamente cómodo, pero a la vez, no tenía la confianza para acercarse, pues no solamente estaba muy lejos de su zona de confort, sino que llevaba ya desde poco antes del mundial tenso respecto a sus necesidades. Debía admitir que no había estado cuidando de ellas debidamente y estaba abusando de los supresores, esto no era nada nuevo para quien conocía a Guillermo Ochoa, un dom que usualmente pasa por debajo del radar, ya que no se le conoce ni pareja ni escándalos que pasaran a mayores, y la única manera de obtener ambas como dominante no podía ser de la manera más "sana" por ponerlo de una manera. Así que sí, tenía una buena razón para estar preocupado, puesto que era cierto que a lo largo de su carrera había aprendido a vivir bajo aquel tipo de situación, jamás había tenido presente un factor que le interrumpiese aquel autocontrol que había aprendido a guardar. Entre su indecisión sobre si quedarse con la oportunidad que se le había concedido para estar con Leo o irse y dejarle básicamente plantado, pero sin que la situación escalase, este no notaba que Messi se acercaba con De Paul y Dibu por detrás, los mencionados aprovecharon la distracción del mexicano para llamar su atención.

—Bueno, pero mirá ¿Qué hacés vos acá tan quietecito? —Ochoa habría dado un salto para atrás de no ser por la vasta gente que les rodeaba, no sabía si estaba más sorprendido por la declaración de la nada que venía del medio centrista argentino De Paul, o que no solo Lionel estaba ahí, sino que desprendía un fuerte olor a alcohol. —¿Qué pasá? Qué sos sordo o por qué tanta apatía boludo. Memo aún buscaba las palabras para decir en la situación tan bizarra que se encontraba, después de cinco segundos de tener la boca abierta sin saber que contestar, finalmente dijo, —No, no como crees, es que como te digo, yo no sé bailar, tengo dos pies izquierdos —conjeturó Memo a duras penas intentando escapar de aquella situación con una nerviosa sonrisa. El Dibu seguía ido en su embriaguez, pero había escuchado claramente lo que el mexicano había dicho y arqueó la ceja derecha, acercándosele dramáticamente, Ochoa tampoco podía hacer mucho para alejarse del alto individuo, —A ver, déjame entender, vos me estás diciendo que no solo soy yo el mejor arquero, pero que también el que mejor baila de los dos, ¿posta? —Memo se quedó con los ojos abiertos, muchos pensarían que estaba correctamente ofendido, pero en realidad estaba asombrado, a pesar de que el portero argentino no estaba sobrio había hecho un buen punto. Leo estaba despertado poco a poco del trance en el que estaba. Este no solo se había percatado hasta apenas de que sus compañeros lo habían llevado con Guillermo, pero había vuelto a la realidad a tiempo para reaccionar a lo que decía Damián hacía el mexicano, comentario que encendió una mezcla de alegría, rebeldía, y picardía como si de un nene se tratase. De Paul se acomodó cerca de Martínez para soltar una sonora "u" alargada, Ochoa no tuvo que responder de inmediato, pues se le habían adelantado inesperadamente, —Ey, ey, ey, a mi Paco no le van a estar hablando así —Guardado se hizo presente en la escena tambaleándose con una copa de alcohol a la mano, —Dinos pa' que somos bueno, jefe —Se apresuró a seguirle por detrás Henry que casi termina de tirar a Andrés, Guillermo sonrió notando como lentamente la tensión con la que antes cargaba desaparecía.

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