Capítulo 7

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Recap del capítulo pasado: Guillermo Ochoa fue retado por los argentinos Dibu y Messi a bailar, a lo que Neymar hace el honor por parte de los mexicanos de poner la famosa canción de payaso de rodeo. Después de una secuencia de intentos de baile como el del borracho Alexis Vega, los dos apasionados prófugos Julián y Kevin apareciendo en la pista, los argentinos intentando sobrevivir a la gente moviéndose de lado a lado, Ochoa notó al fin la felicidad, pero palidez de Messi a su lado. Acto seguido lo alejó de la multitud para sentarlo cerca del bar y dejarle por un minuto para buscar un mesero. En donde un Messi en su embriaguez confunde a lo lejos a Kun con Cristiano, y a pesar de observar que realmente era Agüero y no el portugués, caerían lágrimas de sus ojos.


Ochoa veía con gran inquietud al argentino después de acercársele apresuradamente, ¿Qué había sucedido? Este no parecía reaccionar a su llamado, cosa que le llevó a apresuradamente tomarle de la mejilla en un intentó de redirigir su mirada hacia él. Memo no tenía la certeza de si era el alcohol, sus necesidades, o cualquier otro factor, lo único que sabía con certeza es que no estaba seguro de cómo abordar la situación. Pensó de inmediato en liberar feromonas para calmarle y contrarrestar las de Lionel que emitía levemente, sin embargo, Messi no era Hirving, jamás lo había hecho con el argentino y temía que este lo tomase reaciamente, considerando que apenas le conocía, después de todo no lo culparía, ¿Qué derecho tenía para hacer aquello?, incluso podría ser malinterpretado, vaya había gente de sobra a su alrededor y alguien lo podría notar, era muy arriesgado. Ante aquel toque suyo pudo notar que Leo finalmente le veía, puesto que también su cambio en aroma delataba una calma de lo que sea que le haya sucedido, lo cual dejó a Guillermo soltar un suspiro de alivio. Lágrimas recorrían las mejillas de Leo, pero su expresión solo demostraba sorpresa y confusión. Acercó el vaso de agua por el cual se había alejado en primera instancia y se lo entregó al argentino en la mano mientras tomaba la manga de su camiseta y limpiaba delicadamente las lágrimas de este, tal ademán pareció suficiente para regresar a Leo a la realidad.

—Pero, ¿qué? —Lionel llevó su mano a sus mejillas en un intento de realmente confirmar que estaba llorando, no obstante este tocó las manos del mexicano y en vez de alejarla por reacción natural las tomó aun estando en su rostro, la mano del mexicano era de considerable tamaño, sentía la firmeza de esta y la sensación sutil de sus venas, "era cálida", pensaba. Ochoa se encontraba tentado a quedarse quieto y dejar pasar la situación a pesar de sentir como el argentino masajeaba lentamente sus nudillos, pero estaba sobrio para tener la conciencia de alejar quedamente su mano, ya que empezaba a sentir sus necesidades surgir y también estaba el tema de que estaban en un espacio público. —Toma el agua, necesitas hidratarte —Apuntó Memo hacia el vaso, en un intento de cambiar la atmosfera. Leo parecía molesto de que se le hayan apartado las manos del mexicano; pese a todo, rápidamente cambió su atención hacia lo que este le pedía, vio el vaso y lo acercó para verlo a detalle. Messi ya no lagrimeaba, vaya empezaba a olvidar la melancolía que le había inundado hace unos minutos. —¿Agua? Otro trago no me vendría mal... —Reprochó el argentino frunciendo el ceño, Guillermo soltó una sonrisa para sí mismo con incredulidad, aunque le es de lo más habitual lidiar con la embriaguez de cada fin de semana de sus compañeros de equipo, quien lo vería cuidando del mismo Lionel Messi, en realidad le causaba más regocijo los cambios de humor tan tiernos de este, se atrevía a pensar.

—¿Por favor? Míralo como un favor por haber cedido a bailar, ¿no harías lo mismo por mí? —Ochoa preguntó viéndole persuasivamente, a lo que este respondió con una boba sonrisa, —No, no, vos bailaste porque el Dibu dijo lo de ser el mejor arquero y vos te calentaste namás —Contestó Leo colocando su dedo en el vasto pecho del Mexicano en forma de acusación, aun así tomó del agua sin soltarle la vista. Ochoa le miraba perplejo, Messi había pasado por al menos cuatro tipos distintos de borracho y ahora era de los que se ponían desafiantes. —Sí, pero digo ¿qué querías que hiciera eh? Me dieron la oportunidad de demostrar que soy bueno en algo —Exclamó Guillermo sonriente —oportunidad que no dejaría pasar así como dejé pasar tu balón —recriminó sarcásticamente Ochoa haciendo referencia al partido de ese día sin poder creerse que iba a explicarse con alguien ebrio, pero bueno, uno no siempre tiene la posibilidad de explicarse con alguien ebrio, quien resulta ser Lionel, dios se estaba incluso mintiendo, se sentía capaz de explicarle absolutamente todo lo que el argentino le pidiese simplemente por el hecho de ser él, no porque fuera, debatiblemente para la prensa, el mejor jugador de esta época. Messi soltó una ronca risa ante la manera en la que el mexicano había formulado su respuesta —¿Pero vos entendés lo que decís?, que te lo cagaste a palos al Dibu en el baile este que pusieron, ¿visté como se estaba tropezando el pelotudo ese con todos? —Señalaba vigorosamente, —Es más, para mí que este sale lastimado, ¿pero vos? Agradecé que seguís bien —Messi le recriminaba a Ochoa sin maldad alguna, es más, había hasta cierto alivio en sus palabras, no obstante la sonrisa que Leo mostraba se había difuminado poco a poco con la frase. Ochoa estaría a punto de contestarle si no fuese porque se percataría del gesto, siendo que había estado minuciosamente atento al semblante de Lionel, ¿acaso era otro brusco cambio de humor?, y en un instante Messi ahora miraba por encima del hombro de Memo, probablemente sin que el mismo se diese cuenta.

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